Los gringos suelen decir, To be continued, cuando algo se pone sabrosón y dejan picada a la gente. El desencuentro Chumel-Amlo afinó las baterías y la titular de Conapred dejó la cabellera en el piso. Vencida y derrotada. Historia conocida. Lo que no se esperaba era que al comunicador Chumel Torres, la cadena HBO, donde lanza su programa, le sacara al bulto y optara por suspenderlo, como en los viejos tiempos del imperio priísta. La escena me recordó a aquel libro de Luis Spota, Palabras Mayores, donde el imperio lo era todo, y a aquel que no le gustaba como era esa forma gobernar, como se los dijo AMLO hace unos días, pues que ahuecaran el ala. HBO tiró la toalla, como han hecho muchas empresas cuando los comentaristas se ponen incómodos al sistema y optan por cortarles la cabeza, antes que el Patrón se enoje muchito más. Sucedió con Carlos Loret de Mola en Televisa, y Brozo tuvo que salir a Estados Unidos a formar su nuevo programa. Incómodos han sido ahora Carmen Aristegui, que de apoyadora a la 4T un día renegó de ellos, y varios diarios y también ahora la revista Proceso, a quienes un día la 4T le entregó 16 planas de publicidad y pensaron que así aquietarían a ese semanario, ahora entró entre los proscritos. HBO Latín América envió un comunicado donde fija su postura y anuncia la suspensión indefinida del programa de Chumel Torres. Les fue como en feria, en sus tuiters de arrastrados no los bajaron. Ha habido renuncias y desencuentros. El comunicador aún mantiene en Radio Formula su espacio y en YouTube, que ese es de su propiedad y autoría. Los pronunciamientos en las redes sociales se dejaron ver. El expresidente Felipe Calderón: “Es increíble que se quejen de Chumel si hasta AMLO pone apodos”. Lily Téllez: “Chumel le robó el show a Epigmenio”. Y Chumel tuiteó que estaba bien y que con sus cuates se tiraba un whisky. Ya se disculpó con la señora y veremos que sigue, pero como dicen los gringos, to be continued.
LA OTRA RENUNCIADA
Ella no se va porque quiera, se va porque la presión la ha llevado a que deja la 4T, donde se volvió muy leal. Es una claro ejemplo de cuando una buena periodista se convierte en una mala funcionaria pública. Llegó a tomar casi por asalto Notimex, que es una empresa del gobierno. Con la pluma y el hacha desenterrada, comenzó a acusar a colegas periodistas de corruptos e inútiles, uno por uno, como le fueran cayendo, los fue despidiendo. Hasta que no aguantaron más insultos y vejaciones y le plantaron una huelga. A la huelga se la pasó por el arco del triunfo, por sus enaguas, pues, y fue hasta que la Suprema Corte de Justicia de la Nación validó esa huelga, donde los trabajadores mantenían las banderas, que tuvieron que cerrar y abandonar la empresa. Montó en cólera, y aún a defensa de AMLO, quien en un dime y direte con Carmen Aristegui, apoyó a las dos, a Sanjuana y a Carmen, o sea, me lavo las manos. Joaquín López Dóriga dijo que le tenían reservada la Embajada de París, oh lala, París bien vale una misa, diría el ínclito, aunque no sea funcionaria de carrera, y ella, Sanjuana Martínez, enchilada, tuiteó: “Les informo que he dejado en manos de mis abogados las acciones judiciales contra quienes resulten responsables por el daño a mi imagen. Como ciudadana y como periodista tengo derecho a defenderme de las calumnias y la campaña negra iniciada hace más de un mes por intereses oscuros”. En ese mismo tuiter, la pusieron como camote: ‘Asústame panteón”, le fijó un tuitero, otro le escribió que sería todo México a quien demandaría, porque todo el país la repudia. En fin. Caras vemos, corazones no sabemos, diría Kamalucas, un filósofo de mi pueblo.
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