Caímos los mexicanos en la más burda y cruel engañifa, una reforma energética en que la joya de la corona a disputar es el petróleo que se encuentra en aguas profundas, para extraerlo, debemos entregar nuestra dignidad y asentaderas al capitalismo depredador, ese al que le importa madre el medio ambiente y acostumbra darnos en la idem, en aras de los rendimientos accionarios, por supuesto valores en manos de extranjeros. La entrega del ligero Olmeca cumplió su cometido, nos dejó con el pesado Maya.
Falso que el petróleo reivindicará la economía nacional, falso que la reforma pretende garantizar el futuro de las generaciones que hoy son niños, falso que los beneficios serán para México y los mexicanos. Solamente como referencia a considerar por el pueblo, baste decirle que durante casi un siglo se ha sacado de México petróleo que estaba a flor de tierra; el famoso pozo 4 de Cerro Azul producía más de 50,000 barriles diarios, casi todo salió para beneficio de extranjeros al igual que todo el extraído de diversos mantos, a los mexicanos nos quedó la mugre y las deudas.
Todos aquellos que en una forma u otra hemos andado metidos en los asuntos petroleros, conocemos de los graves daños que se ha causado al medio ambiente, incluido como tal, los humanos afectados en primera instancia por la industria del petróleo. El encarecimiento de los servicios y consumibles en las áreas petroleras, sumen en la desgracia y enfermedades a quienes no alcanzan los beneficios de acabar con el petróleo del subsuelo y el medio ambiente en su zona de influencia. Ahora andamos o andan nuestros líderes pensando en extracción de gas mediante el proceso conocido como Fracking, significa contaminación y consumo bestial de agua.
Ver los ominosos derrames que se producen en la sonda de Campeche, hace llorar, llorar de impotencia ante la prepotencia de las empresas perforadoras y extractoras del oro negro, nadie puede decir nada porque todas, TODAS, las autoridades están maiceadas, el que protesta o denuncia, corre el riesgo de ser expulsado de la comunidad y perder los ingresos del trabajo que desempeña. Todos coludidos en detrimento de la salud pública.
Si el medio ambiente ha sido alterado gravemente por causa de la explotación petrolera en aguas someras, lo que nos espera con la explotación en aguas profundas y fracking es apocalíptico, el mar y su ecosistema será destruido y con él, los humanos rivereños del Golfo de México.
Créanme, por causa del alquitrán pelágico que se extiende sobre el océano, con solo unos cuantos barriles de petróleo derramado, aumenta la tensión superficial del agua y la cadena planctónica se interrumpe, el 60% de oxigeno que respiramos lo genera el fitoplancton, anulado o destruido este, respiraremos solo la mierda producto de los vapores petrolíferos. Eso traerá la reforma energética, ¡MUERTE! ¡AGUAS!
Junio 27 del 2019 lmwolf1932@gmail.com Luís Martínez Wolf |
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