Llevo años afirmando en este mismo espacio, que mientras los consejeros del Instituto Nacional Electoral y los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación sean electos a propuesta de los partidos políticos, jamás tendremos los y las ciudadanas un mínimo factor de credibilidad en los procesos electorales, tratase de la elección de que se trate, inclusive en las entidades federativas, que son una copia del procedimiento federal.
Para nadie es un secreto que los actuales magistrados del TRIFE fueron impuestos por acuerdos que en lo oscurito tuvieron los partidos políticos mayoritarios de México, y de esa forma, el Partido Revolucionario Institucional se quedó con tres de los actuales magistrados, el PAN con dos y el Partido de la Revolución Democrática, solo con uno.
De allí que no es casual que el acuerdo a través del cual el TRIFE decide modificar la sentencia del INE, en el sentido de negarle el registro a Jaime Rodríguez Calderón como candidato independiente por tramposo, sea desconocida por cuatro de los siete magistrados para que, con argumentos legaloides como “derecho de audiencia” y “debido proceso”, sentencien que el nombre del bronco aparezca en la boleta electoral presidencial, y de esa manera, como antes hizo la Presidencia de la República con Margarita Zabala para que le quite votos a Ricardo Anaya, hoy el bronco le reste a don Andrés Manuel.
¿Quiénes votaron a Favor? Los ministros José Luis Vargas, Mónica Soto, Felipe Fuentes e Indalfer Infante. Los tres primeros llegaron al TRIFE a propuesta de los senadores del Partido Revolucionario Institucional y el cuarto por el PRD. Se ha filtrado ya que el presidente Peña Nieto no tuvo ningún problema con los magistrados tricolores para decirles como tenía que ser el
sentido de su voto, pero el que se puso un poco “rejego” fue Ildalfer, razón por la que el Ejecutivo Federal mando al licenciado Humberto Castillejos, antiguo consejero jurídico de la Presidencia de la República para convencerlo, ya se imaginará usted como, y fue el cuarto magistrado que con su voto legitimaron las trampas, las ilegalidades que cometieron los tres candidatos independientes.
Estas acciones tanto del INE (que avalaron las falsificaciones de firmas que de miles de credenciales de elector hizo Margarita Zabala, bajo el mismo esquema de cómo esta constituido ese dizque órgano autónomo), como del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, no son buenas noticias para la democracia mexicana, porque la nomenklatura priísta, hecha gobierno, manda un claro mensaje: Si pierde, como ya es un hecho, su candidato, judicializarán los resultados electorales (gane AMLO o gane Anaya) y el TRIFE votara por la nulidad de la elección, bajo el pretexto que ellos quieran, generando indignación social y política de consecuencias imprevistas hasta el momento.
Llegaremos pues a la elección del primero de julio con dos árbitros electorales sumisos, abyectos, entregados al presidente Peña Nieto, sin credibilidad alguna, que nos están avisando que solo reconocerán un triunfo (imposible) del PRI, o anularán la elección. |
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