El minatiterco se viste de gala.
Anda tan soñado, bueno lo que le sigue, a grado tal, que ya se imagina aposentando sus escurridos glúteos en el sillón principal de Palacio de Gobierno de Veracruz, allí donde un perfecto desconocido, el hijo de Atanasio, finge mandar.
Le cuento.
De entrada, estará usted de acuerdo que en política no hay casualidades, nada es por eventualidad.
Bueno, pues el hecho de que el tabasqueño venga a celebrar a Veracruz, el próximo día 18 de marzo, otro aniversario más de la Expropiación Petrolera, no es otra cosa que una seria muestra de confirmación de que el minatiterco, Sergio Carlos Gutiérrez Luna, trae línea de palacio nacional para caminar a sus anchas por todo Veracruz.
Sin dar mayor explicación sobre su visita al sur de la entidad, al municipio que vio nacer el minatiterco, el dueño de “La Chingada”, habrá de estar presente para conmemorar tan importante acontecimiento para el pueblo de México.
Sobra resaltar que el minatiterco es protocolario, sabe manejar a la perfección los tiempos y espacios políticos, su especialidad es la simulación y el engaño, la tramoya y la ironía.
No resuelve nada, pero deja contenta al elector, saluda y reparte abrazos al por mayor, allí no escatima nada, al abultado oficio político que porta sólo lo utiliza para vacilar a la población, el minatiterco es un político profesional, de eso ni duda cabe, por lo que como decíamos en entregas anteriores, conoce a la perfección los drenajes de este arte llamado política.
Aparentando un comportamiento adecuado gusta de vacilar a la población, tan es así que de inmediato le vino a tomar el pelo al hijo de Atanasio, y a los más de siete millones de veracruzanos también, al anunciar que para la entidad veracruzana venían “cosas buenas” entre ellas, toda una bolsa de miles de millones de pesos dentro del presupuesto de la federación.
Por favor.
Y la zacatecana, la señora Nahle.
Ella, se dice, trina de coraje, sabe que su capricho político está en alto riesgo, la paisana de Ricardo Monreal aun cuando goza de todo el cariño del oriundo de Macuspana, Tabasco, no cumple con las expectativas para sacar adelante el proyecto político del señor López. Veracruz no es cualquier cosa y la señora Nahle, no es garantía.
Por si lo anterior fuera poco, en días pasados cerca de medio centenar de diputados fedérales vinieron acuerpar a Sergio Carlos. Sí, los pupilos de San Lázaro sin mayor empacho se hicieron presentes en Veracruz, el pretexto fue lo de menos.
Pobre zacatecana.
Mas cantada no puede estar la jugada.
Quizá en tan importante acto sea válido que el dueño de “La Chingada” haga la presentación oficial de Gutiérrez Luna al hijo de Atanasio, digo, por aquello de que no lo conoce.
Pobre hijo de Atanasio, bien valdría la pena pararlo un día de estos en pleno malecón de la ciudad de Veracruz, para ver cuántos paisanos lo saludan, sin temor a equivocarnos media docena sí se atreve hacerlo.
Todo un perfecto desconocido.
Claro que sí.
El electorado debe extremar providencias porque Gutiérrez Luna, puede resultar ser un auténtico gárrulo o un excelente bufón, como esos que abundan hoy en día en la entidad veracruzana y que presumen ser unos doctos en esto de la política.
Cuidado con el minatiterco.
|
|