La inseguridad no menguará sólo con las ayudas: AMLO debe atacar estructuras violentas, afirman. | ||||
Para Francisco Rivas, director del Observatorio Nacional Ciudadano, la espiral de violencia no sólo se presenta en la cantidad de delitos, también en la calidad de los mismos. | ||||
Miércoles 24 de Abril de 2019 | ||||
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Para Francisco Rivas, director del Observatorio Nacional Ciudadano, la espiral de violencia no sólo se presenta en la cantidad de delitos, también en la calidad de los mismos. La masacre en Minatitlán puso de nuevo la lupa mediática en el recrudecimiento de la violencia que no ha cesado desde el 2015. La noche de pasado 19 de abril, un Viernes Santo, un grupo de hombres armados irrumpió en una fiesta celebrada en la colonia Obrera, de Minatitlán, y asesinó a al menos 13 personas, entre ellas un bebé de un año edad. El Fiscal de Veracruz, Jorge Winckler, ha dicho que la línea de investigación del homicidio múltiple es por una presunta una venganza entre dos cárteles de la zona. LOS FACTORES DE LA VIOLENCIA Lilian Chapa Koloffon, Investigadora en World Justice Project México, y Daniel Vázquez Valencia, doctor en Ciencias Sociales e investigador de la Universidad Autónoma de México (UNAM), explicaron que los repuntes de violencia no se pueden abordar con una causa general para todo el país porque se presentan por varios factores y los patrones son distintos según la región. “Es difícil hablar de una sola realidad de México […] los parámetros siempre son regionales, la violencia tiene sus propias causas, su propia lógica […] tiene lógicas locales, lógicas regionales […] cada una de las regiones va a tener necesidades muy específicas”, aclaró Vázquez. Pero en términos generales, para el investigador de la UNAM, la violencia es un problema estructural y son al menos tres factores que la generan: la económica (desigualdad económica, pobreza), la ausencia del estado de derecho (impunidad) y la existencia redes de macro criminalidad. Las redes de macrocriminalidad, detalló, tienen tres estructuras: la financiera, la criminal y la política. Lilian Chapa de igual manera manifestó que cada entidad federativa tiene una dinámica y una fuente de delito diferente: “Las fuentes de los homicidios son varias y es ahí donde radica el trabajo que tiene que hacer el Estado para identificar cuáles son las fuentes de la violencia”. Las víctimas de homicidio doloso subieron 9.7 por ciento en los primeros tres meses del presente año con respecto al mismo trimestre de 2018. A nivel de estatal, el número de personas asesinadas creció en 18 estados del país, más de la mitad del territorio, y bajó en 14 entidades. Los cinco estados donde más creció la violencia de enero a marzo son: Nuevo León, 104 por ciento; Ciudad de México, 48 por ciento; Tabasco, 47 por ciento; Quintana Roo, 46 por ciento y Jalisco, 38 por ciento. Sin embargo, en Veracruz, donde ocurrió la masacre de Minatitlán, es uno de cinco estados que – aunque son de los considerados de los más violentos- los homicidios dolosos disminuyeron. En la costa veracruzana el asesinato de personas cayó 12.86 por ciento durante el primer trimestre del año; en Guerrero descendió 33 por ciento; Tamaulipas, 16.27 por ciento; Sinaloa, 19.91 por ciento, Baja California, 5.54 por ciento y Nayarit, que estaba repuntando a violencia, el número de muertes por asesinato descendió un 71 por ciento. La tendencia de los asesinatos y los homicidios perpetrados con armas de fuego tuvo un comportamiento casi a la par: en las entidades donde subió el número de asesinatos, también se engrosó el porcentaje de los homicidios con arma de fuego, a excepción de Tlaxcala, donde el número de víctimas de homicidios dolosos –41 en el primer trimestre 2018–, bajó a 38 víctimas de enero a marzo de 2019, pero los homicidios con arma de fuego subieron de 20 a 25 casos. En México al menos el 75 por ciento de la población del país (93 millones de mexicanos) vive en condiciones de violencia, de acuerdo al informe del Índice de Paz México (IPM) 2019. El 2018 fue el tercer año consecutivo en decaer el nivel de paz nacional: 4.9 por ciento. La violencia costó 5.16 billones de pesos el año anterior, es decir, el 24 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). ESTRATEGIA FALLIDA Francisco Rivas, del Observatorio Nacional Ciudadano (ONC), expresó que la violencia no es nueva ni atribuible a una autoridad en particular, sino a un conjunto de acciones que el Estado mexicano no ha