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XALAPA.- De acuerdo con la Ley Federal del Trabajo (LFT), durante el último trimestre del año debe revisarse el incremento al salario mínimo para el siguiente ejercicio. La autoridad encargada de definir el monto del aumento es la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami), un órgano tripartita, integrado por representantes del gobierno, de los empleadores y de los trabajadores. Actualmente, la remuneración básica general equivale a 248.93 pesos por jornada diaria, esto luego del último ajuste de 20% a la referencia salarial. El aumento para el 2024 mantuvo la tendencia de alzas de dos dígitos observada desde el 2018. La Ley Federal del Trabajo contempla una serie de plazos para la fijación del salario mínimo. Éstos son los momentos clave: Último día de noviembre: fecha límite para que representantes patronales y de trabajadores presenten estudios. Ese mismo plazo es el que tiene la dirección técnica de la Conasami para presentar un informe que -además de los estudios- contenga el movimiento de los precios y sus repercusiones en el poder adquisitivo de los salarios mínimos, así como los datos más significativos de la economía nacional. Último día de diciembre: plazo final para que la Comisión presente la resolución final sobre el incremento que tendrá la referencia salarial para el próximo año. Primer día de enero: inicia la vigencia del nuevo monto y ninguna empresa puede otorgar una remuneración inferior al monto fijado por la Comisión. El año pasado, la Conasami alcanzó un acuerdo el 1 de diciembre para un alza del 20 por ciento. En ese momento, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), destacó en un comunicado que el incremento beneficiaría a 8.9 millones de personas. Hasta ahora, según los estudios de la Conasami, los aumentos históricos a la remuneración básica no han generado un efecto negativo en la inflación y han tenido un impacto positivo en la brecha salarial de género, misma que se ha reducido 25% desde el 2019, cuando inició la política de recuperación salarial del actual gobierno. Por otra parte, entre 2018 y 2022, de las 5.1 millones de personas que salieron de la pobreza, 4.1 millones se pueden atribuir exclusivamente a la recuperación del poder adquisitivo del salario mínimo, de acuerdo con lo reportado por la Secretaría del Trabajo. Los últimos datos difundidos por la STPS, ubican a México como la séptima economía de Latinoamérica con el salario mínimo más alto. Antes del 2020, indica la dependencia, el país se ubicaba en el lugar número 16 en la región, los últimos incrementos han permitido escalar nueve posiciones y alcanzar una remuneración básica superior al promedio de las naciones latinoamericanas. La política de recuperación salarial de México ha sido reconocida por organismos internacionales por su impacto positivo en las remuneraciones generales. En su informe de Perspectivas de Empleo 2024, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) destaca que, en un período de cinco años, México incrementó 86.6% el salario mínimo en términos reales, un alza que superó 6.7 veces el promedio de las economías que integran la organización. El crecimiento del salario mínimo ha impulsado la mejora de los sueldos generales en el país. De hecho, a diferencia de sus principales socios comerciales (Estados Unidos y Canadá), en un período de cinco años, las remuneraciones en México registran un alza, de acuerdo con la OCDE. Es probable que los incrementos de dos dígitos al salario mínimo permanezcan en los siguientes años. La presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo ha manifestado en diversas ocasiones su interés por conservar la política de recuperación salarial. Aunque aún no se han planteado cifras para el siguiente año. Durante la presentación de su documento ‘100 pasos para la transformación’, la presidenta electa consideró que para alcanzar la meta sexenal, se requiere un alza anual de 11% en los próximos seis años. La meta está planteada en dos etapas. Para el 2026 el objetivo es que la referencia salarial alcance un valor equivalente a por lo menos dos veces la línea de pobreza por ingresos urbana (LPIU). En valores actuales, eso representa poco más de 9,000 pesos al mes. La segunda fase es el objetivo para el 2030, año en el que el salario mínimo debería equivaler a 2.5 veces la LPIU, en términos actuales equivaldría a casi 11,300 pesos mensuales. Una buena parte de los incrementos históricos al salario mínimo se deben a la implementación de la política salarial del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, la cual ha buscado recuperar el poder adquisitivo de la remuneración básica debido a aumentos previos que no compensaban el crecimiento de la inflación. Pero esto se ha conjugado con al menos tres factores que también han generado un escenario idóneo para avanzar en mejores alzas, entre ellos se encuentran: Desindexación del salario mínimo. En 2016 la referencia salarial se desvinculó del cálculo para el pago de obligaciones, como sanciones. Esta fue sustituida por la Unidad de Medida y Actualización (UMA). MIR. El Monto Independiente de Recuperación (MIR). Se aplicó por primera vez en 2016 y es uno de los componentes para la fijación del incremento al salario mínimo, se trata de una cantidad absoluta en pesos con el objetivo de recuperar el poder adquisitivo de la referencia salarial. T-MEC. En el marco del tratado comercial con Estados Unidos y Canadá, México asumió el compromiso de mejorar el salario mínimo. El acuerdo ha presionado al país en la política de incrementos robustos. Existen dos tipos de salario mínimo; el general (248.93 pesos) y el de la Zona Libre de la Frontera Norte (ZLFN), el cual equivale a 374.89 pesos por jornada diaria. Este último es un programa que se echó a andar en 2019 para promover el desarrollo de una región conformada por 45 municipios de los estados de Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas que tienen frontera con Estados Unidos mediante incentivos fiscales, los cuales consisten en la reducción de tasas de IVA e ISR y la homologación del precio de las gasolinas con el de Estados Unidos. Estas medidas sobre precios de energéticos y de estímulos fiscales estuvieron acompañadas de un aumento al doble del salario mínimo. En 2019, cuando se otorgó el primer incremento histórico al salario mínimo general de 16% y éste pasó de 88.36 a 102.68 pesos diarios, se creó la referencia especial para la ZNLF y ésta nació con un monto equivalente a 176.72 pesos diarios.
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