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XALAPA.- Luego de que trascendió que dejará la gubernatura de Veracruz – le urge irse - por un cargo de tercer nivel en el gabinete de Claudia Sheinbaum, quien le hizo el feo al igual que la gobernadora electa, Rocío Nahle García, las cuales no asistieron al evento, y en un auditorio que no se llenó, pues se observan varias secciones vacías, el gobernador Cuitláhuac García Jiménez rindió este domingo su sexto y último informe de labores, hay quienes dicen que para beneplácito de más de 8 millones de veracruzanos, pues no hay mal que dure cien años. En este marco, el gobernador García aseguró que la siguiente administración estatal contará con 10 mil millones de pesos en caja y no tendrá que pagar deudas en créditos a corto plazo. Destacó que el secretario de Finanzas y Planeación, José Luis Lima Franco, gradualmente fue bajando la necesidad de solicitar préstamos cada fin de año, pues en 2018 se solicitaron 2 mil 500 millones de pesos; en 2019, fueron 2 mil 400; en 2020, mil 800; en 2021, mil 600; en 2022, mil millones de pesos, hasta llegar a 2023, cuando ya no se pidió un solo peso y se pagaron en tiempo y forma los compromisos, dejando un legado de disciplina financiera en la entidad, presumió García. De este modo, dijo, se logró cumplir con el pago de prestaciones, salarios y aguinaldos de trabajadores, pensionados y jubilados, al tiempo de eliminar el déficit que venía arrastrando la entidad por muchos años, gracias a lo cual el segundo piso de la transformación -subrayó- contará con recursos en caja para continuar beneficiando al pueblo y funcionar adecuadamente. Ya encarrerado, el morenista aseguró que el movimiento de la llamada Cuarta Transformación ha logrado cumplir el compromiso asumido con los veracruzanos de acabar con los malos gobiernos, es decir, Cuitláhuac vio la paja en el ojo ajeno pero no la viga en el propio; combatir la corrupción y llevar justicia al pueblo. Según la narrativa de cuentas alegres del gobernador, luego de proyectarse los logros alcanzados en pantallas gigantes del auditorio Benito Juárez, afirmó: “¡Lo hemos logrado!”. Dijo que a pesar de los dichos de los adversarios, “y uno que otro incrédulo, ahí están las obras, las acciones y los resultados de la cuarta transformación; hoy vivimos en un estado y un país con justicia para todos y todas, con las mismas oportunidades para los que menos tienen y una esperanza fortalecida por mejorar las condiciones de vida de todas las familias”, presumió, aunque en materia de justicia olvidó referirse a las atrocidades cometidas por su administración con el delito de ultrajes a la autoridad que fue derogado por la Corte y que provocó centenares de detenciones arbitrarias. Y para sorpresa de millones de veracruzanos, que esperaban que dijera que ya se va a su puesto de tercer nivel en la Comisión para el Uso Eficiente de Energía, el gobernador García aseguró que no se despide, “nos seguiremos viendo porque estamos acelerando la transformación en los siguientes meses que nos quedan. ¡Muchísimas gracias! ¡Para servirles!”, vaya caso, cuando en los últimos seis años lo menos que ha hecho es servir a los veracruzanos, a quienes ni los ve ni los oye. Quizá por eso la gobernadora electa Rocío Nahle García, “le hizo el feo”, al igual que la presidenta electa Claudia Sheinbaum, quien estaba invitada al evento y ninguna asistió. La primera, debido a que según dijo tuvo que “atender temas familiares”. Es así que a través de sus redes sociales, Nahle García “felicitó” a García Jiménez y mediante un escueto boletín de su oficina de prensa, reconoció los “logros” de Cuitláhuac. En el comunicado, Nahle expresó que a pesar de estar ausente “por atender temas familiares”, se ha mantenido atenta a los acontecimientos en el territorio veracruzano y aunque desde hace unos días había informado que se iba a tomar unos días de descanso, lo cierto es que el último informe de su antecesor no fue una de sus prioridades.
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