TAL VEZ el artero asesinato de Juan Carlos Molina Palacios nunca se aclare, aun cuando Marcela Aguilera Landeta, una priista cercana al ex Gobernador Javier Duarte de Ochoa se desempeña, ahora, como titular de Investigaciones Ministeriales en la Fiscalía General de Veracruz y, hasta donde se sabe, era asesora y amiga cercanísima del ahora fallecido diputado independiente, ganadero, cañero y dirigente de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos del Estado. Y es que el crimen podría escapar a las funciones de la FGE –que plácidamente, se lavará las manos-, sobre todo si se considera que las armas utilizadas para cegarle la vida fueron de uso exclusivo del ejército (calibres 45 y 9mm) y, por tanto, el caso se vuelve un asunto del fuero Federal, y aunque no fuera atraído por la Fiscalía General de la República, el crimen no será esclarecido debido a la incompetencia de quienes se encuentran al frente del órgano de procuración de justicia, por más que el Gobernador se desgañite diciendo –lo mismo que su titiritero, el Secretario de Gobierno, Eric Patrocinio Cisneros Burgos-, que en Veracruz la impunidad no tiene cabida, en tanto asuntos como la masacre de Coatzacoalcos, la de Minatitlán, la desaparición de comerciantes en Ixtaczoquitlán y Paso del Macho, el asesinato de más de 200 mujeres en el Estado -entre otras una mesera esta madrugada en Coatzacoalcos-, la quema de comercios en el sur por el cobro de piso, secuestros, levantones, asesinatos, robos y asaltos, sigan gozando de total arbitrariedad e impunidad, mientras prepara fiestas y festejos con los que busca atraer fallidamente al turismo, y basta ver su visita el sábado a Tierra Blanca donde en vez de atender los llamados por el dengue y problemas renales, fue a festejar el 20 Aniversario del Tecnológico de ese lugar. De hecho, el Gobierno del Estado se ha convertido en una administración que solo atiende eventos sociales, ya que ni siquiera recibe a quienes piden audiencia en busca de una solución a los problemas que les aquejan.
EL CASO Molina Palacios llama la atención por varias aristas que desde siempre fueron punto de crítica al legislador: 1.-Su repentina fortuna en menos de 10 años, ya que el mismo reconocía que era descendiente de una familia muy pobre, a tal grado que de niño colectaba el desperdicio de casa en casa para alimentar a los cerdos que criaban en su hogar y luego eran vendidos. Fue tesorero con el ya fallecido Eloy Chiunti Ferat, y seguidamente no ocupó cargos relevantes, pero de pronto reaparece en el Estado como criador de ganado de alto registro, una actividad que requiere de mucho dinero, y que él aseguraba haberlo hecho mediante una sociedad con su familia política, y no tenemos por qué no creerle, pero sus detractores –al interior de la administración Estatal- le buscarán por ese lado intentando ligar el crimen a un acto de la delincuencia organizada –como nos ha informado un alto jefe policiaco-, argumentando, incluso, una traición de Juan Carlos a cierto grupo. Si eso sucede, seguramente, el Gobierno de Cuitláhuac García Jiménez no saldrá bien librado, ya que Molina Palacios era una gente respetada y querida, sobre todo entre el gremio periodístico por la atención que les prodigaba.
2.-HACE POCO Molina Palacios denunció en la tribuna del Congreso del Estado el contrabando de ganado que se lleva a cabo desde Centroamérica, a través de la frontera Sur, a la que no son ajenos algunos líderes ganaderos, lo que representa un grave riesgo para la economía y salud del País. Fue el 13 de Octubre (día cabalístico) cuando el legislador denunció que al menos un millón de cabezas de ganado pasan por la frontera de Chiapas, sin ningún control, y llegan a la zona sur y centro, e incluso hasta la Ciudad de México, e incluso acusó que los responsables de este tráfico ilegal de ganado eran “las empresas engordadoras” que compraban a bajo precio los animales para luego revenderlos a Estados Unidos. En otras ocasiones, Juan Carlos exigió a las autoridades Federales y Estatales atender este problema de la inseguridad y violencia, “allá afuera está hecho un desmadre”, le dijo a los diputados de todos los partidos, aunque se sabe que traía conflictos cañeros, un rubro que ha cobrado la vida de muchos líderes.
ERA UN hecho que Molina Palacios tenía enemigos, ya sea por la fortuna acumulada bastante grande, por ser diputado local o, porque quizá, no se puso a mano con algún grupo delincuencial, pero lo curioso es que el día de su muerte estaba solo a bordo de su camioneta, saliendo del rancho de su propiedad. Vamos, ni siquiera los trabajadores del lugar salieron a despedirlo –algo realmente raro- y nadie le acompañaba, por lo que se infiere que ya lo estaban esperando y alguien tuvo que informar que el líder campesino, ganadero y cañero estaba saliendo de la finca, porque la ejecución fue certera, ya que del lado del chofer, espacio donde fue acribillado se podían contar la mayoría de los impactos disparados, lo que no dio tiempo a Molina Palacios de defenderse, apresurar la marcha o echarse en reversa. Ya lo estaban esperando y deseamos equivocarnos pero alguien lo puso. Porque de haber permanecido el grupo armado que lo liquidó más tiempo del debido, seguramente los vecinos se habrían percatado informando al ahora occiso que algo extraño pasaba afuera de su rancho.
INSISTIMOS, DIFICILMENTE Marcela Aguilera Landeta podrá llevar el caso a buen puerto, muy a pesar de que en 2010 se desempeñó como subprocuradora Regional de Justicia en Cosamaloapan, gracias a la presión de la Unión General Obrera, Campesina y Popular que comandó el malogrado sonorense, Margarito Montes Parra, en la cuenca del Papaloapan, quien fue amigo entrañable de su padre Paulino Aguilera. En octubre de 2015, el esposo de Marcela,
Arquímedes Mora Agustín fue asesinado en Tierra Blanca, se dijo en ese tiempo que por presuntamente defender a su hermano Paulino Aguilera Landeta, quien fue detenido por la Marina por robo de combustible a Pemex. Aguilera Landeta fue diputada local durante el gobierno de Javier Duarte, y como secretaria de la Mesa Directiva del Congreso Local aprobó las reformas del último tramo del gobierno duartista, entre ellas un proceso de basificación masiva de burócratas, que el exmandatario estatal quería dejar incrustados en el gobierno, y hasta antes de ser nombrada en el puesto que detenta fue asesora del, ahora, acribillado diputado priista y líder de la CNC Juan Carlos Molina Palacios.
EL CRIMEN, que ojalá sea esclarecido, no solo debe llevar a quienes presuntamente lo ejecutaron de manera material, sino a quienes lo ordenaron, aunque por lo pronto, sin que lo esperara, Antonio García Reyes, Presidente del Comité Regional Campesino de Huatusco y ex alcalde de Tenampa de Gorostiza tendrá que asumir el escaño vacío que deja Molina en el Congreso, y quien también ya fue víctima de una tragedia, pues el 4 de Enero de 2018, su hijo César Antonio García Cosquilla, ex candidato de la alianza PRI-PVEM a la alcaldía de Tenampa fue ultimado a balazos en una gasolinera de la autopista Fortín-Huatusco, en la congregación Monte Blanco, municipio de Fortín de las Flores. En fin, unos corretean la liebre y otros sin correr la alcanzan. OPINA carjesus30@hotmail.com
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