El huracán Grace, fue el detonante.
Miles de productores veracruzanos están en ruinas.
Son decenas de cientos de familias las que no la pueden ver, son las que apenas y sobreviven comiendo tortilla con sal y si bien les va un cazo de frijoles hervidos con un chilito reventado para que le de sabor.
Lo más grave es que, sin salir de su burbuja, el hijo de Atanasio, junto con su pandilla excluye a este sector.
Lo mismo de siempre, le vale madre.
Argumentando una austeridad republicana, y sin dejar de lado esa cantaleta de las tan ya famosas medidas de austeridad el gobierno federal que encabeza el tabasqueño, ha dejado olvidado al campo agrícola, y es precisamente de allí de donde se agarra el hijo de Atanasio, el solterón, como buen imitador, solo repite el hecho.
En esta cascada de valemadrismo los hombres que hacen producir la tierra en la entidad veracruzana no han sido la excepción, son los que están pagando las duras consecuencias.
Le platico.
La mañana de ayer productores de plátano, limón y maíz se vieron en la necesidad de plantarse en la secretaría de Desarrollo Agropecuario Rural y Pesca, para demandar la entrega inmediata de apoyos en las zonas siniestradas por el fenómeno natural.
Ya han pasado varios días y ellos continúan igual, nadie de la administración que encabeza el hijo de Atanasio se ha acercado a ellos para, cuando menos, preguntarles sobre su situación muy a pesar de que perdieron la cosecha de sus diferentes cultivos.
Como sucede en otras zonas perjudicadas ninguna autoridad del Estado, les ha brindado la ayuda.
De entrada, se podría decir que tal solo en la zona norte del estado son más de seiscientos productos los afectados, lo anterior sin mencionas los miles de trabajadores que se emplean en la colecta de los frutos.
Esta vez se trata de campesinos de los municipios de Álamo, Papantla, Gutiérrez Zamora, San Rafael, Martínez de la Torre, Tlapacoyan, Nautla y Misantla entre otros.
Para ellos no ha habido nada, vaya ni tan siquiera los han mencionado.
El paso del huracán, mismo que trajo rachas de vientos superiores a los 180 kilómetros por hora, devastó más de 900 hectáreas de cultivos de plátano, limón, naranja y maíz, productos que ahora estos pobres hombres tendrán que vender, o casi regalar, para medio recuperar algún recurso financiero, como producto de menor calidad.
El coyotaje no paga más.
Por eso la urgencia y la extrema necesidad de todas estas familias por recibir los apoyos.
Lo curios es que ya vino el dueño de “La Chingada”, a tomarse la foto oficial, y la gente del hijo de Atanasio ni siquiera tiene un censo de afectaciones agrícolas.
Como ya es la constante en este gobierno, la incertidumbre impera en estos productores ya que desconocen los mecanismos de apoyo que habrá de utilizar el hijo de Atanasio y su pandilla.
Sobra decir que todo lo anterior son muy malas noticias para el sector agroalimentario, para toda esa gente que en estos momentos no encuentra una salida.
Lo que no logra vislumbrar el hijo de Atanasio son las consecuencias en el corto y mediano plazo.
Trata de olvidar que éste es un sector clave para el desarrollo de la nación, tiene casi treinta meses que, en Veracruz, el sector agropecuario es el más olvidado de todos los sectores,
A como pintan las cosas, y de continuar ignorando a tan importante sector productivo, este amargo panorama traerá más restricciones fuertes para el agro por lo que se requieren atender con urgencia.
Reiteramos, al campo veracruzano el hijo de Atanasio lo tiene olvidado.
Que escasa progenitora.
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