Los mexicanos, al referirnos al curso de este sensacional año 2019 repetimos ¡Que rápido se fue este año!, barbaridad mayor es casi imposible, este al igual que otros años no siendo bisiestos, han tenido 365 días de 24 hs. cada uno, sin embargo, este año que va en 3/4 ha sido rico en eventos que la humanidad entera recordara por siempre, en ocasiones por lo notable, pero en otros casos, porque lo malo del acontecer ya se quedó en nuestras vidas. El cambio climático.
En este año, una gran mayoría de los gobiernos, manifestaron su alarma por los inusuales fenómenos atmosféricos, que desatendiendo estadísticas y pronósticos de los expertos, han causado graves daños por todo el orbe, las previsiones y medidas de alarma solo han servido para anticipar a las poblaciones afectadas, que en pocas horas estarán enfrentando fenómenos que les puede causar la muerte, el destino nos alcanzó, lo que podía haberse presentado en los próximos siglos lo tenemos en la cotidianidad, enfrentamos peligro de muerte y nos vale madre, destruimos sin respeto nuestro hábitat, arrasando bosques y emitiendo porquería a la atmósfera.
Las grandes naciones o mejor dicho, las naciones de gran poderío industrial no están dispuestas a bajar su ritmo de crecimiento económico, ello implica que continuarán agrediendo el medio ambiente en aras de pagar altos rendimientos al capital asesino, nadie puede parar el fenómeno, porque esos grandes, son dueños de vidas y haciendas, merced a su poderío económico, dan órdenes a los gobernantes para continuar destruyendo el sano hábitat, el cambio climático que hasta hoy nos espanta, solo es un bosquejo de los apocalípticos eventos que enfrentaremos a futuro. El desequilibrio de los casquetes polares puede ser la muerte de la humanidad.
Bueno, en tanto Naciones Unidas pone freno a las desunidas acciones de los asesinos de la humanidad, cada uno de nosotros debe poner su grano de arena para tratar de mejorar lo que nos rodea, a la larga, el esfuerzo minúsculo de todos y cada uno de los habitantes, reducirá o atenuará el tiempo del holocausto derivado del calentamiento de los océanos, debemos de gritar, protestar, pero poner el ejemplo, acciones minúsculas como usar menos el carro, reciclar la basura, sembrar árboles, regarlos y cuidarlos para que sean adultos y cumplan su función de absorber carbono, propiciar la recarga de los acuíferos, pueden esas acciones salvarnos, hay esperanza.
Termina 2019, yo afirmo que debemos principiar el 2020 con la firme promesa de enfrentar una realidad que puede estar impregnada por la fuerza de la fe y de la esperanza, fe en la voluntad de gobernantes líderes, esperanza en que tomen acciones contingentes, emergentes y firmes para evitar que los tiempos corran más rápido de lo deseado. Deberemos protestar y actuar por el bien de nuestros herederos, vivir el irresponsable hedonismo derivado de riquezas fungibles, es hacernos pendejos, vivir irresponsablemente un existir precario, cargado de futuras desventuras. ¡AGUAS!
Septiembre 29 de 2019 lmwolf1932@gmail.com Luís Martínez Wolf |
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