Tan malo el pinto como el colorado, hace poco más de un siglo, Venustiano Carranza fue asesinado por Álvaro Obregón o por el sicario General revolucionario que en Tlaxcalantongo engañó a Carranza y lo asesinó, venía a Veracruz donde había encontrado apoyo por los líderes campesinos, familiares políticos y gente del pueblo que veían en el caudillo, un promisorio futuro, en armonía con los engaños proclamados los revolucionarios de banqueta, se burlaron de los derechos muy chuecos o principios que supuestamente simbolizaban el reclamo campesino.
Los que en alguna forma hemos tenido relación con los campesinos y sus líderes, sabemos que la revolución agraria, solo fue una vacilada en la que los únicos ganones fueron los malos líderes campesinos, se apoderaron de la tierra, obsequiada por los gobernantes emanados de la revolución, esta no existió, los líderes campesinos regalaron algunas parcelas a la gente de campo, miserables campesinos que pensaron que al ser dueños de la tierras, se daría impulso a la producción agropecuaria, burla inicua. Los peones que habían sido esclavos de los latifundistas, cambiaron su status ahora eran esclavos de los líderes, que, en contubernio con los anteriores amos, negociaron la tierra al mejor postor, los trabajadores del campo recibieron migajas por su parcela y retornaron a la esclavitud.
Nada se logró con la reforma agraria, fue una deforma vergonzante, les entregaron la tierra sin los avíos oportunos para labrarla, o atender el miserable, minúsculo hato ganadero de que fueron provistos, los que pudieron con gran esfuerzo labrar su parcela, encontraron que la cosecha estaba destinada al manejo sucio de los líderes que en contubernio con los acaparadores de la producción pagaban migajas al campesino productor, muchos, una mayoría mandaron al carajo a los líderes y malbarataron sus parcelas, entregándolas por unos cuantos pesos a compradores que apalancados por los líderes corruptos, sustituyeron a los “agraristas” tomado el papel de esclavitud de los campesinos, que migraron a la ciudad, a sufrir abandono y a pedir limosna para sobrevivir.
Venustiano Carranza, los políticos y los líderes campesinos, no merecen homenaje alguno, en semejante condición están los gobernantes actuales que despilfarran algunos millones de pesos, acarreando “Campesinos” que se acercan a “celebrar” la reforma agraria, antes recibían una ración de tacos de barbacoa, ahora ni eso, solo reciben el privilegio de venir a dar una vuelta turística, para en compañía de algunos otros campesinos burlados , tener que escuchar el discurso de los políticos que nada festejan , ni los campesinos engañados ni los herederos de los engañadores, ignoran a ciencia cierta, que es lo que proponían los ideólogos agraristas: Una socialización del campo irrealizable, por la ignorancia filosófica y material de los “revolucionarios agraristas”. ¡AGUAS!
Enero 4 del 2020 lmwolf1932@gmail.com Luis Martínez Wolf |
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