ES IRREFUTABLE lo que dice el Presidente Andrés Manuel López Obrador cuando pide a los medios de comunicación, sobre todo a la radio y la televisión que tengan mensajes positivos para los jóvenes, contrario a lo expuesto en las narco series, y es irrebatible porque en verdad, ya sea en el cine, la pantalla chica, en internet -sobre todo en aplicaciones como Youtube o, incluso Facebook-, lo que más atrae a jóvenes y adultos -además de pornografía, cibersexo o conductas sexuales en línea que ya son consideradas adicción y, por tanto un problema de salud mental- son las series de narcotraficantes donde se impone la violencia en exceso, el secuestro, levantones, ejecuciones, plagio de mujeres a las que convierten en amasias y, por supuesto el cobro de piso. La reina del Sur, Escobar el patrón del mal, el Cartel de los Sapos, Narcos, La viuda negra, Las muñecas de la mafia, El señor de los cielos y Narcos México son, por solo citar algunas, series que acapararon la atención del teleauditorio, lo que motivó que en algunos casos se filmara segundas temporadas. “Yo respeto a quienes ven esas series, pero también pido que haya otro tipo de mensajes en la televisión”, dijo AMLO en su reciente visita a Chicontepec, en el corazón de la Huasteca veracruzana, y se pronunció: “Es importante que en la radio y en la televisión salgan mensajes positivos para los jóvenes y no solo ver narcoseries”, esto es, que no sólo se hable del problema del narcotráfico sino que, también, se envíen mensaje a los jóvenes de que consumir drogas sintéticas los va a hacer morir. “Yo no estoy en contra de las series que se difunden, el que quiera ver que lo haga y garantizar la libertad; pero que haya también lo otro, que se le diga al joven que si consume droga, sobre todo ‘cristal’, esas drogas destructivas, venenos, se está suicidando. Que son fatales, que se van a morir, que lo sepa el joven y darles opciones, alternativas, que salgan esos mensajes en la televisión, en la radio, que se difunda eso”.
Y SIN duda, tiene razón. Sin embargo, restringida la publicidad oficial, AMLO podría clamar en el desierto como Juan el Bautista a quien terminaron cortándole la testa, y las televisoras arrinconadas por ser Fifís, simple y llanamente no le harán caso, porque eso es lo que vende y lo que está de moda en la vida real. Tal vez si el Presidente López Obrador deja a un lado sus miedos y asume su papel de mandatario Federal, no declarando frontalmente la guerra al crimen sino combatiéndolo con inteligencia a partir de investigaciones científicas que conlleven al desmantelamiento de fortunas, y se combata a los generadores de violencia, se harían series de esas: de Generales, jefes policiacos y ministros de seguridad valientes que ofrendan la vida en aras de garantizar la seguridad y certeza a los Gobernados (como ocurre en Estados Unidos con series como Swat, donde siempre triunfan los buenos entre otras, pero no se ven por ninguna parte esas escenas, sino un medroso “amor y paz” y “yo no me meto con nadie”, cuando debería hacerlo para que los jóvenes vean que tienen un Presidente valiente, decidido y dispuesto a garantizar la tranquilidad a su pueblo. Porque se quiera o no aceptar, la delincuencia está suelta en el País, y hay hasta grupos que ya denuncian complicidades de altos funcionarios en la materia con tal o cual cartel, y eso es lo que hay, y que nadie en el Gobierno desmiente dando la impresión de que es cierto lo que allí se dice.
POR LO demás, la juventud como los políticos noveles están en esa curva de aprendizaje que forma y norma y que, en efecto, necesita que alguien los guíe, les indique cual es el mejor camino, pues bien lo dice el reconocido psicólogo y psicoterapeuta, Alejandro Salomón Paredes, Director del Centro Psicoterapéutico Logos de Perú, quizá el más reconocido en Latinoamérica: “El ser humano lo es realmente cuando sufre, cuando se equivoca, cuando se enfrenta a la muerte. También lo es cuando mira hacia atrás y siente el peso de su pasado, y cuando mira hacia adelante con angustia por lo que vendrá. Pero hay más: El hombre es hombre, también, y sobre todo cuando acepta todas estas adversidades con humildad, como parte de su humanidad. Cuando deja de resistirse a lo que le toca vivir para renunciar a su equilibrio placentero y sin tensiones. Cuando se hace consciente de que a pesar del sufrimiento, todo (incluso el sufrimiento mismo) le brinda una posibilidad a actualizar, algo valioso que captar, un sentido que descubrir. He aquí que el hombre este llamado a trascender, a ir más allá de sí mismo. El significado de su existencia no le compete de forma inmanente, sino en comunión con aquello que el mundo y la vida le otorgan con cada vivencia y con cada sacrificio. Y cuando llega a conocer de qué se trata es que ha desgarrado el velo de Isis que cubría sus ojos. Entonces el sentido cobra vida y lo espiritual toma el timón para encarnarse en su ser. En ese sentido, el experto rubrica que “la vida del hombre adquiere sentido cuando lo valioso se le hace evidente. Y hará lo que hará y no será feliz mientras no enaltezca su espíritu aprendiendo el valor intrínseco en cada acto, en cada encuentro humano, en cada momento, cuando se eleva por encima del instinto animal y del impulso irrefrenable”.
Y UNO se pregunta: ¿qué ofrece, por su parte el Presidente Andrés Manuel López Obrador para cambiar en positivo a los jóvenes, muchos, muchísimos de ellos desempleados y sin opciones a corto plazo? Unas cuantas monedas no es suficiente porque parecería limosnas por el monto entregado; tampoco está ofreciendo educación de calidad en las escuela, ya que en aras de tener a todos contentos a los sindicatos admitió la reincorporación de profesores que habían sido retirados de las aulas por no cumplir requisitos académicos o de enseñanza, mientras que a los niños que recibían su primera educación e instrucción en estancias infantiles y guarderías les clausuró ese derecho, porque lo que quiere es ahorrar para seguir comprando el voto clientelar. Los jóvenes son lo que reciben, y si les da dinero en vez de empleo se acostumbrarán al dinero fácil porque, además, seguirán siendo útiles en las urnas.
ES INDISCUTIBLE que el ser humano siempre ha sentido una buena dosis de atracción por el mal, ya sea por su condición de prohibido o por la dificultad y el reto que supone explicar aquello que parece inexplicable. Como fuera, el mal siempre ha llamado la atención de la humanidad e, incluso, nos ha llevado al interés casi morboso por sus casos más execrables. Como sociedad, llegamos a sentir cierta fascinación por los malvados mucho antes de que los medios de comunicación de masas repitieran mensajes, informes y series por doquier, y acaso el ejemplo más palpable, es la conmiseración del Presidente López Obrador por “El Chapo” encarcelado de por vida, pese al daño causado a la sociedad. Ese es el hombre, y si no se le encausa se descarrila. OPINA carjesus30@hotmail.com
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