A TRAVÉS de los años, diversas naciones de Centro y Sudamérica han enfrentado “golpes de Estado” que si bien son incubados por inconformidades acumuladas, el detonador de la deposición de gobernantes en turno han sido los distintos Gobiernos de Estados Unidos aliados con los grandes intereses económicos de una Nación. En México, a diferencia de lo que se piensa, el vecino País del norte no financió ni orquestó el golpe de Estado de Victoriano Huerta contra Francisco I. Madero, aunque la Unión Americana si buscaba deponer a Madero pero para imponer a Félix Díaz –el sobrino de Don Porfirio- que junto con su amigo, el general Bernardo Reyes eran impulsados por Henry Lane Wilson, entonces embajador de Estados Unidos en México, con quien habían suscrito el llamado Pacto de la Embajada conocido, después, como Pacto de la Ciudadela. De hecho, Huerta declinó las ofertas golpistas por temor a solo ser utilizado e, incluso, tras la muerte de Reyes ofreció sus servicios a Madero quien lo volvió a poner al mando del ejército. Craso error, ya que al poco tiempo Huerta se unió a los sublevados pero al ser descubierto fue denunciado por Gustavo Madero ante su hermano el Presidente que no creyó la versión, solo para enterarse dos días después que Huerta lo había traicionado aliándose con Aureliano Blanquet, jefe del 29 Batallón, autonombrándose Jefe del Ejecutivo y obligándolo a renunciar, y aunque al principio Félix Díaz se sorprendió por la noticia, pues el plan inicial era que Díaz ocuparía la presidencia al triunfo de la rebelión, Huerta logró convencerlo de que lo dejase gobernar de manera interina para pacificar a los maderistas, y en un acto irreflexivo mandó a matar al Presidente junto con el vicepresidente José María Pino Suárez el 22 de Febrero de 1913. Esa ha sido la única vez que en México se dio abiertamente un golpe de Estado, pero no por parte del ejército revolucionario que llevó a Madero al poder, sino por el Federal de aquel tiempo, y el tema viene a colación por el discurso que el General Carlos Gaytán Ochoa pronuncio el pasado 22 de Octubre en un desayuno al que asistió el Secretario de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval González y altos mandos de la milicia en las instalaciones de la Secretaría de la Defensa Nacional, lo que motivó que el sábado, el Presidente argumentara y se hiciera la víctima en Twitter, como si temiera lo peor, cuando de antemano se sabe que la milicia emergida de la Revolución no es ni ha sido golpista ni se aliaría a una conspiración de EU en caso de que la hubiera.
GAYTÁN OCHOA, quien ha sido subsecretario y jefe del Estado Mayor de la Secretaría de la Defensa Nacional, jefe de las zonas militares de Nayarit y de los Altos de Chiapas; agregado militar y representante de México ante la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas y ante la Conferencia Especializada Interamericana sobre Terrorismo; integrante del grupo de coordinación del gabinete de Seguridad Nacional y candidato a suceder al general Guillermo Galván como secretario en 2012, entre muchos cargos más, solo puso en su discurso algunos puntos sobre las íes que obligan a la reflexión, pero no por el riesgo de un remoto Golpe de Estado, como quiere hacerlo ver el Presidente en aras de sumar adeptos, sino porque se deben asumir responsabilidades sobre todo en 5 puntos enumerados: 1.-En México la sociedad está polarizada políticamente porque la ideología dominante, que no mayoritaria, se basa en corrientes pretendidamente de izquierda que acumularon durante años gran resentimiento (y vaya que tiene razón el militar). 2.-Los frágiles contrapesos existentes (el Presidente sigue apoderándose del Legislativo, Judicial y hasta de instancias electorales) han permitido un fortalecimiento del Ejecutivo que propicia decisiones estratégicas que no han convencido a todos, para decirlo con suavidad. 3.