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martes 23 de abril de 2024

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2019-03-30 / 13:46:52

_guerra de 4ª generación 2

Las guerras de todos los tiempos han perseguido objetivos muy precisos y delimitados. Entre ellos, apropiarse de territorios y riquezas existentes a ras de suelo y en la profundidad de los mismos. Antes -sospecho que ahora también- los imperios utilizaban las conflagraciones para capturar esclavos o conseguir súbditos y vasallos.

La descripción de los cuatro momentos y desarrollos de las conflagraciones en el mundo –que parcialmente trascribo- fue elaborado por el “Ministerio del poder popular para las comunas y protección social” del gobierno venezolano. La intención del documento es educar a aquel pueblo sobre la guerra psicológica que se cierne sobre esa nación. Casi todo lo escrito a continuación proviene de esa fuente y puede servir –en la medida de lo posible- para interpretar lo que sucede en nuestro país.

Dos rasgos sobresalen a las guerras de primera generación: el uso de armas de fuego y la creación de ejércitos regulares y profesionales al servicio de un mando único. Otro aspecto distintivo es que la guerra se industrializó -de manera incipiente- e inició la carrera armamentista entre los bandos beligerantes.

La guerra de segunda generación se caracterizó por que todas las armas que se utilizaron provenían de la industria armamentista y otros equipos mecánicos –fabricados en talleres creados exprofeso- se incorporaron a los afanes bélicos. La mecanización en los medios de transporte –otra de sus características- consiguió que los ejércitos tuvieran una mayor capacidad de traslado y movilización de sus huestes.

La guerra de tercera generación: se basa en la velocidad y sorpresa de un ataque -aprovechando la superioridad tecnológica sobre el enemigo- impidiendo cualquier coordinación defensiva del atacado. El ataque se basa en la concentración de fuerzas aéreas y terrestres coordinadas; en la interrupción de comunicaciones del enemigo y, en el aislamiento logístico de sus defensas, causando un impacto psicológico que provoca desorden mental y zozobra emocional. En esta etapa se ataca masivamente a los civiles para impedir que sigan trabajando en la industria bélica ya sea en la elaboración de armas, municiones y otros pertrechos que se necesitan en la guerra.

La guerra de cuarta generación: se caracteriza porque las partes beligerantes tienen demasiada tecnología letal y un gran poder militar incluyendo armas atómicas y otras de similar capacidad destructiva. Si se utiliza ese mortal poderío se corre el riesgo de acabar no tan sólo con el enemigo, un segmento del género humanos puede perecer o la humanidad entera se pone en riesgo. La “sensatez” ha obligado a los bandos enemigos usar fuerzas militares o paramilitares irregulares que privilegian el empleo de tácticas no convencionales de combate con el fin de desestabilizar y derrotar al enemigo. Uno de los distintivos de esta estratagema es que la población civil es financiada por las élites locales y son alentadas para que provoquen revueltas callejeras en sus ciudades y se manifiesten en contra de su propio gobierno. La guerra psicológica se enmarca en esta generación.

Por otra parte, las observaciones que hace el gobierno venezolano a su pueblo dicen que “no puede haber un imperio sin súbditos y si los súbditos se empiezan a alzar el imperio se tambalea”. Venezuela no es amenaza ni militar y menos económica para los EEUU, aunque

los gringos digan lo contrario. Ese país, solamente, es un mal ejemplo para los gobiernos neoliberales del continente y eso para la supremacía de las barras y las estrellas es imperdonable.

El Doctor Salvador Allende presidente de Chile (1970-1973) instituyo el primer gobierno de izquierda en América Latina. Llegó a esa posición por la vía electoral. Fue derrocado por un golpe militar planeado y patrocinado por EEUU y llevado a cabo por el dictador Augusto Pinochet en contubernio con las fuerzas conservadoras de ese país. El pueblo chileno sufrió el asesinato de muchos partidarios de Allende y la democracia, otros fueron apresados y torturados, unos más fueron desaparecidos y algunos centenares emigraron. En aquella nefasta época del siglo XX sucedió lo mismo en Argentina, Perú, Uruguay, Guatemala, Honduras, etcétera. Todos los golpes militares se perpetraron –según EEUU- para luchar contra los gobiernos “socialistas” y “comunistas”.

América latina, en el siglo XXl, sigue sufriendo el acoso y amenaza del gobierno norteamericano. Ejemplos de golpes de estado en este siglo son: Haití (2004); Bolivia (2008 fallido); Honduras (2009); Ecuador (2010 fallido); Paraguay (2012); Brasil (2016). Todos ellos invocando la “legalidad”, en “defensa de la democracia”, de los “derechos humanos” y últimamente en contra de la supuesta “corrupción de los gobernantes” derrocados. En estas últimas sediciones y asonadas se privilegió el uso de las tácticas no convencionales de combate y la guerra psicológica. El mecanismo golpista sigue siendo utilizado por los gringos, confabulados, con la crème de la crème local. Recurren a ese método cuando el poder está en manos de gobiernos progresistas de un país y empiezan a ejecutar reformas sociales que buscan el bienestar de los más desprotegidos e implementan reformas a las leyes para devolver los recursos –energéticos, minerales o naturales- al estado.

Hugo Chávez demostró –equivocado o no- que en Venezuela -en pleno siglo XXl- se podía transitar hacia gobiernos alejados de la tutela gringa. Ante tal desacato, el gobierno estadounidense quiso derrocarlo y ahora –por las mismas causas- pretende deponer a su sucesor. Hace todo lo posible por lograrlo y para tal propósito utiliza, entre otros medios, la guerra psicológica y el sabotaje. No olvidemos un detalle: Venezuela está atiborrada de petróleo y minerales preciosos que se encuentran en las entrañas de ese país.

En Venezuela calculan que no habrá una invasión yankee a su territorio. Suponen que los tiempos de los golpes militares -para derrocar gobiernos no alineados- ya pasó. Consideran que una invasión militar provocaría una matazón de venezolanos y los gringos se meterían en un margallate diplomático y generarían el repudio y condena mundial. Dicen que la estrategia que van a usar es la guerra no convencional, incluyendo la asfixia económica y aislamiento financiero del resto del orbe. Ojalá que los venezolanos no se confíen. Donald Trump dijo que todas las “opciones” están sobre la mesa. Por supuesto que el golpe de estado y masacre de venezolanos no está desechada por el mandatario estadounidense.

Una de las tácticas que los gringos están utilizando en Venezuela -y en el resto de los países americanos que tienen riquezas naturales- es la guerra psicológica o de cuarta generación. En la próxima ocasión intentaré desmenuzar en que consiste ese tipo de estratagemas y manipulaciones.

alfredopoblete@hotmail.com