podido hacer, “es decir, a combatir la violencia y delincuencia desde lo local, en estados y municipios. Guadalupe Correa Cabrera, profesora asociada en la Universidad de George Mason en Virginia, Estados Unidos, coincidió en que no es reciente “es una tendencia que ya estamos viendo exponencial, que ya estábamos viendo durante el sexenio de Enrique Peña Nieto”. La analista de seguridad destacó que los niveles violentos son “resultado de años de una estrategia de seguridad no convencional y el involucramiento de las fuerzas armadas en la lucha antinarcóticos. Ese plan iniciado por el Presidente Felipe Calderón con apoyo de Estados Unidos – llamado mediáticamente Guerra contra el crimen organizado- intentó descabezar a los cárteles”, explicó Correa, pero no se generó una policía para desarticular a las células criminales que surgían por la fragmentación de grupos tras el descabezamiento de los cárteles. “La fragmentación se previó, pero no surgió la policía”, dijo la especialista. Erubiel Tirado Cervantes, coordinador del Programa de Seguridad Nacional y Democracia en México de la Universidad Iberoamericana, señaló que se debe a la inacción del Gobierno: “son varios factores, pero aquí lo principal es que el Gobierno dejó de atender, con riesgo calculado, la situación crítica que recibió el país en términos de violencia e inseguridad”. José Antonio Ortega Sánchez, presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal, concordó que la estrategia del Gobierno federal, anterior y nuevo, no han sido adecuadas. Ortega Sánchez opinó que, independientemente que haya cambios en los movimientos de los cárteles del narcotráfico, el Gobierno no ataca las estructuras que sostienen estos grupos delincuenciales: “No los están atacando, están dejando que los cárteles sigan haciendo lo que quieren con los de enfrente, con el país, peleando y disputándose las plazas y llenando de sangre al país”. A nivel nacional los feminicidios pasaron de 197 durante los primeros meses de 2018 a 227 en el mismo periodo de 2019. Además, delitos contra la libertad y seguridad sexual de las personas, que incluyen violaciones, abuso y hostigamiento de tipo sexual, pasaron de 8 mil 866 a 11 mil 782 carpetas de investigación iniciadas en el primer trimestre de 2018 y 2019, respectivamente. REACOMODO DE CÁRTELES Para Santiago Roel, director de Semáforo Delictivo, la violencia está ligada al combate de grupos antagónicos del crimen organizado por territorio para la venta de drogas. El observador sostuvo que 80 por ciento de los homicidios dolosos son “ejecuciones” del crimen organizado y, reiteró, que la solución es la regulación de drogas, el combate a la corrupción y de la impunidad “Los muertos son del mercado de drogas, mientras tengamos este mercado negro de drogas vamos a tener muertos, que son herencia desde hace años, pero ahora son más […] Cuando bajan los muertos en los estados es cuando las mafias se ponen de acuerdo o un grupo ya dominó a otros”, añadió el analista en una rueda de prensa ofrecida el martes. En contraste, la experta en seguridad ciudadana, Lilian Chapa, dijo que aunque una parte de los homicidios sí se deba al reacomodo de cárteles, limitar o establecer que toda la violencia homicida es producto del crimen organizado es insuficiente. “Me parece muy reduccionista querer reducir el problema del homicidio a una cuestión de cárteles y eso lo hemos vivido ya. Este sería el tercer sexenio que cometemos ese error. Ya es demasiado tiempo poniendo el narcotráfico y el robo de combustible como única explicación de los homicidios, eso favorece la irresponsabilidad de autoridades estatales y municipales”, señaló Chapa. Francisco Rivas también dijo la violencia no tiene que ver solo con el reacomodo de cárteles “sino con la insuficiencia del Estado para combatir los delitos”. “Si sabemos que se están reacomodando los cárteles, sabemos cuáles son, y dónde están ¿por qué no los estamos atacando? Parte de los resultados [de la violencia] es porque no estamos atacando de fondo, […] No nos enfocarnos a los graves problemas que tiene el país, como lo es la incapacidad de investigar los delitos, la incapacidad de sancionar y a incapacidad de reinsertar en la sociedad a los delincuentes”, dijo. Otros delitos que aumentaron durante el primer trimestre de 2019, fueron los secuestros y las extorsiones. La extorsión subió 47 por ciento, el secuestro registró un alza de 45 por ciento y narcomenudeo se incrementó 14 por ciento. En el 2018, a la par que la tasa nacional de