Fe de erratas. Hace un par de días me equivoqué al decir que Arturo Beltrán Leyva era el Jefe de Jefes; y no, era Miguel Ángel Félix Gallardo. Una disculpa y mi agradecimiento a quienes hicieron notar el error.
“Todo gobierno que no se apoye en las leyes, es un gobierno despótico, se llame como se llame”. Daniel Webster (1782 - 1852)
Y no puede decirse que el gobierno esté observándolas, cuando tan olímpicamente el Presidente viola la Carta Magna. Y lo peor es que nadie dice nada; y todos tan campantes. ¿Dónde están los disque autónomos y descentralizados que no denuncian que el país está militarizado?…
Y no es que se esté en contra de los militares. Bueno fuera que metieran orden; pero lo dudo. El Gobierno no da el respaldo suficiente para combatir el problema de la corrupción y los cárteles se han convertido en la hidra de las mil cabezas…
No se puede tener tantos frentes abiertos y encima de todo cumplir con las encomiendas que les hace el Presidente, generando inconformidad, no solo entre la tropa, que abiertamente dicen que entraron al Ejército porque querían ser soldados y servir a la Patria, no policías…
Y qué decir de los altos mandos castrenses que tampoco están muy a gusto con los Secretarios de La Defensa y de La Marina, que fueron escogidos a modo por el Presiente López Obrador, sin respetar la tradición para tan importantes cargos…
El problema radica, no en si era necesario, dadas las circunstancias, que rompiera su promesa de campaña de regresar a los soldados a los cuarteles; sino en helecho de que se está violando la Ley…
Y que no hay quien diga nada ni haga nada para meter orden. El Presidente se ha convertido en un dictador y lo peor es que va que vuela para convertirse en el Ayatolá tabasqueño…
Con eso de que anda en la prehistoria en cuestión de conceptos filosóficos; y sus creencias lo llevan a actuar de una manera vergonzosa y humillante para el presidente de una nación que se precia de ser laica…
De nueva cuenta, durante las inmensas caravanas de 300 automóviles y hasta más, que circulando entonaban algo muy parecido al himno cristero. Un himno guadalupano que dice que quieren salvar a la Patria y a Dios; y por eso piden la renuncia de López Obrador…
No deja de ser enternecedoramente vergonzoso, que todavía haya hombres que se atreven en estos tiempos a defender a Dios. Olvidando que Dios no necesita que lo defienda nadie ¡vaya!…
No en balde les dijo a sus apóstoles que guardaran sus espadas cuando fueron a detenerlo los romanos y Pedro le cortó una oreja a un soldado y Jesús se la pegó. Cierto es que hay versiones que era un líder guerrillero y por eso andaba con gente armada…
Que dicen que en realidad eran sus guardaespaldas; porque no se explica que hombres de paz anden armados y se encuentren prestos para enfrentarse a la Autoridad para evitar que detuvieran al que estaban custodiando…
Pero él conocía bien su destino -ni modo que no- y lo afrontó; aunque dicen que ya luego, cuando las cosas se pusieron más difíciles, léase torturas, se le escuchó pedirle a su Padre que le bajara dos rayitas al martirio porque ya mero andaba rajándose…
Si es posible, suplicó. Pero el papá no cedió; y dicen que le dijo que se aguantara; que bien que le había advertido que no viniera. Bien claro te dije que no eran de fiar; pero necio en que ibas salvarlos. Pero en fin…
Si podría haber algo peor que el PRI, el PAN, el PRD, etc. y todos juntos y revueltos-más o menos como Morena- sería regresar a los tiempos del oscurantismo y la teocracia. Llevar a cabo oraciones dentro del Palacio Nacional, como dicen que las celebran los cristianos, es para ponerse a temblar…
Sobre todo las mujeres y los niños, pues probado está que los religiosos interpretan a su muy conveniente modo eso de “Dejad que los niños se acerquen a mí”. Y referente a las mujeres, las religiones y sus dioses son los directamente responsables de la misoginia; para aquellos que le dan tantas vueltas al asunto tratando de encontrar la causa y la solución…
Pues estos cuates, los curas, actuando en contra de las disposiciones del gobierno, reabrieron sus casas de culto a las que llaman templos, pero que en el fondo no son otra cosa que franquicias vaticanas…
Recordando que lo que dio inicio a la Guerra Cristera (1926 – 1929) fue que los curas no estaban de acuerdo con la que fue llamada la Ley Calles; por lo que cerraron los templos, negándole al Pueblo la oportunidad de salvarse si se morían sin los santos oleos y se levantaron en armas…
Hoy al contrario, también en contra de lo dispuesto por las Autoridades, abrieron sus iglesias. Porque Dios es grande y agua bendita en lugar de gel a las entradas -que tampoco sirve para nada- los protegerá del virus y no va a pasar nada.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida. |
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