VAYA DEVALUADA que le ha dado el Secretario de Salud, Roberto Ramos Alor, a esa casta divina de presuntos pitonisos (no lisos sino nisos) conocida como brujos, chamanes, agoreros o hechiceros, ya que luego de montar un espectáculo minutos antes de su comparecencia ante diputados locales con la presencia de varios “curanderos” que le dieron una limpia corporal aunque, seguramente, también, de bolsillo, al funcionario le fue como en feria en el recinto legislativo, de tal suerte que los conjuros valieron para lo mismo, peor aun cuando el rollizo funcionario en aras de lavarse las manos, la cara y el c…erebro, se le fue a la yugular al Gobierno panista de Miguel Ángel Yunes Linares “y administraciones anteriores” de todos los males habidos y por haber que enfrenta la dependencia, incluso del catarro de algunos de sus colaboradores, pero lo peor fue cuando diputados de PRI, PAN, Movimiento Ciudadano y hasta de MORENA encararon al hombrecito con una lluvia de reclamos por no acudir preparado a la comparecencia y solo dedicarse a inventar y denostar, por lo que hasta los legisladores de su propio partido le exigieron la renuncia, pues le hicieron ver las condiciones en que se encuentra el Estado en materia de salud tanto en dengue como Sida, sin dejar a un lado la influenza, y todo por no desarrollar a tiempo campañas preventivas. Era tanto el malestar, que ante la mortificación de los brujos que no se cansan de echar sahumerio y de implorar la ayuda de Belcebú y hasta de Babalú Ayé, los diputados de plano le pidieron que renunciara por ser el peor secretario de la Cuarta Transformación, y vaya que hay bastante peorcitos en este gobierno de la confusión. De esa manera, la panista Judith Pineda Andrade le recordó cómo Veracruz, por negligencia de la dependencia a su cargo, no compró a tiempo insecticidas para fumigar, lo que convirtió al Estado en el más afectado por dengue, y cómo Veracruz se encuentra entre los primeros lugares se Sida, y pese a ello no hay retrovirales o estos son escasos para la población afectada, y qué decir de la influenza que le ha pegado duro a la Entidad.
NO SABEMOS si Ramos Alor ha sido el peor titular de Salud que ha tenido el Estado pero, comparado con antecesores, incluso con Juan Antonio Nemi Dib que no era médico y, sin embargo, hizo buen trabajo, el sureño se queda muy rezagado en la solución de problemas que existen en el sistema de Salud, especialmente en la falta de medicinas para enfermos que los requieren de forma urgente y constante, como pacientes de cáncer o VIH/Sida. Pero Roberto Ramos trató de exculparse como ha sido la estrategia de este Gobierno: echando la culpa al pasado, y en ese tenor vomitó que el de Miguel Ángel Yunes Linares fue “un gobierno traidor” que le dejó un abasto del 15 por ciento en medicinas, con una red hospitalaria en total abandono y sin plantilla de médicos, sin enfermeras, así como sin equipos para hacer diagnósticos. “Lo que es peor, insistió, nos dejaron almacenes llenos de medicamentos caducos; medicamentos antirretrovirales que afuera los infectados de VIH necesitaban y pedían a gritos, y ese Gobierno traidor explicaba que no había, cuando nosotros encontramos en nuestros almacenes medicamentos tan costosos y difíciles de adquirir, caducados”, y esto, dice, también ocurría con los medicamentos para los niños, los cuales se caracterizan por sus periodos de caducidad corta y terminaban por expirar.
Y UNO se pregunta: ¿Qué deseaba demostrar Ramos Alor con el espectáculo de los chamanes, cuando de todos es conocida su ineficacia al frente de la dependencia? Lo cierto es que el numerito no le dio resultado, pues su presentación ante legisladores se convirtió en una de las más ríspidas, y solo faltó que le respondiera a los diputados que no había chile que les embonara, como suele decir cuando se siente acorralado, tal como dijo a periodistas cuando a principios de la administración le preguntaron por qué había comprado los medicamentos a una empresa del, entonces, superdelgado de Jalisco, Carlos Lomelí Bolaños, a precios por demás elevados, lo que convertía la operación en una ilegalidad por el conflicto de interés que entrañaba. Fue tanta la desfachatez del funcionario que se atrevió a decir en un tono totalmente fuera de humanidad, que los más de 9 mil casos de dengue registrados en el Estado hasta el momento habían sido usados “como un circo”, a pesar de que derivaron en la muerte de por lo menos 23 personas, algo que a este ordinario e inmoral “servidor público” pareciera no importarle, ya que los fallecidos no son de su familia. Lo peor fue cuando comparó lo que ocurre hoy con el pasado y se atrevió a vociferar que entre 2017 y 2018 hubo cifras más escandalosas, de entre 12 y 13 mil casos, y de ahí se agarró para decir que hay personas que quieren descalificar a su gestión. “Yo lamento que hubieron dos brotes epidemiológicos. Gente que quiere o pretende descalificar este gobierno hicieron todo un circo para denostar y demostrar incapacidad, ahí están los datos”. Incluso, presumió una estrategia “impresionante” para prevenir el dengue, y que hasta el gobernador Cuitláhuac García se sumó en los recorridos que hicieron por el Estado, aunque los resultados hayan sido desastrosos o no se vieron por ninguna parte.
NO SE sabe cuál sea el compromiso del Gobernador Cuitláhuac García Jiménez para mantener en el puesto a personajes como esos, pero lo cierto es que no le ayudan, no al menos en dar buenos resultados, salvo que el objetivo sea otro, y bastaría ver cómo está operando el administrativo de esa dependencia para acaso acercarnos a una idea del porqué del solapamiento. Y es que las cifras no engañan, ya que hasta la semana pasada Veracruz registraba un total de 9 mil 66 casos de dengue confirmados, según cifras del Informe Semanal de Vigilancia Epidemiológica, de la Secretaría de Salud federal, al corte del 25 de Noviembre, pero el galeno insiste en que aplicaron 31 millones en detención del dengue y compra de medicamentos, lo cual por lo visto no funcionó ya que los casos se dispararon, y el oriundo de Coatzacoalcos dice que fue porque en algunos hogares no hubo la atención necesaria para la prevención. En fin, un funcionario que solo echa culpas y no asume la realidad.
POR LO pronto ha trascendido que la Secretaría de la Función Pública investiga a Ramos Alor por posibles actos de corrupción, luego de que el Gobierno cuitlahueco hizo adquisiciones directas sin licitación a las empresas farmacéuticas de Carlos Lomelí, entre otras a Abisalud, por 36 millones 578 mil 757 pesos, lo que Alor justificó que se hizo porque enfrentaban “una tragedia de desabasto” y que en todo caso la ley lo permite, aunque no es ocioso aclarar que con la entrega de contratos directos, peor aún, a un funcionario-empresario de MoReNa, se viola la Ley de Adquisiciones del Estado que no permite la entrega de contratos directos por cifras mayores a 101 mil pesos. Así las cosas…OPINA carjesus30@hotmail.com
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