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XALAPA.- La campaña de la candidata del Partido Demócrata, Kamala Harris, ha generado un entusiasmo y una atención generalizados. En poco tiempo la vicepresidenta estadounidense eliminó la ventaja que Donald Trump tenía sobre Joe Biden en las encuestas nacionales y en estados indecisos. Sin embargo, el sexismo se podría convertir en una “piedra en el zapato” para la vicepresidenta estadounidense ya que las prácticas discriminatorias hacia las mujeres siguen presentes en la política estadounidense. Una encuesta realizada por The Conversation, entre mil adultos, representativa a nivel nacional, apoya este argumento: un 51 por ciento de los estadounidenses están de acuerdo con la afirmación “Estados Unidos está preparado para su primera presidenta afroamericana”. Sólo el 23 por ciento se mostró en desacuerdo. Aun así, algunos republicanos parecen pensar que pueden ganar haciendo que el género se convierta en un tema a tratar durante la campaña. Esto queda patente en la retórica machista que Trump y otros republicanos utilizan al hablar de Harris. Debido en parte a la retórica sexista de Trump a lo largo de sus campañas y su presidencia, las actitudes sexistas están estrechamente vinculadas a las preferencias electorales. Por regla general, en las últimas elecciones los individuos más sexistas han tendido a decantarse por los candidatos republicanos. El sexismo hostil le costará votos a Harris. Aunque su efecto ya se notaba en enero, una vez que Harris se ha convertido en la candidata demócrata esto se ha hecho todavía más evidente. En un cara a cara entre Harris y Trump, el 89 por ciento de los que se encuentran en el tercio inferior de la escala de sexismo apoyan a Harris, frente al 11 por ciento de Trump. Por otra parte, sólo el 18 por ciento de los que obtuvieron la puntuación más alta en sexismo apoyan a Harris. Si tenemos en cuenta otras consideraciones que influyen en la preferencia por Harris o Trump, los resultados son aún más sorprendentes. Los encuestados menos sexistas tienen un 92 por ciento de probabilidades de decir que votarán a Harris. Pero los más sexistas sólo tienen un 4 por ciento de probabilidades de apoyarla. Lo que esto significa es que, aunque que las actitudes sexistas influían en las preferencias presidenciales de los individuos cuando Biden era el candidato presidencial demócrata, tienen un efecto mucho más evidente ahora que Harris es la candidata demócrata. Dado que Harris parece aventajar estrechamente a Trump en las encuestas, ¿por qué debería preocuparnos la influencia del sexismo hostil en las elecciones? El sexismo ha desempeñado durante mucho tiempo un poderoso papel a la hora de influir en el comportamiento electoral y las actitudes de los estadounidenses en cuestiones políticas. Esto es especialmente cierto hoy en día, dada la gran importancia de cuestiones relacionadas con el género como el aborto, la anticoncepción y los derechos LGBTQ+. Este análisis muestra que las personas con actitudes negativas hacia las mujeres tienen muchas menos probabilidades de apoyar a Harris como presidenta. Harris y su compañero de fórmula, el gobernador de Minnesota Tim Walz, también han atraído a decenas de miles de simpatizantes a sus recientes mítines en Pensilvania, Wisconsin, Michigan, Arizona y Nevada. Aunque las cosas podrían cambiar radicalmente en los próximos dos meses. Está por verse si la campaña de la candidata demócrata es capaz de sortear con éxito esta realidad, hasta ahora existe una posibilidad real de que Estados Unidos elija por fin a su primera presidenta.
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