“Aquel que estudie la historia a fondo, no dejará de preferir un despotismo militar, a un despotismo de simples políticos”. Henry Wager Halleck (1815 – 1872) palabras que, viniendo de un militar, erudito y abogado norteamericano, no podía esperarse otra cosa…
Sin embargo, si le preguntamos a los chilenos su opinión al respecto, seguro que la mayoría no estaría de acuerdo. Como tampoco la mayoría de los mexicanos lo estaríamos; a no ser porque hemos sido gobernados por Generales; no nos fue tan peor…
Como con Alí Alemán Valdés y los 40 ladrones que le han seguido desde que el General Manuel Ávila Camacho (1897- 1955) le entregó la Presidencia al civil que inició el roba-roba en grande…
En el entendido que don Pascual Ortiz Rubio (1877 – 1863) el ex gobernador de Michoacán que fue Presidente de 1930 a 1932 en que renunció, no se le puede tomar muy en cuenta. Primero, porque era Coronel del Ejército…
Y tampoco a don Emilio Portes Gil (1890 - 1978) que lo antecedió en el cargo de 1928 – 1930; pues ambos eran poco autónomos, por decirlo de la mejor manera…
Además, todo el entramado es artificial. Lo he dicho una y mil veces: los que mandan son los militares. Ningún gobierno se puede sostener sin su apoyo. Es tan obvio, que no se requiere ejemplos…
La faramalla de que se le cuadran y que es el Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas, cuando el titular del Ejecutivo no tiene ni idea de lo que es la disciplina militar; ni conoce nada de estrategias. Pero le hacen al cuento porque les conviene no dar la cara a pesar de que tienen presupuestos enormes…
Y bueno, hoy, ya para que abundamos. Hay militares por todos lados. Se salieron de los cuarteles; y así, entretenidos y ganando dinero a carretadas -aparte del presupuesto ¡claro!- no tienen pensamientos patrióticos ni piensan en sublevarse…
Pero ya para qué nos quejamos. En Guerrero, donde gobierna Evelyn, una chica inexperta, hija de Salgado Macedonio un hombre del que cualquiera se avergonzaría de solo conocerlo, acaba de nombrar como Fiscal General del Estado, a una no menos guapetona joven dama de nombre Sandra Luz Valdovinos Sandoval que es una Teniente Coronel del Ejército Mexicano ¡EN ACTIVO!; pero seguramente avalaron el nombramiento…
Y eso no está nada mal, finalmente “Las mujeres o son mejores o son peores que los hombres; pero nunca iguales”, decía el Gran Napoleón (1769 – 1821) y es de esperarse que esta joven no sea peor que quienes la antecedieron; sería terrible…
Lo que sucede es que la justicia militar no es igual que la civil. Además de que si tomamos como antecedente lo que ha sucedido en otros Estados donde las mujeres son parte de la Justicia…
Ahí tenemos a Ernestina Godoy Ramos en la CDMX que no ha hecho nada en contra de los verdaderos responsables del accidente de la L-12 del METRO. Y qué decir de la Fiscal General de Veracruz, Verónica Hernández Giadáns, que también solo cumple órdenes…
Y se teme que, a pesar de su formación militar, Sandra Luz Valdovinos Sandoval acabe siendo absorbida por la corrupción que campea en las esferas políticas que son quienes las nombran…
Distinto sería si las personas que titularan las Fiscalías fueran propuestas por los Colegios y Barras de Abogados y electas por el pueblo, en vez de ser designadas. Se convierten en los brazos armados del Ejecutivo, como el caso de Alejandro Gertz Manero…
Habrá que estar pendientes para ver qué sucede; pues el Estado de Guerrero no está para nada tranquilo, la delincuencia ha sentado desde hace mucho ahí sus reales y no será fácil recobrar el territorio; ni creo que le interese a su señor padre.
Cambiando de tema…
Como el gobierno espera que en unos días más aparecerá en escena el ómicron, pero en grande, se está curando en salud por aquello de los contagios; y ha anunciado que recibirá a todos los cruceros que quieran arriban en nuestros puertos, sin importar que algunos puedan estar contagiados por los virus…
Y así, si se sueltan fuerte los contagios, el paracaidista de Palacio podrá responsabilizar a quienes vinieron allende el mar y no podrá ser censurado por andar diciendo en su mañanera no son muchos los casos; pues finalmente, “que tanto es tantito”.
Y nos vemos mañana, si el Sol me resta vida.
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