EN UN Estado donde el mal ejemplo de la repulsión y rechazo contra medios de comunicación lo imponen los propios Gobernantes, y prueba de ello han sido los desplantes de funcionarios a comunicadores que cuestionan, algunos por convicción y otros por conveniencia, la promesa del Gobernador Cuitláhuac García Jiménez de defender con todo el peso de la ley la opinión emitida por periodistas siembra más dudas que certidumbre, sobre todo cuando tradicionalmente se ha estilado que en política un si es un no, y viceversa. Por ello ahora que García Jiménez citó, tras el twitter del ex Gobernador Javier Duarte de Ochoa en contra de comunicadores porteños que se habían declarado abiertos simpatizantes del depuesto Fiscal General, Jorge Winckler Ortiz que: “yo si quiero mencionar y muy rotundamente, que nadie puede atentar contra la opinión emitida por los medios de comunicación. Vamos a ser muy estrictos en preservar el derecho de la libertad de expresión de quien sea. Si hay quien piense que se va a salir con la suyas atentando contra un periodista, se equivoca pues se acabó ya la impunidad”, uno se pregunta qué hacer: si creerle o tomar providencias. Porque si de alguien no debemos fiarnos, no solo los comunicadores sino la sociedad en general, son de los políticos que un día dicen algo y al siguiente cambian de opinión alentados no por si mismos sino por la cauda de corifeos que les rodean, que son como la mala conciencia, como esa gangrena que mata los tejidos –y las alianzas- por falta de riego sanguíneo o por la infección de una herida.
Y ES que mientras Cuitláhuac juraba y perjuraba lo anterior, a unos metros de palacio municipal y de Gobierno, una grúa de la empresa Garrido atropelló a un hombre de la tercera o cuarta edad que vive de la caridad pública. Don Faustino Landa Vázquez, de 101 años no se mete con nadie, es un hombre respetuoso, pero un cafre lo arrolló y a punto estuvo de matarlo, pero testigos le gritaron al operador para que se detuviera y así lograron salvarlo. Y esto fue en Ávila Camacho, en pleno corazón de Xalapa, quedando el anciano en la parte de abajo del cofre de la unidad. No murió pero esta grave, y cuando los medios se apersonaron a tomar gráficas y recoger datos del suceso, policías municipales los intimidaron y amenazaron con arrebatarle sus cámaras. Al no poderlo hacer ya que la gente les defendió, los gendarmes, convertidos en señores de horca y cuchilla como el alcalde del que dependen, tomaron fotografías a los comunicadores y les advirtieron que los citarán como testigos cada vez que informen de eventos noticiosos. E insistimos: esto ocurrió minutos después de que García Jiménez decía que a los periodistas no se le va a intimidar ni a tocar, vamos, ni siguiera con la pluma de un pterosaurio.
ES INDISCUTIBLE que la sociedad actual está plagada de “malas conciencias”, de “auténticos sinvergüenzas” que proclaman con desenfado “proezas” y se sienten muy seguros en sus errores convertidos en aciertos por obra y gracia del poder. “Han perdido la voz de la razón y solo les queda la del robot, de la propaganda' y la desesperación espiritual”, como solía decir Antoine Marie Jean-Baptiste Roger Conde de Saint-Exupéry, aviador y escritor francés, autor de la afamada obra El principito. Y es que, sin buena conciencia cualquier persona es capaz de los peores errores y de los más infames horrores. Lo vivimos todos los días con ese desenfado y desinterés a los crecientes secuestros, feminicidios, crímenes dolosos, levantones, desaparecidos, robos y asaltos, realidad que supera a la imaginación. En pocas palabras, nunca había habido tanta gente de tan mala conciencia haciendo tanto daño, como tan tampoco un Gobierno insensible e imperturbable ante lo que está ocurriendo. Nada conmueve a las autoridades, salvo echar el guante al ex Fiscal Jorge Winckler Ortiz y coacusados, como si con ello la criminalidad desapareciera como por arte de magia, algo que no ocurre y no ocurrirá.
ESTA MAÑANA por ejemplo, en la capital del Estado fue asesinado de varias balazos un empleado de Comisión Municipal de Agua y Saneamiento sobre la transitada avenida Xalapa. Un comando armado lo rafagueó cuando esperaba el camión. Unos dicen que intentaron robarlo –y si esto fue cierto, imaginemos el nivel de agresión de los asaltantes-, otros que iban por él, pero como haya sido, Xalapa es ya una ciudad de alto riesgo y, lo peor, es que teniendo una policía municipal solo se dedica a colocar inútiles retenes y extorsionar a motociclistas e, incluso, automovilistas por cualquier cosa, olvidando que su verdadera función es velar por la seguridad, pero la mala conciencia del alcalde Pedro Hipólito Rodríguez Herrero se transmite a los subordinados y ahí están las consecuencias. En suma, no hay Gobierno, y nunca como ahora se había visto tanta displicencia.
TAL VEZ Cuitláhuac García Jiménez si tenga buenas intenciones, pero las malas conciencias que le rodean podrían echarle a perder los alcances de sus objetivos reales, porque en cada agresión, no a periodistas sino al pueblo; desatención a padres de familia que demandan profesores para decenas de escuelas e, incluso, apoyos para reparar aulas sin encontrar eco, se van creando hábitos y nos acostumbramos al desprestigio del bien, al predominio de la mediocridad moral, al desinterés por lo correcto, hasta que ya no hay retorno. Muchos Gobernadores en funciones lo han repetido infinitamente: respetaremos la libertad de expresión y castigaremos a quienes atenten contra ese derecho, pero los resultados dicen lo contrario.
HACE UN mes con 20 días, concretamente, la noche del sábado 3 de Agosto fue asesinado en el municipio de Actopan el periodista Jorge Celestino Ruiz Vázquez. El comunicador fue atacado con un arma de fuego alrededor de las 9:15 de la noche en el poblado La Bocanita, y de acuerdo a las primeras indagatorias, había sido un crítico enconado de las autoridades municipales en funciones e, incluso, hubo quien lo amenazó de muerte. Eso fue el 3 de Agosto, y es la fecha que nadie sabe y nadie supo quién lo mandó a ejecutar, muy a pesar que la Fiscalía General del Estado inició una carpeta de investigación por el homicidio del periodista e informó que se investigará “por qué la secretaría de seguridad no daba cumplimiento a las medidas de protección dictadas a favor de la víctima y su familia, las cuales se encontraban vigentes”. Por ello la frase del Gobernador García Jiménez de que “nadie puede atentar contra la opinión emitida por los medios de comunicación”, y que va a ser muy estricto en preservar el derecho a la libertad de expresión de quien sea, además de que “nadie se va a salir con la suya atentando contra un periodista” pues se acabó la impunidad”, suenan a cuento chino, o como dijera Santo Tomas: “hasta no ver no creer”. OPINA carjesus30@hotmail.com
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