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XALAPA.- Aunque los nuevos “machuchones” de la Cuarta Transformación, dígase el presidente Andrés Manuel López Obrador y el gobernador Cuitláhuac García Jiménez, no han dejado de repetir el sonsonete de que la corrupción ya se acabó, y que ellos no son iguales a los corruptos neoliberales del pasado, cada vez más seguido salen a la luz pública denuncias sobre presuntos actos de extorsión y corrupción cometidos por servidores públicos en Veracruz, no en el pasado neoliberal, sino en el presente de la Cuatro Té. Tal es el caso del Sindicato de Taxistas “Miguel Alemán Velasco”, en el sur del estado, cuya dirigente Eulalia Martínez Pino, denunció con gran valentía que los operativos de Tránsito del Estado se han convertido en el método preferido para extorsionar a los conductores. Y lo malo es que lamentó que a pesar de haber denunciado estas actitudes, las autoridades han hecho caso omiso y las extorsiones siguen ocurriendo no únicamente en esa zona sino en prácticamente todo el estado. La dirigente de taxistas afirmó que los “moches” que piden los elementos de la Dirección de Tránsito, a cargo de José Antonio Camps Valencia, van desde los 5 mil hasta los 15 mil pesos. “Tenemos un problema grandísimo, las grúas están en las entradas de Coatzacoalcos, pero si pasa un automóvil de cualquier otra ciudad es ‘duro contra ellos’, le buscan y le buscan la manera de extorsionarlo”. Refirió que a las extorsiones se debe sumar la pérdida que genera la detención de unidades, especialmente aquellas que llevan mercancía y que en muchos casos no pueden llegar a tiempo. “Ya no los dejan salir porque le infraccionan la unidad, se lo lleva la grúa y ese es el problema y si no tienes quién te defienda, ya valió, porque a fuerza tienes que ceder con 5 ó 6 mil pesos porque si no, ya te quedaste”. Martínez Pino dijo que estos operativos se instalan en las entradas del municipio y detienen por igual a vehículos particulares que a transporte público, con el pretexto de hacer revisiones derivado de la emergencia sanitaria por covid-19. Así el modus operandi de los “honestos” servidores públicos de la Cuarta Transformación.
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