Hace algunos años, no recuerdo cuantos, un sacerdote cuyo nombre no recuerdo, escribió un artículo o libro denominado “Caña Amarga” los detalles no los recuerdo bien, pero valga el paradójico nombre para intuir que se refería a los problemas y sufrida vida de los trabajadores del campo dedicados al cultivo, cosecha e industrialización de la caña de azúcar, de dulce jugo pero de amargas consecuencia, tal y como lo expreso el padre (casi estoy seguro de apellido Bonilla) un cura revolucionario que se manifestaba sin tapujos, destacando el mal trato que los propietarios de los ingenios “prodigaban” a los campesinos cuasi esclavos, dedicados a la recolección de la gramínea.
Sin jactancia pero valga la presunción, yo fui experto en este asunto de la caña, tenía 30 años de edad, cuando me involucré en el negocio cañero, el BID me otorgó facilidades y dinero para investigar respecto a la explotación cañera en México, después de varios meses de investigación, se me otorgó un contrato para acometer lo que se llama “SUCROQUIMICA”, bajo la supervisión y manejo del negocio, se dio crédito y se le impuso la vigilancia del proyecto, al Banco Nacional de Fomento Cooperativo y esta institución decidió arrancar con la sucroquímica en el Ingenio Emiliano Zapata, ubicado en Zacatepec Morelos siendo los propietarios del Ingenio una sociedad cooperativa, me parece recordar de nombre Emiliano Zapata o Lázaro Cardenas S. C. de R.L.
Para mejorar los rendimientos económicos de la caña, se elaboró un proyecto para además de obtener el azúcar primario, refinado y alcohol, se pondría en marcha la producción de la levadura Tórula Utilis, el ácido acético los acetatos precursores de la industria de tejidos, y el sagacillo, esquilmo del rechazo delos molinos, se aprovecharía para la producción de alimento para ganado mezclándolo con melaza y otros químicos de la industria alimentaria de animales. Inicié el negocio, muy lucrativo, para producir el alimento al que se le dio por nombre Bagamel, el proyecto de levaduras se detuvo por el cambio de gobierno, yo me retiré con mis buenos pesos y el proyecto sucroquímico se tiró por la borda. Mucho aprendí con las enseñanzas y las continuas platicas de los Ings. Otálora y Acosta, expertos en la materia y buenos maestros.
Hoy me entero que los cañeros están pasando mal momento, la producción de caña bajó en casi un millón de toneladas de azúcar, de más de 7 millones andará en seis, pero como siempre, lloran los cañeros para que papa Gobierno implemente un Fobaproa y rescate a los cañeros, juego que se repite todos los años, nadie se pone a reclamar la mala administración, deficiencia agrícola y manejo oportuno de la industria química, lloran por culpa de la sequía, pero nadie aclara que la baja producción en campo anda por debajo de 90 Tons/Ht y la sacarosa en poco mas de 11 %, en los campos cañeros de Cuba se obtiene cerca de 200 tons. de caña por Ht. Y 20 % de sacarosa, ni hablar de Hawai, en campo se acercan a 300 Tos/ht y 22% de sacarosa, pero en campo, adicionan al cultivo las micorrizas que duplican el rendimiento. La caña amarga es un fracaso, tiempo es de dar al campo mexicano otra línea de explotación, Hortalizas en invernaderos y riego por goteo, gran negocio y abundante alimento para el pueblo. ¡AGUAS!
Noviembre 30 del 2019 lmwolf1932@gmail.com Luis Martínez Wolf |
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