A la señora presidenta siempre le ha faltado carácter para gobernar.
Sobra decir que la tibieza es algo que le caracteriza, su mediocridad administrativa la ha llevado a un mal gobierno. Y las consecuencias allí están, son palpables.
Desde un principio en esto de las fiestas patronales Gloria Galván Orduña, mostró total apatía por aplicar la ley.
Le valió madre todo.
Ella quería ingresos, esa era su ambición.
Siempre se amparó bajo el argumento que la tradición era mucho más fuerte que la ley, todavía la recordamos cuando, sin mayor empacho, sostuvo que ella no podría detener la venta del tradicional verde o la mora aun cuando muchos de los visitantes resultaron lesionados, varios de ellos de gravedad.
En aquel año sus flamantes asesores inventaron que en eso de la capea solo participarían las personas inscritas, ante el Comité Pro Toro.
Por favor.
Vaya autoridad.
Fue un domingo 22 de Julio del año 2018 cuando, allí, en palacio municipal, ofreció una conferencia de prensa y, con un cantinfleo admirable, expuso su arenga.
Ahora, al igual que en los años anteriores, Galván Orduña evade el problema y esta vez de manera más razonada pues no tiene calidad moral para mostrar carácter ya que ella, gracias a su avidez política, y en aras de cumplirle el capricho su doncella, entiéndase a su hija, fue la primera en promover las reuniones masivas, todas en busca del voto popular que le diera el triunfo a su muchacha.
En pleno pico de la pandemia y ante la total restricción, por parte de las autoridades sanitarias, de tertulias sin límite, fue una constante ver como su hija, la ex candidata a la alcaldía, era protagonista de grandes asambleas tanto en la cabecera municipal como en las congregaciones.
Sin respetar las recomendaciones sanitarias e ignorando de manera total el uso de cubre boca, la aplicación de gel antibacterial y, sobre todo, la distancia de recomendada, Galván Orduña se metió de lleno en su interés político.
Paso por encima de todo y de todos.
Y aun así la hija mordió el polvo.
Esta vez, con el semáforo epidemiológico regional del Covid-19 en color naranja, la alcaldesa Gloria Galván Orduña, se cruza de brazos y espera pacientemente la fiesta patronal a Santa María Magdalena, una tradición que, según ella, no se puede hacer a un lado.
Provecho.
Por cierto, en aquella comarca quien anda como trompo chillador, pues no lo calienta ni el sol, es un tal Raymundo Eligio Saldaña, un sujeto que se siente zurcido a mano, sí, el mismo que en sus inicios en esto de la política fue el chofer estrella de “Huevos Tibios” y mírenlo ahora todo un magnate en esto del transporte suburbano.
Pobres xiqueños, que estarán pagando.
LO DEL SERGIO GUZMAN RICARDEZ, FUE UN BORREGO.
Eso de que el diputado local electo por el distrito XXX Coatzacoalcos, habrá de ser el próximo titular de la JUCOPO en el congreso local, no es otra cosa que una auténtica invención. Y, muy al contrario, que el representante popular electo cuenta con la incondicional amistad de la Nahle es totalmente cierto, que son compadres también es verídico, pero de eso a que sea el pastor de la próxima legislatura local, nada, lo único pretenden es provocarle un malestar estomacal al “Carón”, sí, el mismo sujeto que anda con el Jesús en las fauces, rogándole para que le toque repetir como representante popular.
Y miren que anda preocupado pues a uno de sus lazarillos, que no es gente de sus confianzas, un tal Aldo Adrián Valerio Zamudio, el mismo que se desviste, perdón se desvive, por Zenyazen Escobar, lo puso a trabajar sobre el tema.
Lo curioso es que el cordobés ese, no tenía ni idea de lo que debía hacer.
Como siempre, puros tumbos es lo que dio.
Vaya borregaso.
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