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Ciudad de México.- Los recursos públicos que México aplica para niños y adolescentes equivalen a 3.9 por ciento del producto interno bruto (PIB), cifra menor al que destinan 10 naciones de América Latina, de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Incluso Honduras gasta más que México en su infancia (6.9 por ciento que su PIB) y Argentina lo duplica porque aplica un 9 por ciento. La inversión en los menores de 18 años resulta fundamental para reducir la pobreza y alcanzar un desarrollo inclusivo y sostenible, sobre todo porque 4 de cada 10 niños y adolescentes en la región son pobres, el doble respecto a los 2 adultos de cada decena que sobreviven en la misma situación, ponderó el organismo.
“La pobreza en la infancia es especialmente crítica por el mayor nivel de dependencia, la falta de autonomía y la elevada vulnerabilidad de los niños y niñas. El 41.3 por ciento de los niños, niñas y adolescentes vivían en situación de pobreza monetaria en 2016 – último año comparable para las 17 naciones analizadas-- , proporción bastante más elevada que la que afecta a la población adulta (22.3 por ciento). En números absolutos, sumaban 72 millones 300 mil niños, niñas y adolescentes”, precisó en el estudio Las prestaciones familiares públicas en América Latina que publicó recientemente con la Unicef.
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