F.de J. Hernández Asencio
Nunca me he considerado un tipo peleonero, las broncas en que participé se dieron por andar defendiendo compañeros o personas más débiles, agredidas por abusadores, sin embargo si puedo considerarme un tipo de combate, lucho por aliviar el daño causado por actos injustos, defiendo mis ideales y tomo como cosa propia los pensamientos honorables de otros seres humanos, más o menos la he llevado bien con mis semejantes, sin embargo tengo anécdotas de acontecimientos en los que he sido protagonista, muchos en el olvido, mis buenos amigos insisten par que escriba un libro de relatos. Ya elaboré uno para entrar a un concurso que promueve la Armada, “El viejo y la mar”, gane el primer lugar y fui homenajeado y premiado por la navy. Tengo además en mi oficina un cuadro en que la Armada de México y la asociación de hijos de la escuela me otorgan reconocimiento por mis actos o vivencias de marino, Ninguno de mi escuela o de la marina mercante.
Ya entrado en lamentos, un anécdota merecedor de ser registrado, se dio al conocer algunos marinos mercantes que la OMI me había otorgado el “MARITIME PRIZE 2004”, me enteré que el Director de la Escuela tenía la intención de presentar ante OMI una protesta, fundamentada en que yo como marino mercante me había comportado como pirata, estando en los portales y con unas copas entre pecho y espalda, me carburaron, sugiriendo que fuera a la escuela a presentar una protesta y si la ocasión lo merecía darle una entrada de cabronazos al Director, cuyo nombre recordar no quiero, fui a mi casa, tome el Delfín, el premio, fui con mi hermano menor, también marino y retamos al Director con sus secuaces a partirnos la m… como no respondió, tome el premio y se lo lance por la cabeza, sobre la barda de la escuela, la caja se hizo pedazos y el director llamo a la policía y me encerraron en prisión, A los pocos minutos de estar encerrado, me llamo el juez y me dijo: “Señor, o estoy confundido o Ud. es la persona a la que el cabildo en pleno, le nombré ayer ciudadano distinguido” respondí que era yo y el juez, me dio un abrazo y me impuso una multa de cinco centavos.
La cosa de haber arrojado el premio y su destrozo paso a mayores y el Director mando el Premio a Londres de regreso, con una carta argumentando que no era merecedor del premio y que se debía cancelar ese año por causa de una acción abominable del homenajeado por OMI. Sugería corregir el error de muchos países.
En Londres se puso a debate el affaire y después de algunos encontronazos entre representantes de diferentes países, prevaleció por gran mayoría, la tesis de que mi comportamiento personal era casi propio de muchos marinos de todo el mundo y si se me había otorgado el premio bien decidido se debía considerar lo hecho, ordeno el Sec. General se repara el trofeo y lo regresaron a la escuela, con la recomendación de que me fuera entregado en una ceremonia donde se diera una disculpa por haberme tratado como un delincuente.
Ya que salió de la escuela el director, por razones vergonzantes, el nuevo director me llamó y me pidió fuera a la escuela a recoger el premio, me disculpé y le propuse que se realizara una fiesta en mi casa, prepararía una paella invitando a todos los amigos que vieran con orgullo la acción de OMI y se me entregaría el premio.
El trofeo es un premio con historia, después de que me lo regresaron ya reparado, decidí donarlo a la escuela, consideré era motivo de orgullo el que uno de los egresados recibiera ese honor, debía ser mostrado a los alumnos y visitantes a la escuela; por razones que no comprendo, el trofeo fue arrumbado y después de algunos meses nadie sabía dónde estaba, al final lo pude recuperar y ahora esta nuevamente en mi oficina, Estuvo unos días en el lugar prominente de una cantina que frecuentaba, pero mi esposa se encabritó y mando a un trabajador a salvarlo de la cantina donde durante dos meses fue el adorno más admirado.. Creo hare mi libro de anécdotas; por cierto, el libro que premio la Armada se llama “Marinos en puerto Problema seguro”, los protagonistas con orgullo se autonombran los piratas de Martinez Wolf, Aclaro, las anécdotas del libro son hechos ocurridos en la realidad. Por eso me tildan como pirata no merecedor del premio.
Junio 15 de 2020
Luis Martínez Wolf
Ranchero, Marino Mercante, Pirata, Inventor y … |
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