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XALAPA.- En lo que fue su última gira de despedida para inaugurar una casa museo en homenaje a don Benito Juárez García, en el puerto de Veracruz, el presidente Andrés Manuel López Obrador vivió en carne propia el significado de la frase “siembra vientos y cosecharás tempestades”. Y es que decenas de trabajadores del Poder Judicial de la Federación lo recibieron a huevazos, arrojándole botellas de plástico llenas de agua y con la consigna que gritaban a coro: “dictador, dictador, dictador”. López Obrador llegó a bordo de su camioneta blindada en medio de la protesta de decenas de trabajadores, incluso la unidad llevaba dañada la parte posterior del espejo delantero derecho, el lado donde viajaba el tabasqueño. En la protesta hubo jaloneos entre los trabajadores y personal oficial asignado a cuidar las vallas que impidieron a los veracruzanos acercarse al mandatario.
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