crímenes de la delincuencia organizada aumentó en 11.6 por ciento en 2018, la tasa de homicidios repuntó en 14 por ciento (34 mil vidas más perdidas) y la mayoría (69.4 por ciento) fue cometida con arma de fuego, de acuerdo al Índice de Paz. LA GUARDIA NACIONAL Algunos de los especialistas entrevistados enfatizaron que la Guardia Nacional no será suficiente ni la adecuada para contender la violencia, sin embargo, para Guadalupe Correa Cabrera, esta nueva institución de policía militar “es un mal necesario”. Francisco Rivas, Erubiel Tirado y Lilian Chapa coincidieron en que en los estados y la federación hay fuerzas policiales que se deberían aprovechar y fortalecer. “AMLO quiere hacer todo con la federación y con el Ejército y eso no es posible. Hay un estado de fuerza a nivel federal –policía federal- que vale la pena aprovecharla y eso no lo hace, lo único que hace es despreciar lo bueno que puede hacerse”, dijo Erubiel Tirado. “El tema sería utilizar a la policía federal: la policía federal se está desmantelando y eso va a acarrear graves consecuencias en términos de administración y capacidad de pacificar el territorio. Para mí es un grave error apostar al Guardia, no va a estar lista en el tiempo. No hay un proyecto de Guardia Nacional y estamos invirtiendo un dinero que no tenemos, en una institución que no necesitamos, entonces lo que sí deberíamos hacer es invertir de nuevo en la policía federal y en las policías y procuradurías locales”, expresó Rivas. Chapa Koloffon expuso que responder al problema con la Guardia Nacional como única estrategia, es asumir que la única o principal fuente de violencia homicida son delitos ligados con el crimen organizado “y no es así”. Además, explicó, provoca que “las autoridades locales –estatales y municipales– tiendan a desentenderse del problema […] y con eso se quitan mucha presión política y mediática de atender esa proporción no menor de muertes que tienen que ver con delitos del fuero común”. PLAZO DE SEIS MESES El Presidente Andrés Manuel López Obrador se estableció un plazo de medio año para ver impactos en los índices delictivos. Dijo que en ese periodo ya estarán en operación los programas y estrategias enfocadas a mejorar la seguridad: “En seis meses ya van a estar operando todos los programas. Esto va a ir mejorando mucho considerablemente en la medida que se vayan consolidando tres acciones: fortalecer los programas sociales, la Guardia Nacional y cero corrupciones en los gobiernos”. Los especialistas coincidieron en que es muy pronto y los tres puntos no serán suficientes para dar resultados en el corto plazo. Chapa Koloffon destacó que no se puede disminuir la violencia sin ningún tipo de intervención del Estado, ya sea por operativos o intervención de policías que ataquen las causas de raíz, una investigación criminal de mayor calidad o programas específicos de reducción de homicidio. “Si no se implementan este tipo de acciones, no se puede esperar que la violencia se detenga simplemente como resultado de implementar programas sociales. De hecho, esperar ese resultado es problemático porque se está insinuando que quienes cometen los homicidios son personas en situación de pobreza”, explicó. Y añadió: “No hay forma, no es lógico esperar una reducción, simplemente por desplegar elementos, de la Guardia Nacional o de los elementos que ya cuenta el Gobierno federal”. Daniel Vázquez consideró que el Mandatario comete un error al considerar que la única o principal causa de la violencia es por motivo económico o las consecuencias del modelo económico [neoliberal]. “El problema es que él le está apostando solamente a uno de los problemas estructurales, que es la desigualdad económica o la pobreza, y ese sí es uno de los factores, pero no es el único. En la medida que no ataque la impunidad, no haya un desmantelamiento de redes de macrocriminalidad o no se establezcan estados de derecho que funcionen a nivel local, va a seguir habiendo impunidad y en ese sentido van a seguir matando gente”, apuntó. Erubiel Tirado dijo que el mensaje de AMLO “no se sostiene con los antecedentes ni con el fenómeno de la violencia del país”. Para Francisco Rivas, “los errores graves son la guardia Nacional, criminalizar la pobreza, y pensar nada más que con transferencias económicas vamos a resolver el problema de fondo […] El Presidente habla constantemente de combatir la corrupción, pero no hay una sola evidencia que se está haciendo algo para combatirla”. |
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