-Nos sentimos agraviados como mexicanos y ofendidos como soldados. Pero es imposible olvidar las experiencias del pasado, porque en los eventos donde existió la unidad nacional, el país pudo ver sus aspiraciones satisfechas y se construyeron los objetivos nacionales. En aquellos eventos donde dicho valor estuvo ausente, se perdieron territorio y soberanía, el pueblo resultó lastimado, la economía entró en crisis, y el país tuvo que emprender su recuperación, casi desde cero. 4.-Hoy tenemos un gobierno que representa aproximadamente a 30 (treinta) millones de mexicanos, cuya esperanza es el cambio, un cambio que les permita subsanar lo que ellos consideran un déficit del Estado para dicho sector poblacional y, 5.-Respetando el pacto social, así llamado por el francés Juan Jacobo Rouseau, y respetando nuestra propia normatividad vigente, no podemos soslayar que el hoy titular del Ejecutivo, ha sido empoderado legal y legítimamente. Sin embargo, es también una verdad inocultable, que los frágiles mecanismos de contrapeso existentes, han permitido un fortalecimiento del Ejecutivo, que viene propiciando decisiones estratégicas que no han convencido a todos, para decirlo con suavidad. Ello nos inquieta, nos ofende eventualmente, pero sobre todo nos preocupa, toda vez que cada uno de los aquí presentes fuimos formados con valores axiológicos sólidos, que chocan con las formas con que hoy se conduce al país.
Y ALGO que enfatizó el General Gaytán, así como AMLO dice que su amo es el pueblo: “Aquí no estamos soslayando la situación real, pero estoy convencido que es mi deber, irrenunciable, mantener invariables los principios de honor, valor y lealtad para con el pueblo de México, si!, para con el pueblo de México (reiteró, y se entendió que no con el Presidente), pues si quedaba una duda, la aclaró: “solicito a todos los presentes, el respaldo y la solidaridad para mi general secretario, Luis Crescencio Sandoval, y desde luego pongo a su entera disposición mis conocimientos, por pocos que sean, y mi experiencia acumulada durante 50 años de servicio, para lo que a bien tenga determinar”. El discurso es fuerte y dejaremos una copia completa, pero llama la atención que el Presidente López Obrador se refiriera inicialmente al General como calderonista, como minimizándolo, pero al mismo tiempo culpándolo de pretender un golpe de Estado, algo que se antoja irreflexivo, por lo que el sábado escribiría en su red social que la transformación que encabeza cuenta con el respaldo de una mayoría libre y consciente, justa y amante de la legalidad que no permitirá otro golpe de Estado. “Ahora es distinto. Aunque son otras realidades y no debe caerse en la simplicidad de las comparaciones, la transformación que encabezo cuenta con el respaldo de una mayoría libre y consciente, justa y amante de la legalidad y de la paz, que no permitiría otro golpe de Estado en nuestro país”
ACTO SEGUIDO acusó –como siempre- a los conservadores “y sus halcones” (acaso llamando Halcón al general Gaytán), y dijo que “están equivocados”, y se fue a la historia argumentando que en el pasado los conservadores pudieron cometer la “felonía” de derrocar y asesinar a Francisco I. Madero (no fueron los conservadores fue un alcohólico militar Federal y no revolucionario), “ese hombre, apóstol de la democracia no supo, o las circunstancias no se lo permitieron, apoyarse en una base social que lo protegiera y respaldara”. E insistió: “¡Qué equivocados están los conservadores y sus halcones!”, ya que, según dijo, durante su administración no hay la más mínima oportunidad para dictadores, pues no es tierra fértil para el genocidio, ni para los canallas. “Aquí no hay la más mínima oportunidad para los Huertas, los Francos, los Hitler o los Pinochet. El México de hoy no es tierra fértil para el genocidio ni para canallas que lo imploren”, consideró. Y sugirió leer la fábula de Esopo “Las ranas pidiendo rey”. Ciertamente, al interior del Ejército hay malestar, porque se les está usando como carne de cañón, pero de eso a un Golpe de Estado, el Presidente con todo respeto está aprovechando la situación para atraer seguidores o anteponerse el hábito de mártir. Así de simple. OPINA carjesus30@hotmail.com
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