ERA DE esperarse. Cuando se carece de convicciones –o ideas, sean religiosas, éticas o políticas en las que cree una persona-, es muy fácil arrojar por la borda la vida misma. De hecho, el libro de Hebreos 11:1 explica la fe con dos términos específicos que no admiten erradas interpretaciones: certeza y convicción: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. De esa manera -según el libro de libros-, la convicción en lo que no se ve se llama fe, contraria a la convicción de lo que si se ve y que los eruditos denominan razón. Pero sean cuales fueren los motivos que orillaron al ex Secretario de Salud, José Narro Robles y a la periodista y política, Beatriz Pages Rebollar a renunciar este miércoles al PRI, ponen en evidencia las convicciones de ambos, aun cuando algunos instruidos insisten en que la razón (aunque en este caso pareciera capricho) es, también, convicción. Narro, que aspirada a la presidencia nacional del “tricolor” es un hombre de 71 años, y el Revolucionario Institucional necesita refundarse si bien en la aportación de ideas, también en la seducción de jóvenes desbalagados que están siendo captados por el Movimiento de Regeneración Nacional debido a la falta de empleos, rezagos, pobreza y ausencia de oportunidades. El Presidente Andrés Manuel López Obrador logró atraerlos dotándoles de una beca que significa la “donación” de dinero que sale de las contribuciones, pero la ayuda no será eterna, y al paso que va el País, la población en edad de trabajar terminará por incrementarse sin que haya espacios donde sean ocupados y tampoco dinero que alcance para seguir manteniéndolos como votos cautivos, y cuando eso suceda, que ocurrirá pasando el medio sexenio, las cosas comenzarán a verse en su real dimensión.
EL PRI, luego, entonces, requiere de un dirigente joven activo, seductor, que atraiga a las juventudes y las convenza, como en su momento lo fue Enrique Peña Nieto que por desfortuna no supo aprovechar el carisma que emanaba; sus torpezas –producto de la impreparación- comenzó a exhibirlas muy pronto, y fueron los jóvenes que se preparan para ser mejores quienes lo exhibieron, primero en la Ibero y después en memes. No supo recordar tres libros que lo marcaron, y ello marco su sexenio. Era un Presidente inculto incapaz de sostener un debate con académicos, intelectuales o gente ligada a los negocios y, para colmo de males le dio por entrarle a la farándula contrayendo un fatuo matrimonio con la estrellita de las telenovelas de esos tiempos, alguien que no le aportaba nada, si acaso imagen que, para acabarla de amolar, terminó abollándosela debido a los escándalos que protagonizaron y que finalizaron en rompimiento hacia las postrimerías administración. Era Peña como el Rey Tonto, el del cuento de León Tolstoi.
NARRO SE va del PRI, porque según él, ya todo está pactado para que el Presidente del CEN sea Alejandro Moreno Cárdenas, gobernador con licencia de Campeche, mejor conocido como “Alito”, a quien insisten en ligar con Andrés Manuel López Obrador, y en redes sociales el ex secretario de Salud de Enrique Peña Nieto explica que la dimisión se debe a que no quiere formar parte de la “simulación” que se realiza en el proceso de elección de la nueva presidencia. Tal vez pensó que con su dimisión, miles de priistas renunciarían en bloque, y vaya que se equivocó, pues esos miles ya renunciaron pero no en solidaridad con su causa, sino que, fieles acomodaticios como siempre han sido, ahora están en las filas del Movimiento de Regeneración Nacional, algunos picando piedra, otros en cargos mediáticos y son contados los que ocupan puestos importantes, pero ante un barco que se hunde lo mejor es buscar buen puerto. Narro Robles nació en 1948, cuando Miguel Alemán Valdez gobernaba este País, y de entonces a la fecha han transcurrido 71 años. Es, sin duda, un buen médico y académico, y su vida ha transcurrido en las aulas y no en el ajetreo de la política. Fue rector de la Universidad Nacional Autónoma de México en dos ocasiones: desde el 13 de noviembre del 2007 a noviembre de 2015. Director de la Facultad de Medicina de esa universidad (2003-2007 y 2007-2011). Secretario de Salud con Peña, y entre lo relevante que se le conoce está su trabajo en apoyo de los migrantes mexicanos, apoyando tareas de gobernación y de gestión del sistema de seguridad social mexicano. Sin duda, su trabajo ha sido reconocido en México así como por organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud y el Unicef. Posee más de una decena doctorados honoris causa por su trayectoria académica y su servicio público, y forma parte de organizaciones científicas y médicas, pero en cuestiones políticas, donde la tenebra se torna pesada y los puntapiés bajo la mesa dejan huella, Narro no tiene una gran experiencia y el PRI, insistimos, necesita que lo saquen a flote, si es que aún se puede –al precio que fuere-.
BEATRIZ PAGES Rebollar, tampoco, ha sido una lumbrera en cuestiones políticas. Es actualmente directora de la revista Siempre e hija del distinguido periodista mexicano José Pagés Llergo, uno de los más destacados y prestigiosos periodistas del siglo XX, corresponsal de guerra en 1939, presenciando aquella declaratoria de guerra de Adolf Hitler de la Segunda Guerra Mundial a quien entrevistó en exclusiva el 25 de Septiembre de ese año tras la caída de Varsovia. En 1941 realizó trabajos periodísticos en China y Japón en donde fue recibido por el emperador Hirohito. En su haber se registran entrevistas a Joseph Goebbels, Benito Mussolini, Francisco Franco, el comandante japonés Hideki Tojo, el Papa Pío XII y el presidente checoslovaco Emil Hácha. Un grande, sin duda, mientras que su hija se ha desempeñado como reportera y conductora de programas informativos para Televisa, Canal 11, Multivisión y CNI Canal 40, y también como comentarista política para diversas estaciones de radio. Desde 1987 es la directora de la revista Siempre!, y en 2005 se integró formalmente al equipo de campaña del candidato presidencial del PRI Roberto Madrazo, y en 2006 fue electa Diputada Federal plurinominal a la LX Legislatura del Congreso, y hasta ahí.
SIN DUDA, es lamentable que se vayan, pero acaso no tenían la convicción de ser priistas, y en el caso de Narro Robles pudo más el capricho y voluntarismo, sin entender lo que en alguna ocasión expresó el actor Woody Allen en torno a la política: “El mago hizo un gesto y desapareció el hambre, hizo otro gesto y desapareció la injusticia, hizo otro gesto y se acabó la guerra. El político hizo un gesto y despareció el mago” con todas sus buenas intenciones y, al parecer, Alejandro Moreno Cárdenas hizo un gesto y desapareció a don Pepe Narro y a doña Bety Pages. Y es que tanto tiempo en estos menesteres y no saber cómo se mueve el abanico perverso de la política es como de novatos. Así de simple. OPINA carjesus30@hotmail.com
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