En un escenario de confinamiento como el actual derivado de la crisis sanitaria por el coronavirus, la inteligencia emocional adquiere un papel preponderante para sobrellevar en casa los días que subsista la cuarentena.
En estos momentos la sociedad se encuentra sumergida en toda una tolvanera emocional. El nerviosismo, la frustración o el desánimo se intensifican y salen a la luz sentimientos y emociones que es necesario saber tratar para evitar desbordarse. La situación con respecto a hace unas semanas ha dado un giro de ciento ochenta grados tras decretarse el estado de alarma por el coronavirus y esto conlleva una adaptación.
Debido a lo anterior sin lugar a dudas que la salud mental se ha visto muy mermada al paso de esta pandemia.
El encierro, o cuarentena, como muy pomposamente la llaman las autoridades, ha hecho crisis en miles de hogares mexicanos.
La amenaza se cumplió.
El aislamiento social y el cierre de oficinas, así como de otros giros comerciales debido a la contingencia sanitaria a causa del coronavirus COVID-19 ha provocado un serio deterioro emocional.
La ansiedad y el miedo han hecho presa a millones de mexicanos, la violencia intrafamiliar ahora es otro de los problemas que de igual forma merecen especial atención por parte de las autoridades, tanto sanitarias como judiciales.
No tan solo es el temor a contagiarse, la pérdida del empleo y en consecuencia la falta de recursos económicos son otras de las causales de la otra pandemia, la emocional.
Los profesionales en el tema señalan que es natural sentir ansiedad cuando enfrentamos una crisis, lo desconocido o un cambio repentino. Es una reacción normal que concibamos la necesidad de tener seguridad, certidumbre, predictibilidad y control.
Sin lugar a dudas que los pequeños también la padecen, el temor y la ansiedad con respecto a una enfermedad pueden ser agobiantes y generar emociones fuertes tanto en adultos como en niños.
La forma en que responde al brote puede depender de sus antecedentes, de los aspectos que lo diferencian de otras personas y de la comunidad en la que vive.
Las constantes noticias sobre la pandemia pueden parecer interminables y esto está afectando la salud mental de muchos, particularmente quienes ya viven con afecciones como la ansiedad y el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC).
Lo cierto es que la crisis del coronavirus, aparte de habernos hecho tomar conciencia, nos obliga a repensar nuestro futuro.
Las autoridades se preocuparon por aminorar el riesgo biológico, pero, tal parece, que no pensaron en el alto peligro social y mental de la población.
Lo cierto es que las emociones son más contagiosas que el Coronavirus.,
DAVID ANGELES AGUIRRE - SAN ANDRES T.
Con esto del Covid-19, al mediocre alcalde de San Andrés Tlalnelhuayocan le agarrón las carreras. Fiel a la costumbre y al estilo de su hermana, su manejadora, le valió madre la población que mal gobierna y no aplicó a tiempo las medidas de sanitización ni cuando menos en los lugares públicos, en las áreas esenciales. Tuvo que salir la ciudadanía a manifestarse para que el mostrenco edil medio se pusiera a trabajar al respecto. Ahora ya no sabe qué hacer, pretende engañar a la población y simulando acciones sanitarias lo único que en realidad hace es el ridículo, desperdiciando el material fumigante al aplicarlo sin ton ni son. Lo que le interesa es la foto.
Lo cierto es que en este pujante municipio las medidas sanitarias emitidas por las autoridades respectivas, tanto federales como estatales, desde un principio fueron ignoradas por el tal Ángeles Aguirre, por lo que de nueva cuenta deja de manifiesto que el valemadrismo es su carta de presentación. Este tibio sujeto, escaso de carácter y de temple, únicamente ha perjudicado a su municipio, el rumor generalizado entre la población es que durante su administración solo ha edificado obras de relumbrón, con materiales son de mala calidad por lo que el corte de listones y la foto oficial es lo suyo.
Atenido a las órdenes de su hermana una tal Ariadna, ex alcaldesa de esta comarca, quién por cierto le heredó el poder, sólo atina a llevar una vida social a cargo del erario público, la golfería y los excesos lo distinguen.
Por lo que la población ha llegado al hartazgo, ya está cansada de tanto valemadrismo, la exigencia de los vecinos es que se ponga a trabajar, que cumpla sus promesas de campaña y que deje de andar promocionando una de sus incondicionales para sucederlo.
Ahora, gracias a la indiferencia del tal David, de nueva cuenta pone en serio riesgo a sus gobernados ya que hace apenas unos meses tuvo el descaro de manifestar públicamente que el dengue lo tomó por sorpresa. Fue tanta la desvergüenza de éste galavardo sujeto que se atrevió a reconocer que "no sabemos cómo actuar". En aquella ocasión como ahora, de nueva cuenta de pasa por el arco de triunfo a las autoridades sanitarias al ignorarlas por completo actuando a capricho. Lo curioso es que no hay autoridad alguna que lo meta en cintura, se siente intocable, o acaso será cierto aquello que de manera muy seguida presumen sus incondicionales, que su manejadora, su hermana, la tal Ariadna, está bien parada, que la protección que le brinda un cacique peroteño en automatice la hace intocable. Usted les creé, nosotros tampoco.
Ojalá y el hijo de Atanasio, o bien Bola Ocho, tengan el valor de invitarlo a la cordura, al buen gobierno, ya, aunque ellos no lo lleven a cabo, y dejarse de tanto valemadrismo.
Bola de corruptos.
Por cierto, no es producto de la casualidad que los responsables de la seguridad pública nacional le hayan negado tajantemente, al tal David, que su municipio fuera sede de un destacamento de la Guardia nacional, se sabe que una tarjeta informativa, bastante bien documentada, daba cuenta de la nula capacidad administrativa y de gestión del tal David, de lo mostrenco que es para administrar y de su forma tan vale madre de actuar, por eso sin dudarlo lo ignoraron por completo. Fue tanta la locura del alcalde que ya presumía entre sus allegados que tal sede estaría ubicada en la congregación de Rancho Viejo.
Pobre iluso.
LOS VENTILADORES DEL CACHORRO.
Por supuesto que los de la 4T salieron igual o peor de ladrones que los anteriores, que los conservadores, como dijera el dueño de “La Chingada”.
La compra de ventiladores al hijo de Manuel Bartlett Álvarez, es un claro ejemplo de corrupción. Por lo que sin lugar a dudas debe ser investigado de manera ejemplar.
El caso de León Manuel Bartlett, retoño del director de la Comisión Federal de Electricidad; y los precios elevados con los que vende sus productos al Gobierno Federal, es una muestra de lo que genera la nula presencia de una política pública que realmente combate la corrupción, más allá de discursos y poses.
Aun cuando el dueño de “La Chingada” tenga otros datos, lo cierto es que esta es la gran oportunidad que tiene para mostrar que no es igual a los que tanto criticó y continúa criticando. De lo contrario solo habrá de dejar constancia que es igual o peor que ellos y que sus tres mandamientos valen madre.
Provecho. |
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