Seamos prudentes y concedamos el beneficio de la duda al hijo de Atanasio.
Eso que hizo ayer, allá en Tlacotalpan, no fue otra cosa que encabezar el carnaval de los chairos.
La perorata fue la misma, el escenario fue tan mágico, tan pintoresco y, sobre todo, tan hospitalario pueblo.
La llamada “Perla del Papaloapan” fue la única beneficiada con dicho baile de máscaras, ya que la derrama económica fue bastante considerable, todo un significativo respiro financiero para varios sectores de dicha comarca.
La pasarela fue protagonizada por puro empleado de gobierno, por no decir puro acarreado, con los burócratas llenaron el Teatro Netzahualcóyotl.
Tres centenares de invitados, cupo lleno en dicho inmueble, fueron los testigos, por no decir partícipes, de la sarta mentiras que sin mayor empacho emitió el hijo de Atanasio.
Con su clásico estilo cantinflesco y con esa abultada aptitud que tiene para decir sandeces, miles de veracruzanos se preguntan si acaso el vástago del profe ¿tuvo el valor de reconocer que nuestro estado ocupa un vergonzoso primer lugar en lo que a secuestros refiere? eso es lo que dice la organización Alto al Secuestro.
O de igual forma se cuestionan si el solterón mostró honestidad y reconoció que la entidad veracruzana fue calificada, hace apenas 90 días, como la más peligrosa para la clase política, a grado tal de asegurar que Veracruz es el núcleo de este aprieto. Desafortunadamente, así nos califican en el exterior.
En el presente año varios actores políticos, tanto locales como de otras entidades coincidieron en señalar que el estado de Veracruz vivió el escenario electoral más violento en su historia.
Sobra resaltar que los veracruzanos conviven en medio de la incertidumbre, sumergidos en un clima de terror e inseguridad, todo gracias a la incapacidad y el temor de los responsables de dar certeza a los miles de familias veracruzanas.
El encargado de todo ello, un tal Hugo Gutiérrez Maldonado, ha preferido adoptar la postura del avestruz, esconde la cabeza, pero enseña todos los glúteos.
Por supuesto que es lamentable, y admirable también, el grado de ineptitud del actual gobierno, la irresponsabilidad es la constante en el actuar del hijo de Atanasio.
Son doce meses de incertidumbre laboral, de titubeo educativo, de vacilación económica y de valemadrismo agropecuario.
La clase campesina sufre las consecuencias de tanta dejadez, del exceso de perplejidad y sobre todo de la demasía de burocratismo, donde los únicos que salen perjudicados son los hombres que hacen producir la tierra.
Lo sobresaliente del mensaje que emitió el hijo de Atanasio fue la forma tan descarada en presumir que durante su gobierno “hemos transformado Veracruz” y, fiel a su inventor, sin perder el tiempo, se les fue encima a las administraciones pasadas tildándolas de corruptas y detractoras.
Y lo que se esperaba, ¿saben quién vino en representación del señor López?, sí, le atino, la señora Nahle, la zacatecana, esa que tiene rato que anda en campaña electoral ambicionando la gubernatura de Veracruz.
La madrina del uno y del dos, fue sentada en primera fila, acuerpada, y mire si no, por el morenito, así con cariño, porque tiene la piel muy delicada, un tal Eric Patrocinio.
Vaya que hizo figuras circenses, hasta el tibio senador, un tal Ernesto Pérez Astorga se atrevió a presentarse.
Que gusto.
Como bien resalta la población, en Veracruz los mandamientos del señor López han valido madre, la actual administración no ha sido capaz de darles vida, los ha mantenido olvidados y ha preferido darle rienda suelta al valemadrismo.
Así de sencillo.
Por eso de nuevo la pregunta ¿Tercer Informe?
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