Esos abrazos y efusivas declaraciones de “hermano querido” que se dan los mandatarios en sus costosos encuentros cumbre; a los que les siguen los enviados especiales para oficialmente declarar hermanados Municipios, Estados o Naciones…
Y los llevan a cabo en encuentros costosísimos con bombo y platillo; en los que mutuamente se entregan condecoraciones, medallas, listones, bastones, plumajes y lo que le sigue, en base a la “hermandad”…
Que generalmente se reduce a intereses económicos; lo cultural como que no tanto. Pero ordinariamente no pasa de ahí; todos sabemos que eso es precisamente a lo que le llaman hacer política. Puro rollo pues…
Pero que el Presidente de Rusia, Vladimir Putin se refiera a Ucrania -hasta mayo con un gobierno políticamente antagónico, pero las poblaciones sí efectivamente hermanadas- diciendo “somos la misma nación”, tiene un enorme significado…
Baste recordar que en la región de Donbass, donde Donetsk y Lugansk -ambas teniendo frontera con Rusia- que hoy en día, como desde el 2014, continúan en guerra por su independencia de Kiev; y que le han pedido a Rusia los acepte en la Federación; como pasó con Crimea…
Y si a eso se agrega que el pasado mes de mayo acaba de cambiar el Gobierno en Ucrania; y que en sustitución de Petró Poroshenko, el nuevo Presidente Vladimir Zelenski -quien antes era un actor cómico- disolvió el Poder Legislativo -La Rada Suprema, que es la encargada de designar al Primer Ministro- conminando al Gobierno a dimitir en pleno; y que su “primerísima” tarea es terminar con la guerra en el Donbass…
Apuntillando que el objetivo debe lograrse sin la pérdida de territorios. Y haciendo referencia a Crimea, dijo que no se puede hablar de recuperarla porque le sigue perteneciendo a Ucrania...
Se puede pensar que todos esperan movimientos geopolíticos estratégicos; sobre todo porque acaban de desembarcar en Ankara las primeras baterías de misiles antiaéreos rusos…
Y si los romanos en sus tiempos de gloria llamaron al Mediterráneo el Mare Nostrum; podría ser que los rusos dijeran lo mismo del Mar Muerto.
Cambiando de tema…
Siempre he manifestado desconfianza hacia los científicos y sus muchas veces pagadas investigaciones; pues ahora salen con que el jugo de frutas mostró la misma asociación con el cáncer que cualquiera otra bebida azucarada o energetizante; además de que no encontraron ninguna relación con los edulcorantes y saborizantes artificiales, con el temido padecimiento…
Y para terminar con lo inéditamente kafkiano…
En Veracruz se ha registrado el extraño, pero edificante caso de que el Fiscal le diga al Gobernador que se deje de payasadas y que se ponga a trabajar. ¡Glup!
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
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