Las intensas lluvias que se registraron el año pasado, dejaron pruebas contundentes en el sentido de que las ciudades de Lerdo de Tejada, Ángel R. Cabada y Saltabarranca, son incapaces de resistir ninguna precipitación pluvial, porque desde las más ligeras lluvias, hasta los más grandes chubascos, provocan serios problemas a su entorno urbano, al inundarse calles y avenidas.
Las lluvias de todas las intensidades, logran perjudicar la vida social y económica de estos municipios cañeros. Quienes no han tenido alguna amarga experiencia, cuando se registra algún fenómeno meteorológico en la época de lluvias, podrán decir lo contrario, pero lo cierto es que en esta temporada del año es un peligro vivir en estos lugares.
Las inundaciones afectan a las principales calles, debido a que estas se convierten en verdaderos ríos, pasan horas y horas y nadie puede moverse, el tránsito vehicular de la carretera federal costera del golfo que comunica a esta parte de los Tuxtlas, se paraliza totalmente.
En varias colonias y en el centro de estas poblaciones sus habitantes luchan contra la anegación, desastre y el caos. Horas perdidas, los negocios y el propio Ingenio, San Pedro y San Francisco, retrasan sus operaciones y por lógica viene una merma económica en la zona.
Casas y empresas inundadas y varias calamidades más. Todo esto sucede cada año en época de lluvias. Este problema crece y si no recordemos la desgracia que se registro al paso de la Tormentas tropicales Mathew y Karl, las cuales afectaron a cientos de familias que en algunos de los casos siguen sin hogares, debido a que los Ríos San Agustín y Papaloapan, cambiaron su cauce e inundaron a varias localidades y cabeceras municipales de estas poblaciones.
Aunque se diga lo contrario las anteriores autoridades municipales, en parte llevan una gran culpa de la desgracia que sufrieron sus conciudadanos en la pasada temporada de lluvias, este hecho está basado en que los ex alcaldes en su afán de dejar huella visible de sus mandatos, se dedicaron a pavimentar calles y realizar varias obras de relumbrón, dejando a un lado la obra de interés colectivo de estos lugares, como es el dragado del Rio San Agustín.
El Rio San Agustín y otros afluentes que convergen con este cuerpo de agua, dan vida económica a miles de hombres y mujeres de los municipios de Ángel R. Cabada, Lerdo de Tejada y Saltabarranca que a la falta de fuentes de empleo están dedicado al aprovechamiento de la fauna acuática de este Rio, con todo y que se encuentra totalmente ensolvado y por ende contaminado.
Lo cierto es que a la falta de un verdadero programa de ensolvamiento del Rio San Agustín, varios meteorólogos y la gente de campo que sin haber estudiado en la Universidad de Chapingo, la materia de climatología, están señalando que se puede repetir la historia del 2010 y todo por no exigir al Gobierno Federal y al Estatal que se dragara este afluente de manera total y no en parte, como dicen algunos campesinos y ganaderos.
En fin habrá que esperar en que termina esta historia y ojala la desgracia no se repita por bien de todos y ojala los munícipes, Antonio Méndez Gamboa, Gaspar Cruz Peña y Jorge Montane, sepan gestionar ante el Gobernador Javier Duarte de Ochoa, el citado dragado, el cual es una obra prioritaria para los diferentes sectores de la sociedad de esta parte de la región de los Tuxtlas . Servidos Señores
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