Las mujeres están dispuestas a mostrar a la sociedad que hoy vivimos su equivocada actitud, está confundida, las mujeres adoptan posturas identificadas con el llamado feminismo, es un imperativo en que las mujeres pretenden imponer la postura de género, en que la mujer tiene tantos o más derechos que los varones, realmente la confusión lleva a ambos, fémina y varón a proceder a la bretona, actuar con desorden, pero tratando de mostrar que el género femenino tiene tanto o más poder que los varones, estos están confundidos, la mecánica operativa que imperó por milenios quedó fuera de orden, ahora las mujeres reclaman igualdad de género: ¿Qué significa esa igualdad? sepa madres, pero la lucha está declarada, féminas contra machos y nadie sabe que género se impondrá en esa absurda lucha.
Los amigos coetáneos que recuerdan la forma de llevar las riendas del hogar, estarán de acuerdo que era la mujer la que imponía el procedimiento a seguir, era la madre o jefa de la casa, quien disponía el procedimiento para llevar las riendas de la familia, era nuestra madre la que revisaba la boleta de la escuela y nos propinaba los primeros coscorrones, era también nuestra madre quien disponía la hora a la que debíamos regresar en las tardes a la casa, en fin, la mujer disponía y decidía que hacer en todos los asuntos de la casa, los hombres se declaraban o les declaraban los jefes de familia pero la jefatura era únicamente para infligir el castigo que disponía la jefa de la casa, la hembra, la mecánica a seguir era sencilla, calificaba los actos de todos los miembros de la familia y concluía diciendo entre otras, la sentencia: Cuando llegue tu padre le informaré lo que hiciste para que aplique el castigo que mereces.
El varón en la familia no era el jefe de esta, simplemente era el verdugo que aplicaba la pena dispuesta por la hembra, verdadera jefa de la familia, la fuerza varonil imponía ciertas condiciones a la hembra, la amenazaba con propinarle algunos golpes, si no atendía como el deseaba las reglas de la familia, reglas normalmente establecidas por la hembra, verdadera jefa de la familia, ocasionalmente y en algunos hogares, el hombre imponía la fuerza, su formación fuera de lo ético, le impulsaba a dar algunos golpes a la hembra, pero esta actitud era consentida, con disgusto pero consentida por la hembra, aceptaba con enojo la grosera actitud del macho.
Hoy todo cambió, el varón perdió toda la autoridad que le concedía la hembra, esta ha modificado los procedimientos que imperan en el hogar y decidió entrar en el mundo laboral, la disciplina familiar está repartida, los hijos no saben a quién obedecer, es más, se impone la autoridad que siempre tuvo la mujer, ahora lucha por mostrarlo a la sociedad; no hay remedio, la mujer manda, en distinta forma como lo hacía antaño, pero manda, y si no le gusta al macho, se declara en huelga de brazos caídos, o mejor expresado, en huelga de piernas cruzadas y el varón tiene que sufrir por las huelgas de la hembra. ¡AGUAS!
Marzo 4 del 2020 lmwolf1932@gmail.com Luis Martínez Wolf |
|