LA NOCHE del 28 de Febrero, bajo el argumento de haber sido tocadas por la corrupción de políticos del PAN y PRI que se beneficiaron mediante prestanombres para operarlas, la Secretaría de Bienestar publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el decreto por el que desaparecía los subsidios a Estancias Infantiles y las reglas de operación del Programa de Apoyo para el Bienestar de las Niñas y Niños, Hijos de Madres Trabajadoras. Entre las disposiciones se estipulaba que los subsidios Federales ya no serían entregados a las Guarderías como se realizaba hasta entonces, sino directamente a la madre, padre solo o tutor para que ellos pagaran a familiares –sobre todo a abuelos- el cuidado de los menores. Las madres, padres o tutores con niñas o niños a su cargo de entre 1 año y hasta un día antes de cumplir los 4 de edad recibirán 1 mil 600 pesos bimestrales (800 pesos al mes) por cada niño, y quienes tuvieran a su cuidado un menor con discapacidad de entre 1 año y hasta un día antes de cumplir los 6 años obtendrían un apoyo de 3 mil 600 pesos bimestrales (1 mil 800 pesos mensuales). Los subsidios se entregarían hasta por un máximo de tres niños o niñas por hogar en el mismo periodo, salvo que se trate de nacimientos múltiples, establecía el decreto que ha puesto de cabeza a cientos, miles de hogares mexicanos que, precisamente en temporadas vacacionales como estas, es cuando más extrañan ese servicio, ya que miles, millones de madres solteras o padres que trabajan necesitan quien les cuide a sus hijos al no haber clases que se los retengan al menos hasta las 2:00 de la tarde en el mejor de los casos. Sin embargo, en el sentido más simplista, el que enarbola el Gobierno Federal, las guarderías infantiles son solo eso: lugares donde los niños permanecen resguardados en tanto sus padres trabajan, pero no hay nada más absurdo que suponerlo así, restándoles la importancia real que tienen en el concierto cotidiano.
DICEN QUE fue Friedrich Froebel, un pedagogo alemán creador de la educación preescolar y del concepto del Jardín de la Infancia -conocido como “el Pedagogo del Romanticismo”- quien concibió, en 1837, el primer “Kindergarten” como un instrumento educativo eficaz para desarrollar las destrezas y conocimientos en el niño en relación con el mundo, y que algunos años más tarde, inspirado en Froebel, Jean Baptiste Firmin Marbeau, filántropo francés inició el movimiento de las “Crèche” o guarderías infantiles como respuesta al incremento del trabajo de las mujeres en la industria, aunque no se trataba únicamente de cuidarle los niños a las madres o padres que laboraban. La gran visión de Friedrich Fröbel fue reconocer la importancia de la actividad del niño en sus procesos cognitivos de aprendizaje. Introdujo el concepto de “trabajo libre” (Freiarbeit) en la pedagogía, y estableció el “juego” como la forma típica que la vida tiene en la infancia, por lo que también vale la pena educar en el juego y mediante el juego, ya que los niños hacen jugando cosas que nunca harían de forma impuesta y autoritaria. Las actividades en su jardín de la infancia incluían cantar, bailar, jardinería, jugar y autodirigirse con los dones de Froebel para ir introduciéndolos en el mundo de los adultos. Y todas esas ideas sobre el desarrollo infantil y la educación fueron introducidas en los círculos académicos a través de los esfuerzos incansables de su mayor defensor, la baronesa Freiherrin Bertha Marie von Bülow Marenholtz, una noble educadora alemana que se destacó por su trabajo en la difusión del concepto del jardín de infancia en Europa.
LUEGO VINO la expansión de ese tipo de instituciones en diversos países tanto europeos como en el continente americano, y eso llevó a modificar muchas políticas y leyes en torno al tema. En México, según el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP), la Ley Federal del Trabajo de los años setenta establece en su Artículo 283 que los patrones tienen entre sus obligaciones especiales “brindar servicios de guardería a los hijos de los trabajadores” (Fracción XIII). No obstante, esto no se ha cumplido. Por eso las madres derechohabientes del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) acudieron a las guarderías de la institución en búsqueda de este servicio. En los años ochenta (1983), la Ley del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) recoge la obligación de brindar el servicio a otro grupo poblacional en particular. En el sexenio del ex presidente Felipe Calderón (2007) se decretó el establecimiento del Sistema Nacional de Guarderías y Estancias Infantiles a cargo de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) y el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) para aquellas familias que no son trabajadores del Estado ni son derechohabientes del IMSS, tratando de volver el servicio universal.
Y ES que la concepción original de las guarderías y el de educación preescolar fue la de potenciar el desarrollo cognitivo, afectivo, psicomotor, social, creativo, etc., en los niños, pero a través de los años se convirtieron en un tema económico más que formativo, de tal suerte que el Presidente Andrés Manuel López Obrador y sus fanáticos seguidores se refieren a las estancias infantiles como un lugar donde solo se “guardan” a los niños, es decir, un lugar donde están a salvo. Por lo que, probablemente consideran que es lo mismo tener estancias infantiles, guarderías, preescolares o que los cuide algún familiar. Tal vez ignoran que es durante los primeros años de vida –e incluso desde el embarazo- cuando los niños necesitan nutrición, protección y estimulación para que su cerebro se desarrolle correctamente.
SIN DUDA, lo que al Presidente López Obrador le urge decir en su primer informe de Gobierno es que combatiendo la corrupción y el huachicoleo logró ahorrar muchos miles de millones de pesos, cuando es realidad ese ahorro será a costa de la formación de menores que quedará truncada en su primera infancia, ya que no es lo mismo educar o formar que transmitir conocimiento, y los abuelos o familiares a quienes ahora se paga porque cuiden a los menores no son los mejores profesores, entendidos estos como “los intermediarios del saber”. Froebel lo dejó muy claro en su texto, “Educación del hombre” (1826): “La educación es el proceso mediante el cual una persona desarrolla el ser humano con todas sus fuerzas en completo y armonioso funcionamiento en relación con la naturaleza y la sociedad. Es, además, un proceso similar a aquel por el cual la humanidad en su conjunto se elevó originalmente por encima del animal y continúa desarrollándose hasta su nivel actual. Se trata del individuo, pero también de la evolución universal”. En suma, si queremos mejores mexicanos, más preparados para enfrentar los retos del futuro, las guarderías infantiles supervisadas por el Estado deberían ser la mejor opción. Qué lástima que el alcance de miras de los actuales gobiernos morenistas no vaya más allá de su nariz o conveniencia, y no del futuro de los mexicanos. OPINA carjesus30@hotmail.com
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