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| Regresa Álvaro Blancarte a exponer en México Colores y Texturas. | ||||
| “He tratado siempre hacer de mi obra una experiencia propia, más que una búsqueda, un encuentro con las cosas que no existían, sin embargo de repente aparecen”, expresa el artista. En la exhibición del Cuevas se aprecia su cambio de la figuración a lo abstracto, aunque la serie Hecho en México (2016) comprende varios collage en los que se cuelan figuras, por ejemplo, alusivas a la revolución cubana. | ||||
| Jueves 29 de Noviembre de 2018 | ||||
| Por: jornada.unam.mx | ||||
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“He tratado siempre hacer de mi obra una experiencia propia, más que una búsqueda, un encuentro con las cosas que no existían, sin embargo de repente aparecen”, expresa el artista. En la exhibición del Cuevas se aprecia su cambio de la figuración a lo abstracto, aunque la serie Hecho en México (2016) comprende varios collage en los que se cuelan figuras, por ejemplo, alusivas a la revolución cubana. Blancarte trabaja por series. La de los circos la comenzó en la CDMX y lo terminó en Baja California. “Soy del Culiacán antiguo y los circos llegaban con una brocha con engrudo y pegaban carteles que hablaban de la mujer que se convirtió en tarántula por maltratar a sus hijos. Es un recuerdo que quedó en mi”, explica. El artista estudió en el Taller de Artes Plásticas de la Universidad de Sinaloa, donde fue maestro fundador de su Escuela de Artes y Oficios, así como del Taller de Artes Plásticas de la Casa de Cultura de Tepepan, en Xochimilco. El traslado a Baja California cambió su obra por completo: “Llegar al paisaje bajacaliforniano fue arribar a una magia, desde el desierto, las piedras, su color gris”. Sus pinturas, sin embargo, no necesariamente son paisajes. Miriam Kaiser apunta que Blancarte pintó en 1995, en el vestíbulo del Centro Cultural Tijuana, el mural Orígenes, de 36 metros de largo, una historia de las etnias de la región. La obra del pintor tiene un profundo toque matérico. En cierto momento de su carrera vivió un año becado en Europa, tiempo en que conoció la pintura “matérica” del catalán Antoni Tapies y demás seguidores del “informalismo”, que le impactó. Incluso, “allí empecé a ser pintor en vez de escultor”. Blancarte tiene murales también en Panamá, la franja de Gaza en Palestina, Culiacán y Tecate. En 2015 realizó el mural Ancestros, de 26 metros de largo y 8 de alto, en la Garita el Chaparral, ubicada en el andador que une San Isigro con Tijuana. De hecho, inventó un proceso llamado el “mural escultórico”. A la crítica de arte Raquel Tibol le gustaba mucho la obra de Blancarte, incluso bautizó sus acrílicos como “neofrescos”, nombre que se conserva en las cédulas en su memoria y recuerdo. Actualmente, el artista ha dejado un poco lo matérico para hacer un homenaje a Xólotl, el dios perro, gemelo de Quezalcóatl: “Empecé a hacer xolos texturizados a mi estilo. Ya llevo más de 50”. Se incluyen seis en la exposición. Aunque el nombre y obra de Blancarte puede resultar desconocido en CDMX, cuenta con una obra sólida y una larga trayectoria. Kaiser lamenta que se haya terminado “por no sé qué motivos esto de las itinerancias a que estábamos acostumbrados, gracias a las que sabíamos qué pasaba en Durango o Sinaloa. Teníamos bienales, entonces veíamos obra de distintos artistas. Se nos han quedado el Encuentro Nacional de Arte Joven y la bienales Tamayo y Femsa. Es muy triste, lo digo con mucho dolor, ya no tenemos estas itinerancias. Ya no tenemos esta manera de saber qué pasa no sólo en artes plásticos, sino otras disciplinas”. La exposición Colores y texturas en las obras de Álvaro Blancarte permanecerá hasta el 10 de febrero de 2019 en el Museo José Luis Cuevas, Academia 13, Centro Histórico. |
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