TRAS EL desplome de Carlos Romero Deschamps luego de 26 años al frente del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (y muchos millones de dólares en el bolsillo producto de ese saqueo ancestral a PeMex), algo queda claro en la llamada Cuarta Transformación: que los líderes sindicales de la vieja guardia (por abusivos), y todos aquellos que estorben a los proyectos presidenciales serán retirados “comedidamente”, con “sugerencias” como la expresada el martes por el Presidente Andrés Manuel López Obrador que sin recurrir a epítetos (innecesarios), mandó un mensaje claro y determinante: “Romero Deschamps si es investigado por la Fiscalía General de la República (FGR), y aunque no le pido abiertamente renunciar, considero que sería mejor que el dirigente petrolero enfrente las carpetas que se le siguen fuera de las instituciones”. No había que decir nada más. Deschamps, que estatutariamente concluiría su gestión en 2024, “valoró” la sugerencia de López Obrador que rubricó con una recomendación: “el exsenador deberá valorar si renuncia al cargo para hacer frente a esas denuncias; mi gobierno no quitará a ningún dirigente sindical para poner a otro. Si él quiere dejar el cargo para enfrentar su asunto, como lo hizo el Ministro (Eduardo) Medina Mora, porque igual hay denuncias, pero ellos verán en la Fiscalía si van a resultar culpables, o si se van a consignar esas denuncias al juez; yo pienso que el que tiene una denuncia de este tipo, y al mismo tiempo está a cargo de un sindicato, lo mejor es no involucrar a las instituciones, que se asuma de manera personal y se resuelva, y nosotros no estemos imponiendo a quien va a quedar”. Ese martes, el tabasqueño garantizó que si Romero Deschamps renunciaba al cargo para enfrentar las investigaciones que pesan sobre él ante la Fiscalía por actos de corrupción y enriquecimiento ilícito –como finalmente sucedió- tendrá un juicio apegado a derecho y no habrá persecución en su contra.
Y HOY el vetusto dirigente que amasó una fortuna como si fuera jeque árabe (y que deberían confiscarle), dejó, finalmente, el sindicato, sabedor de que en su contra hay numerosas acusaciones por diversos delitos que van desde delincuencia organizada, fraude, extorsión, enriquecimiento ilícito, corrupción y tráfico de influencias, y que de acuerdo a los señalamientos, esos crímenes fueron, frecuentemente, cometidos con la complicidad de miembros de la élite política mexicana, indistintamente de su afiliación partidista. Por eso puso pies en polvorosa. Sabe que no hay de otra, pero se queda con la certeza de que el Presidente no desatará una persecución en su contra, pues lo que realmente quiere es el sindicato ahora que busca la construcción de la refinería en Dos Bocas, Tabasco (aunque alguien en sano juicio no estaría tan seguro). Su turno terminó, y para demostrar que no buscaba avasallar al sindicado, AMLO permitió que el relevo sea Manuel Limón, quien fue tesorero del sindicato de 2007 a 2018 y es actualmente diputado Federal del PRI, aunque eso no garantiza que el cargo solo sea pasajero y en breve tenga que entregarlo.
COMO FUERA, Romero Deschamps entendió el mensaje, aunque otros siguen aferrados al poder, como el vetusto dirigente del Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana que ya acumula 24 años al frente de la organización, Víctor Félix Flores Morales, un veracruzano que el pasado 6 de Mayo cumplió 80 años de edad, y a quien desde hace 18 años el Gobierno Federal le pagaba 1 millón 547 mil pesos mensuales, únicamente por representar a los jubilados en el Comité Nacional de Gestoría y Enlace del Fondo de Pensiones, recurso que ya le fue suspendido en Septiembre. De esa manera, el pasado viernes se anunció que Víctor Flores Morales, el controvertido dirigente ferrocarrilero que ha amasado multimillonaria fortuna a costillas de sus representados dejará de percibir este año cerca de 50 millones de pesos, ya que no recibirá 17 millones que formaban parte de los gastos de administración del Comité Nacional de Gestoría y Enlace del Fondo de Jubilaciones del Comité Técnico del Fideicomiso Liquidador, que desde hace más de una década percibía. Apenas en Mayo ese organismo formalizó el Quinto Convenio Modificatorio del Contrato del Fideicomiso en el que, entre otras cosas, se eliminó la retención de uno por ciento por concepto de cuota sindical a los fideicomisarios, es decir, a más de 25 mil jubilados ferrocarrileros a quienes este año el gobierno federal autorizó una partida de 2 mil 760 millones 900 mil pesos destinados al pago de sus pensiones.
LO ANTERIOR es un mensaje contundente que Flores Morales no quiere entender, aferrado como se encuentra en montarse al llamado Tren Maya, otro de los proyectos insignia del Presidente López Obrador. Y es que, al ya no contar con esas cuotas, el Sindicato Ferrocarrilero de Víctor Flores dejará de percibir cerca 30 millones de pesos, una de las demandas que los jubilados del riel habían planteado desde la liquidación de la empresa, ya que consideraban una injusticia que se les quitara parte de su pensión para dársela al espurio líder. Y es que el proceso de liquidación de Ferrocarriles Nacionales de México (FNM) se ha convertido en una carga desde 2001 para el erario público, pero en una mina de oro para Flores Morales, ya que el millón 547 mil pesos mensuales que le pagaban equivale a la pensión de 300 ferrocarrileros jubilados que reciben 5 mil pesos mensuales pero, aunado a lo anterior, el eterno dirigente recibía un bono de 17 millones de pesos, por lo que el actual Gobierno Federal eliminó los montos que indebidamente se le entregaban.
SIN DUDA, Víctor Flores debe entender la “sugerencia” de López Obrador a Carlos Romero Deschamps, y acaso deba poner cuanto antes sus barbas a remojar, ya que la versión presidencial de que el tabasqueño no es proclive a la venganza o enconos no deja de ser un cuento chino, pues no hay que olvidar que el ferrocarrilero, al igual que el petrolero, también enfrenta denuncias ante la antigua Procuraduría General de la República, actualmente, Fiscalía, donde sus opositores han presentado 14 mil denuncias por diversos delitos, y en ese tenor, Benito Bueno Rentería, uno de los aspirantes a sucederlo dice que Flores Morales no puede seguir siendo dirigente del STFRM, pues pese a que no ha sido procesado, sí tiene infinidad de acusaciones por delitos patrimoniales en contra del sindicato, ya que el saqueo está plenamente documentado. Aún se recuerda cuando en Palenque, Chiapas, en Diciembre pasado, Flores Morales hizo el ridículo al intentar saludar al presidente Andrés Manuel López Obrador en el evento de la colocación de la primera piedra del Tren Maya. Fue un mensaje muy claro que el veracruzano se rehúsa a entender. Así de simple. OPINA carjesus30@hotmail.com
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