DICE EL Presidente Andrés Manuel López Obrador que crímenes como el de Coatzacoalcos se deben a sujetos “desquiciados por las drogas”, y quienes los cometen son, por lo general, “gente drogada, jóvenes drogados”, y en ese tenor convoca a la sociedad a “orientar mucho y abatir y disminuir el consumo (de enervantes); esto es fundamental, porque ha crecido mucho”. Pero no solo eso, el Jefe de las Instituciones Federales reitera que se debe repetir a los jóvenes el daño que generan las drogas para contrarrestar el mundo ficticio que se muestra cuando se toma ese camino, de vestirse bien, lucir alhajas, que atraen a muchachas o a muchachos muy guapos, todo eso que se ve en las series (de televisión) pero hay que exponer la otra realidad, conocer la amarga realidad, hablar no sólo de la mona, sino del cristal, de otras drogas que arruinan a los jóvenes”, y sin duda, el jefe de las Instituciones Federales tiene razón, y acaso por ello extraña que la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero pida a los senadores de Morena que en el próximo periodo ordinario de sesiones aprueben una ley que regule el uso recreativo, medicinal y comercial de la mariguana, ya que se trata de “un tema adicional que debe ser analizado por todos como es la regulación del control de la cannabis y de la mariguana y revisar el marco legal idóneo en rubros como su uso personal, su uso comercial, también su uso científico y por supuesto, el uso médico”. Y entonces, uno se pregunta: si el Presidente sostiene que masacres como la de Coatzacoalcos donde perdieron la vida 30 personas y 8 más resultaron lesionadas se debe a sujetos “desquiciados por las drogas”, ¿Por qué, entonces, la responsable de la política interna (que, también, tiene razón) quiere que se regule el consumo para uso lúdico y medicinal? ¿Qué acaso no es una contraposición?
SANCHEZ CORDERO dice que es necesario legislar para que se avance en una política de drogas, que llamó progresista, donde se aborde el problema del narcotráfico desde la perspectiva de seguridad, salud, economía y justicia social, por lo que considera que debe discutirse, dialogarse “y ojalá el Senado y en la Cámara de Diputados puedan lograr ya aprobar esa ley”. Apenas en Noviembre 2018, la Suprema Corte de Justicia de la Nación invalidó los artículos de un ordenamiento que prohibían actividades relacionadas con el uso personal o consumo de cannabis, lo que sin duda, fue una decisión histórica que abre la puerta a la legalización de esa droga en México. En suma, declaró inconstitucional la prohibición absoluta del consumo recreativo del cannabis, aunque el enfoque se dirigía, primordialmente, al uso de la mariguana con fines medicinales, pero dejó claro en el dictamen que: “el derecho fundamental al libre desarrollo de la personalidad permite que las personas mayores de edad decidan -sin interferencia alguna- qué tipo de actividades lúdicas desean realizar”, esto al admitir dos amparos contra la prohibición absoluta del uso recreativo de esa droga, pues según el tribunal, ese mismo derecho "protege todas las acciones necesarias para materializar esa elección".
NO ES secreto que el Presidente Lázaro Cárdenas del Río hizo algo verdaderamente revolucionario para su tiempo al promulgar el nuevo Reglamento Federal de Toxicomanías el 5 de Enero de 1940. Con la nueva legislación quedaban desechados los viejos edictos punitivos (cárcel) sobre los delitos de drogas, ya que autorizó a los médicos recetar narcóticos a adictos, estableció clínicas ambulatorias para ayudarlos y formuló peticiones más amplias para tratarlos como enfermos y no como criminales. Con la entrada en vigor de aquella ley, la venta y compra de pequeñas cantidades de drogas, incluida la marihuana, cocaína y heroína fueron efectivamente despenalizadas, y los delincuentes a pequeña escala quedaron liberados de la cárcel y las clínicas de adicción a las drogas de la ciudad fueron permitidas. De esa manera, los agentes policiacos redujeron drásticamente los arrestos por delitos de drogas y se establecieron media docena de dispensarios en Ciudad de México. Algunos periodistas conservadores pensaron que con la medida se corría el riesgo de provocar una ola de delincuencia en el País, pero la mayoría la consideró un gran éxito. Ya para mediados de Marzo de 1940, al menos 1 mil adictos asistían a los dispensarios diariamente a comprar pequeñas dosis controladas de cocaína y morfina bajo supervisión médica y a valor de mercado. Los médicos y periodistas se pronunciaron a favor del cambio. “Atraer (al adicto) en lugar de perseguirlo, registrarlo y someterlo a tratamiento médico y psicológico (...) constituirá un medio fundamental para combatir la adicción". Y es que al vender las drogas de mejor calidad de manera controlada y a precios mucho más bajos, la medida truncó el comercio ilegal. La reseña la cuenta, en otras palabras, Benjamín Smith, especialista en historia moderna de México en BBC History Magazine bajo el título: El año en el que México legalizó (brevemente) las drogas
DICE EL Lector de Historia Latinoamericana por la Universidad de Warwick y profesor Asociado de Historia Latinoamericana por la misma casa de estudios, que los bajos precios que ofrecían esas clínicas también paralizaron el comercio ilegal. “La morfina del gobierno se vendía a 3,20 pesos el gramo. En la calle, la misma cantidad de heroína costaba entre 45 y 50 pesos. Además, estaba muy diluida con lactosa, carbonato de sodio y quinina. Un gramo puro probablemente costaba cerca de 500 pesos. Esos precios socavan a los distribuidores: los traficantes de la Ciudad de México perdían 8 mil pesos al día”. Por ello, antes de que pasaran seis meses, la legislación fue anulada. El 7 de Junio de 1940 el gobierno declaró que la escasez de cocaína y morfina debido a la guerra impedía que el plan funcionara (aunque otros aseguran que fuertes intereses se interpusieron y doblaron al general). De esa manera, al mes siguiente se introdujo de nuevo la antigua legislación punitiva de 1931. Y sin duda, la breve historia del coqueteo de México con la legalización de drogas (mariguana y cocaína) tiene una profunda resonancia contemporánea, ya que se estima que desde 2006 hasta 2016 la guerra de México contra las drogas le costó al País la vida de aproximadamente 160 mil mexicanos, y de entonces a la fecha las matanzas no cesan.
TAL VEZ tiene razón Olga Sánchez Cordero cuando propone que de una vez por todas se autorice y regule el uso lúdico y medicinal de la mariguana; que haya dispensarios y lugares para su consumo, y que la ingiera quien así lo desee, aunque, también la tiene el Presidente cuando señala que crímenes descarnados como el de Coatzacoalcos son cometidos bajo el influjo de las drogas prohibidas, pero quizá al ser legalizada y controlada su venta, el comercio ilegal se vaya a pique, aunque debemos ser claros: uno de los principales clientes en el consumo de mariguana, cocaína, heroína y otros psicotrópicos no somos los mexicanos sino los vecinos del norte, y mientras no exista un política cooperacionista al respecto, todo seguirá igual o peor. Los intereses son mulltimillonarios: Así de simple…OPINA carjesus30@hotmail.com
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