Encarcelado en Pacho Viejo. Como Gandhi y Mandela, gana batallas dentro de la cárcel. Es Tito Delfín Cano, exalcalde de Tierra Blanca quien, cuando buscaba la dirigencia estatal del PAN, al lado de Indira Rosales San Román, el Supremo Gobierno de Veracruz, por ayudar al rival, un tal Joaquín Guzmán Avilés, le metió un faul y lo detuvo por un delito cuando había sido alcalde, que, dicen sus abogados, había prescrito. Pero desde ese noviembre del 2021 lo tienen detenido, como tienen detenido a Juan Manuel del Rio Virgen, a quien le aplicaron los ultrajes a la autoridad y ni el poder de Ricardo Monreal ni Dante Delgado ni los 17 mil prestigiados abogados, han podido liberarlo. Es más, en la galería que Morena exhibió en un hotel de la Ciudad de México, en una galería de 200 y pico de los llamados por ellos traidores, donde se incluyen a diputados opositores, ahí aparece el nombre y foto de Del Rio Virgen, cuando él pobre hombre ni siquiera votó, está enjaulado en su Gulag siberiano. Cuando ganaron la elección de la dirigencia del PAN, el gobierno de Veracruz le metió las manos y, ayudados por el Tribunal Electoral de Veracruz (TEV) y la Sala Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación en Veracruz, les dieron palo y echaron abajo ese triunfo, donde en la planilla ya no iba Tito Delfín Cano sino Federico Salomón con Indira, que no es Gandhi. El Tribunal Electoral de la Federación ayer les dio el triunfo a la planilla panista y eso dio una vuelta de hoja, Joaquín Guzmán quizá se vaya a una Embajada, como acostumbra AMLO a quienes le ayudan ¿habrá una en Chacaltianguis o Palma Sola?, porque aquí el grupo de los Yunes Linares y Yunes Márquez, se vuelven a fortalecer teniendo al PAN para ir en la Alianza y quitarles el triunfo y entonces sí, como dijo un opositor, cuando se logre esto ver cómo huyen por todo el país o fuera del país aquellos que violentaron las leyes y las hicieron una vergüenza para Veracruz.
ESA ODISEA DEL REAL MADRID
Cuando Gianni Infantino, presidente de FIFA, vino a México hace poco, y Emilio Azcárraga Jean le llevó a conocer el Estadio Azteca, donde el mejor del mundo, Diego Armando Maradona, consagró La mano de Dios y burló a todos los ingleses, para ejecutar el mejor gol de todos los mundiales, Infantino dijo que, como él es italiano, aquello era, comparándolo, como El Vaticano. Y era cierto. Los estadios hablan, a veces enmudecen, como cuando el Maracaná se quedó mundo ante más de cien mil espectadores y Brasil le sigue llorando a aquella final uruguaya. Los estadios tienen vida. Uno, que conoce el Santiago Bernabéu y lo he caminado varias veces, y a veces llego o en el Metro o en taxi por la madrileña calle de La Castellana, al salir ves la algarabía en el Metro de esa afición que, unas veces sale alicaída, cuando pierde el equipo, pero otras cantando aún en el Metro. Eso ocurriría ayer cuando en la Champions todos lo dábamos por muerto, pero, como dijo un experto en futbol, al Real Madrid hay que matarlo bien, sepultarlo seis metros bajo tierra y echarle varias palas de concreto y dejarle diez cruces, porque donde se levante tantito, te acaba. Así les pasó a Pep Guardiola y sus muchachos, llevaban media hora jugando con ellos y parecía que, cuando les clavaron el gol del Manchester City ya no se levantaban de esa tumba. Pero vino el milagro, los 60 mil aficionados del Bernabéu, entre esos cantos y esa alegría no se derrotaron, siguieron alentando al equipo hasta que llegó el gol y empataron el juego y en el tiempo extra un penalti del gran Karin Benzema, que posiblemente logre el Balón de Oro este año, le dio el triunfo y aquel gol los elevó a los altares de la final. El Chamartín, dicen los expertos, es una Casa de Brujas, otros que Harry Potter les mete magia, el PSG, el Chelsea y el City mordieron el polvo en esa casa embrujada, ese día Dios era madridista, ni lo duden, bien decía Eduardo Galeano: “El futbol es la única religión que no tiene ateos”. Y ahora van contra Liverpool por su 14 copa Champions, el único equipo del mundo que tiene 13 copas en 16 finales, no hay otro, el más cercano es el Milán, con 7, Liverpool, 6 y Barcelona 5. A esperar la final en ese París que embruja.
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