Los chairos, como los réptiles, están por mutar de dermis.
Para las entidades, agosto es el mes.
La renovación de dirigencias en todo el territorio mexicano, con miras al 2024, está a la vuelta de la esquina.
También está considerado el relevo del ex priista, Mario Delgado, hoy flamante dirigente nacional de la chairiza.
Todos van sobre todo aun cuando tengan que pasar por encima de quien sea y de lo que sea.
Las fracturas ya son visibles por lo que no se asombre si en los días por venir los grupos morenistas dan a conocer las anomalías que se vayan presentando.
Dichas fisuras han sido tan evidentes que la mediación del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ha sido necesaria, al igual que la intromisión del Instituto Nacional Electoral, al no ponerse de acuerdo los entenados políticos del señor López.
Todos están ciertos que el tabasqueño es el que ordena, el dueño de “La Chingada” es la máxima autoridad, así de sencillo, pero eso no ha sido suficiente para que exista orden hacia el interior de MORENA.
Los cambios por venir habrán de traer desbandadas, grietas que indudablemente se verán reflejadas en los congresos locales y, por supuesto, en San Lázaro, lo que sin lugar a dudas habrá de debilitar a dicho partido.
La inconformidad de los grupos se percibe a flor de piel como también es bastante palpable el descontento de la militancia en los estados.
Las ambiciones políticas son manifiestas, les vale madre la ideología partidista, sin mayor recato se zancadillean, interesándoles únicamente el poder, adjudicarse el botín político electoral.
Por lo que, de no ponerse de acuerdo, de no darle prioridad a la conciliación y al diálogo, las consecuencias a pagar podrían ser muy caras y aún más peligrosas si la oposición despierta y aprovecha al máxima esta coyuntura.
Los institutos políticos opositores tendrán la gran oportunidad, es el momento de quitarle fuerza al partido en el poder, sólo es cuestión de que despierten.
Una de las entidades donde los chairos le aplican toda la atención es en el estado de México, allí se ubica la joya de la corona ya que al igual que los priistas, ansían gobernar tan preciada entidad.
Coahuila puede esperar, aunque no les caería nada mal levantarse con el triunfo y darle una sopa de su propio chocolate a los Moreira, como ya lo hicieron en el estado de Hidalgo.
Los entenados políticos del señor López deben entender que, de no ponerse de acuerdo, de no darle preferencia al diálogo, las consecuencias se verán reflejadas en las urnas, ya que la militancia y los simpatizantes se dan cuenta de los fuertes jaloneos internos, de esas luchas intestinas por el poder.
Curiosamente el poder electoral obtenido hasta este momento desentona con su anemia institucional y el visible quebranto interno, situaciones que a diario empeoran más.
Lo cierto es que aun con todos los triunfos obtenidos en las urnas, aun con la mayoría calificada en diversos congresos locales, los morenos, esos que presumen ser las vacas sagradas de los chairos, no han sido capaces de erigir un cimiento solidifico, aun con su inseparable su parafernalia todos se atienen a las criadillas del tabasqueño, el inventor del hijo de Atanasio, lo es todo.
Sin él, Morena se viene abajo.
Así de sencillo.
Reiteramos el recorrido para rejuvenecer sus dirigencias estatales, así como su comité ejecutivo nacional ya dio inicio, la urgencia es estar en óptimas condiciones para la jornada electoral del próximo año y, por supuesto, para la grande.
Cuidado, no olviden que el fenómeno llamado Andrés Manuel, cada día se debilita más.
Al tiempo.
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