Familiares buscan a sus desaparecidos en cuerpos recién localizados. | ||||||
Las familias de personas desaparecidas comenzaron a congregarse en la Dirección de Servicios Periciales, a las 17 horas de este viernes, para observar la carpeta fotográfica de los hallazgos localizados en la fosa clandestina de Alvarado, donde en los últimos 30 días se han exhumado restos de al menos 166 personas. | ||||||
Viernes 07 de Septiembre de 2018 | ||||||
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En la pequeña explanada del edificio público, los familiares son recibidos por un cóctel de olores fétidos, que recorre varias escalas desde lo putrefacto hasta el olor a cloro. Y una manada de mosquitos hambrientos, que no se ahuyentan ni con el humo de los cigarros que algunos de los presentes consumen. Silvia Cárdenas Chávez, madre de Carlos Manuel de la Cruz Cárdenas, desaparecido el 30 de octubre del 2014, es una de las 32 mujeres que acude al llamado, donde con la presencia de psicólogos expertos en contención de crisis, les proyectarán diapositivas de las fotografías de 200 restos de ropa, y 114 identificaciones. La presidenta de la CEDH Veracruz, Namiko Matzumoto Benitez, que coordina el ingreso, dijo que la Fiscalía Estatal ha dispuesto 62 lugares para que las familias de personas desaparecidas pasen a observar el catálogo. “Hoy tenemos 32 familias anotadas para pasar a ver el catálogo de hallazgos, y para mañana (sábado), ya están anotadas otras 32 familias de Cordoba, Veracruz, Xalapa, Tierra Blanca y Coatzacoalcos”, dijo. La funcionaria destacó que la expectativa en torno a la fosa de Alvarado despertó el interés, incluso, de personas originarias de otras entidades del país, cuyos familiares desaparecieron en territorio veracruzano. Antes de ingresar al auditorio de Periciales, Silvia Cárdenas le pide a su hermana que la espere a fuera, y le deja el celular, como una prueba de la dedicación que le pondrá al desfile de diapositivas. Mientras espera, la hermana de Silvia relata la pena de la familia: “cuando uno pierde un hijo, sólo quieres encontrarlo. Todo es subir, bajar, llorar, pelear, no dormir, no comer, hasta que te entreguen su cuerpo”. La hermana de Silvia sabe bien de lo que habla, porque también tuvo un hijo desaparecido. “Mi hijo Silvestre Sánchez Cárdenas desapareció el 17 de junio del 2010, tenía 25 años de edad. Y así andaba como mi hermana, buscándolo en todos lados. Un año después, me entregaron sus restos”, contó. A la conversación se suma la hija de Silvia, quien vino a alcanzar a su mamá: “ella ha sufrido tanto desde que mi hermano desapareció, va a la búsqueda en fosas, acude a las pruebas de ADN, pasa a ver catálogos de los restos encontrados en los cementerios clandestinos del estado, allá donde le digan que puede ir a buscará, allá va”. La hija de Silvia dice que cuando escuchó la noticia de la fosa clandestina de Alvarado, sintió una gran indignación. “Me da tanto coraje, pienso ¡son 166! Y muchos más que han encontrado, ¿cuántos como a mi hermano les habrá pasado igual?” Mientras las mujeres esperan a Silvia pase el viacrucis de mirar y mirar imágenes de restos mancillados, se untan perfume en el cuello y los brazos, para tratar de disimular el olor a podredumbre. “Prefiero incluso oler el humo del cigarro, que seguir oliendo a podrido”, dice una de las mujeres. |
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