He asistido en diversas ocasiones a la feria de artesanías que anualmente se organiza en el WORLD TRADE CENTER, en esta ocasión llegué un poco cansado y pensaba dar un leve vistazo a lo mismo que se presenta todos los años, unos cuantos artículos artesanales, algo de comida típica, y poca gente, llegué y estaba el WTC en su exterior atiborrado de personas, pues en los pasillos exteriores de plantaron algunos comerciantes a exponer, vender sus artículos había orden y muchos compradores.
Entré al salón principal donde estaban instalados varios cientos de comerciantes, algunos fabricantes de lo que vendían al público asistente, me quedé asombrado cuando vi que en uno o varios puestos de venta, se presentaban artesanías artísticas de orfebrería y alhajas típicas de Colombia, mucha pedereria muy bella e interesante, los precios más o menos buenos.
Yo fui a la feria con la intención de ver y salirme lo más pronto posible, mi esposa insistió que diéramos un rápido recorrido viendo lo que se exponía y salir para la casa, nada, al empezar a recorrer los puestos donde los artesanos e industriales presentaban sus artículos, me fui interesando en preguntar origen y características de los bellos objetos presentados y en venta, caí sin tropiezos económicos en la compra de varios artículos, compré mole, lápizlazuli, piedras brasileñas y colombianas, un mexicanos tenía un puesto de piedras baratas, muy bella, muchas de ellas vidriadas semejando piedras preciosas, como antes dije, caí en la celada comercial que me tendió quien organizó la feria, no me arrepiento, me pase hora y media recorriendo pasillos y escuchando los relatos de los vendedores respecto a las características de su mercancía, todo merecedor de encomio, bello e interesante.
Como en todos los eventos hay cosas buenas y malas, yo caí en la trampa de un vendedor de mole poblano, me dio gato por mole y me cobró el doble del precio que tenían en otro stand, además de mejor calidad.
Malo también el apretujamiento causado por personas que llevaron a familiares enfermos y en silla de ruedas, en lugar de transitar por un lado de los pasillos, viajaban con su carromato por el centro del andador y provocaba congestionamiento de los asistentes.
Muy grave la condición del estacionamiento, estaba saturado de vehículos, no vi un solo espacio vacío, y lo grave del asunto, ni un solo policía vigilando el obscuro estacionamiento, me dio miedo transitar por ese espacio.
Bien, muy bien, excelente el evento, creo debe repetirse más a menudo pues es realmente un gran atractivo turístico, los organizadores y los artesanos que asistieron a la feria, mi más sincera felicitación por la realización de esta feria, vale que se repita. ¡AGUAS!
Julio 8 del 2019 lmwolf1932@gmail.com Luis Martínez Wolf |
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