¡Pobre Mexico! ¡Pobre Veracruz!. Nos guste o no, la gestión, función y presencia política conforma y deforma la sociedad, estamos regulados por leyes que han sido largamente analizadas antes de ser impuestas como norma, unas dogmáticas como los primeros 29 artículos de nuestra constitución y otras acordadas en las entidades legislativas y Congreso Federal para que los mexicanos vivamos sometidos a un rasero común, en ocasiones injusto, pero al ser general, se impone por fuerza.
Tenemos un código que regula la formación y funcionamiento de los Partidos políticos, a través de ellos, los ciudadanos “nos” imponemos a los gobernantes y legisladores; para ello los partidos elaboran y registran un código ideológico y de procedimientos que deben observar los agremiados de cada partido. Buena, muy buena la idea de que cada grupo exhiba sus ideales o plataforma de principios, da oportunidad a los ciudadanos votantes para conocer la madera con que están hechos los representantes de cada partido y aquellos que seleccionan para contender en comicios.
Mientras duró el priato, los mexicanos sentíamos ser un pueblo revolucionario y democrático, nuestra Constitución (Las dos ultimas) es producto de la batalla del pueblo y el parlamento de legisladores, los ideólogos de la revolución que plasmaron en la ley fundamental el sentir del pueblo, los triunfadores de las batallas, debieron imponerse a los conservadores y a quienes pretendían o disfrutaban el sojuzgamiento al oscurantismo religioso, sojuzgamiento superado en el papel, pero tolerado por los gobiernos en aras de la armonía e intento de formar una Nación.
Nunca supimos a ciencia cierta cuando ni como, se perdieron los principios constitucionales de respeto a la libertad de creencias religiosas, separación de Iglesia y Estado, así como la educación científica y laica, esa laxitud para aplicar o entender nuestra ley fundamental, permitió la escalada de poder del clero, a estos políticos oscurantistas religiosos que tanto han dañado a nuestras instituciones, debemos el que hoy estemos los mexicanos confundidos en una urdimbre Política, sin que aparezca el líder que pueda aclarar la situación, peor aún, la bronca que se da es por causa de la perdida de ideales, existiendo tantos partidos, se perdió la tendencia unitaria de izquierda y derecha, liberales y conservadores. Lo que sigue es revolución sin ideales, solo bronca buscando poder para robar merced a la corrupción.
Solo para ejemplificar el enredo nacional, baste traer a colación el proceso electoral que se avecina para el 2021 en la zona conurbana Veracruz-Boca del Rio: El otrora invencible Partido Revolucionario Institucional muestra estar desmadejado, mira y vira desesperado hacia la derecha, para “defender sus ideales”, anda pidiendo chiche a los clericales; existe la posibilidad, nada remota, que el PRI acuda a las urnas llevando como candidatos a dos de los mas ilustres representantes de la derecha conservadora, fanático religiosa, o mediante ruegos angustiosos ir con MORENA.
TODO, todo en el ámbito político electoral está hecho un desmadre, MORENA era el bueno, pero ante una posible unión de cuatro partidos, los que mejor rueguen y se humillen, buscando unirse al PAN , lo que sigue, Satanás o Jesus nos amparen.
¡HELP! ¿Morelos, Juárez, Carranza, Cárdenas? ¿AMLO? ¡AGUAS!
Septiembre 3 del 2020 lmwolf1932@gmail.com Luis Martínez Wolf |
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