El marzo de la pandemia se va, como aquella pelota de béisbol que abandona el parque (No hay nada más serio que el béisbol, todo lo que necesitas saber está allí: tiene éxitos y fracasos, momentos de compañerismo y momentos de soledad, y tiene un fin, no un reloj, como en otros deportes, sino tiene un fin.) Muy de mañana abro un meme: Calles vacías, cines vacíos, carteras vacías, estantes y oficinas vacías y un gobierno vacío, con la cara del gobernador de Veracruz, en plena dinámica de su aislamiento, que así anda desde que tomó el poder, aislado de los veracruzanos. Fue un fin de semana largo, largo como la batalla de Normandía, cuando los aliados desembarcaron para liberar Europa, o como aquel grito de guerra comercial de Relojerías Cantú: ‘Un minuto para comprar y un laaaargooo año para pagar’. Entre el jardín, regando y cuidando plantas, y entre Netflix (me vi la serie Ozark, parte 3, excelente en domingo de aislamiento) que, como Liverpool, es parte de mi vida, así transcurre la vida cotidiana, con un calor infernal de veintipico grados para una zona fresca, como esta de las Altas Montañas, Orizaba. Por las tardes llegan las redes sociales con noticias. El Ejército Mexicano cuida las instalaciones del IMSS en Río Blanco, porque se prevé pillaje cuando la pandemia azote fuerte y, en lugar de alimentos, la gente querrá medicamentos, para apanicarse. Escenas dramáticas cuando los saqueos en las tiendas de supermercados y unos taxistas, que de eso viven, de esperar a los clientes para transportarlos, en solidaridad con su chamba bloquearon con sus autos de alquiler, aparadores y entradas a ese supermercado. ‘De eso comemos’, dijo uno. Circula también por la tarde el video del presidente cuando va a saludar a la mamá de Joaquín El Chapo Guzmán, una escena que comenzaron a tuitear y declararle la guerra al presidente: ‘sí, saludé a la señora de 92 años, la ayudaré a visitar a su hijo en la cárcel de Estados Unidos’, dijo tajante el presidente AMLO.
ESO TE VA A CURAR
Anunciaron que la Olimpiada de este año, la de Tokyo, se va a julio del año 2021, por el flagelo del Coronavirus. Extraigo un relato de una de ellas:
“Hace algunos años, en los paraolímpicos infantiles de Seattle, nueve concursantes, todos con alguna discapacidad física o mental, se reunieron en la línea de salida para correr los 100 metros planos. Al sonido del disparo todos salieron con gran entusiasmo de participar en la carrera, llegar a la meta y ganar. Todos, es decir, menos uno, que tropezó en el asfalto, dio dos maromas y empezó a llorar. Los otros ocho oyeron al niño llorar, disminuyeron la velocidad y voltearon hacia atrás. Todos dieron la vuelta y regresaron,... todos. Una niña con Síndrome de Down se agachó, le dio un beso en la herida y le dijo “Eso te lo va a curar”. Entonces, los nueve se agarraron de las manos y juntos caminaron hasta la meta”.
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