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| A un año del socavón en el Paso Exprés: opacidad, sanciones menores y riesgos latentes. | ||||
| A las 5:40 horas de la mañana del 12 de julio de 2017, Juan Mena López, de 56 años, y Juan Mena Romero, de 34 años, padre e hijo, quienes manejaban su vehículo rumbo a su trabajo, cayeron en un socavón que se abrió intempestivamente en la cinta asfáltica del apenas inaugurado Paso Exprés de Cuernavaca. | ||||
| Jueves 12 de Julio de 2018 | ||||
| Por: Apro | ||||
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Mena Romero todavía pudo utilizar su teléfono celular para enviar un mensaje a su novia Esmeralda Gómez, para avisarle lo que había ocurrido. Las horas pasaron y aunque hubo movilización de autoridades municipales, estatales y federales, la mala calidad de la obra, las fuertes lluvias de ese momento y la impericia, hicieron imposible el rescate de ambos a tiempo. Pasadas las 14 horas, el automóvil fue rescatado, pero Mena López y Mena Romero habían perdido la vida por asfixia momentos antes. Durante el tiempo que duraron las labores de rescate, la oquedad pasó de cinco a 12 metros de profundidad. Para ese momento, la historia del socavón llenaba todos los espacios de los medios de comunicación y las redes sociales. Y es que el llamado “paso de la muerte”, como lo bautizaron los morelenses, por la falta de precaución a la hora de hacer la obra y por la mala calidad de la misma, provocó decenas de accidentes a lo largo de más de un año, en los que fallecieron decenas de personas. Prometido por Graco Ramírez durante su campaña electoral de 2012, y asumido el compromiso por el entonces candidato a la Presidencia, Enrique Peña Nieto, el Paso Exprés es una obra que oficialmente costó 2 mil 350 millones de pesos. Aunque primero se planteó como un segundo piso, luego se decidió por la ampliación a diez carriles. Los cuatro centrales se destinaron al “tránsito de paso”, para ser usados por los automovilistas van a Acapulco o a la ciudad de México, pasando de largo Cuernavaca y los seis laterales restantes se abrieron a la circulación de los automovilistas locales que utilizan la vía cotidianamente como una especie de periférico que permite ir del norte al sur de Cuernavaca. La obra se licitó en noviembre de 2014 y en el concurso participaron 29 grupos constructores. El 24 de noviembre de ese año, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), anunció la adjudicación de la obra al consorcio Construcciones Aldesem, de la española Aldesa, y Epccor Construcción, de capital mexicano. El contrato se otorgó por un monto de mil 45 millones 857 mil pesos, pero debió duplicarse al término de la obra, hasta alcanzar una inversión de 2 mil 350 millones de pesos. Otra variación fue que al principio establecía 730 días naturales para terminar la obra, a partir del 29 de noviembre de 2014 y “a más tardar” el 28 de noviembre de 2016, abarcando los ejercicios fiscales de 2014, 2015 y 2016. Sin embargo, la obra fue inaugurada hasta el 5 de abril de este año, 128 días después del plazo establecido y sin concluir. Peña Nieto acudió a la inauguración y presumió la obra como una de las estrellas de su sexenio, junto a un sonriente Graco, que incluso financió los espectaculares que todavía el 12 de julio, día del accidente, agradecían al Presidente por el Paso Exprés. Todo era jolgorio, y nadie vio ni oyó las protestas y quejas que se multiplicaban a lo largo de toda la vía y entre muchos de los sectores sociales de Morelos. Apenas 98 días después, la obra colapsó y la autoridad culpó a las “atípicas” lluvias. Mientras tanto, las autoridades federales, iniciaron una mesa de diálogo con organismos de la sociedad civil, en la que sólo han ido poniendo trabas al acceso a la información de la obra. Por ejemplo, en marzo pasado, se informó que el delegado de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) en Morelos, Héctor Armando Castañeda Molina, colocó en reserva toda la información referente a la obra del Paso Exprés Tlahuica de Cuernavaca, “sin seguir los procedimientos legales correspondientes”. Según integrantes del Colectivo por el Rescate del Paso Exprés, el funcionario federal se niega a brindar información técnica de la construcción, así como los estudios hidrológicos y el proyecto ejecutivo, sin que haya existido el procedimiento que establece la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública. Los activistas confirmaron que la obra del paso exprés tiene aún 46 puntos de riesgo que se observaron y concluyeron a partir de un recorrido por el Paso Exprés, la delegación de la SCT en Morelos sólo se ha comprometido a atender dos puntos. Se trata de realizar, por una parte, adecuaciones para que el quinto carril, en ambos lados de la vía, funcione como carril de incorporación y desincorporación en donde se requiera. Indemnización y sanciones En septiembre pasado, la familia de los Mena, aceptaron una indemnización de algo así como 30 millones de pesos, como reparación del daño por la muerte de sus familiares. El acuerdo fue posible luego del diálogo entre familiares y las autoridades federales de la SCT y las empresas encargadas de la obra, Aldesa y Epccor. En tanto que hace unos días, a principios de julio, la Secretaría de la Función Pública (SFP) impuso sanciones a ocho servidores públicos, derivado de la resolución de 21 procedimientos de responsabilidad administrativa por los hechos ocurridos hace un año. Las sanciones, impuestas al amparo de la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos, según el nivel de responsabilidad, van desde suspensiones temporales y destituciones hasta inhabilitaciones para el ejercicio de cargos públicos por periodos de tres meses, uno y diez años. Entre los servidores públicos sancionados, siete están adscritos a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y uno más a la Comisión Nacional del Agua (Conagua), y ocupan cargos de nivel residente de obra, residente general, subdirector, director general adjunto y director general. |
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