ES CURIOSO cómo el Presidente Andrés Manuel López Obrador justifica sus yerros y pretende convertirlos en triunfos, ya que la mañana de este martes hizo ver a los reporteros que cubren la fuente, la importancia de la austeridad y el ahorro (traducidos en recortes presupuestales a todas las dependencias, incluidas ciencia y tecnología, despidos de personal y venta de aeronaves y unidades oficiales), pues gracias a esto, y al combate a la corrupción, según dijo, hay dinero para hacer frente a los acuerdos que se pactaron para impedir que Estados Unidos impusiera aranceles a los productos mexicanos de exportación, y lo reafirmó una y otra vez, “hay dinero suficiente en hacienda para cumplir”, cuando el único culpable de lo que ocurrió es, precisamente, el titular del Ejecutivo que en aras de un falso humanismo abrió de par en par las puertas de la frontera sur a migrantes, desafiando al vecino País del norte que, ante la invasión, no le quedó sino dar un manotazo y obligar a México a asumir acciones que antaño rechazaba, como la militarización con 6 mil efectivos en la zona de Guatemala, algo que costará mucho dinero, además de que la Guardia Nacional debería ser ocupada en menesteres de seguridad considerando que el País está convertido en un polvorín, y que decir de Veracruz donde los secuestros tienen a la sociedad con el Jesús en la boca ya que ocurren a diario –lo mismo que las ejecuciones y feminicidios, asaltos, extorsiones y robos-. Ojalá y el dinero ahorrado que se refleja en recortes a programas importantes como las guarderías, becas académicas y subejercicio, hubiese servido para impulsar obras de beneficio colectivo, pero no, AMLO se la pasó jalando de las orejas y la cola al león que despertó furioso y puso condiciones para no descalabrar a la finanzas nacionales, de por si colgadas de alfileres, cuando lo más prudente habría sido ceñirse a la cordura desde siempre.
Y ES que de benevolente, AMLO podría pasar a ser dictador antinmigrante, pues seis mil elementos de la guardia nacional serán el muro de Donald Trump en la frontera sur, y vaya usted a saber que otros acuerdos subrepticios se pactaron que el Presidente de Estados Unidos tiene a las autoridades mexicanas cogidas del apéndice trasero argumentando que en cualquier momento dará a conocer otros puntos del pacto, los cuales necesitarán de la aprobación del Congreso Mexicano, pero finalmente se llevarán a cabo, y mientras tanto Estados como Veracruz y las 51 regiones más peligrosas del País tendrán que ver disminuida la participación de la Guardia Nacional ya que esa nueva organización policiaca –al menos seis mil elementos o más- serán destinados a tareas antiinmigrantes, cuando ni siquiera han recibido los cursos necesarios para actuar en consecuencia, lo que podría convertirla, en caso de que se les pase la mano, en una división que cargue con los costos de la imprudencia e intolerancia. No se trata de criticar solo por hacerlo, pero AMLO debió ser prudente ante el flujo de migrantes que a diario atravesaba territorio nacional, pero no lo fue así: se permitía que los centroamericanos se trasladaran en trailers, en caminatas, en el lomo de la bestia o por cualquier otro medio. Era como si México quisiera darle una lección a Estados Unidos permitiendo que todos quienes así lo desearan llegaran hasta la frontera norte e intentaran cruzar los muros en busca de asilo. No hubo prudencia ni respeto al vecino, o acaso el AMLO pensó que Trump le rogaría que interviniera para parar la marea, pero EU no ruega, ordena mediante los mecanismos que tiene a la mano.
NO HAY que olvidar –y para quienes no solo sepan, mostrar- que la Política del Buen Vecino fue una iniciativa política creada y presentada por la administración del gobierno estadounidense presidido, entonces, por Franklin D. Roosevelt en el marco de la VII Conferencia Panamericana en Diciembre de 1933 en lo referente a sus relaciones con América Latina durante los años 1933-1945, cuando la intervención de Estados Unidos en los asuntos internos de los países latinoamericanos era intensa (Estados Unidos había invadido abiertamente varios países de la región en los primeros años del siglo XX, como Cuba, México, Haití, Panamá, República Dominicana y Nicaragua), pero como buscaba la solidaridad hemisférica contra amenazas exteriores, en especial de las potencias del eje durante la Segunda Guerra Mundial, su nuevo acuerdo influyó para que todas las naciones latinoamericanas apoyaran a Estados Unidos en el conflicto bélico.
POR ELLO el presidente Roosevelt declaró en aquel tiempo que quería que Estados Unidos fuese un buen vecino con el resto de países del continente (el llamado panamericanismo), en principio acicateado por problemas domésticos (en época de la gran depresión), lo que significaba la retirada de todas las fuerzas militares de EE. UU., de los países de la cuenca del Caribe. Adicionalmente su gobierno le mandó a la productora de dibujos animados Walt Disney producir películas en el ámbito de la Segunda Guerra Mundial, no siendo sólo filmes anti-nazis o anti-japoneses, sino incluso filmes basados en las culturas de los países latinoamericanos como “Saludos amigos” y “Los tres caballeros”, incluyendo a actrices como Carmen Miranda y Aurora Miranda logrando influir a los latinoamericanos por la causa aliada durante la Segunda Guerra Mundial. En 1940, el presidente Roosevelt también creó la Oficina del Coordinador de Asuntos Interamericanos como parte de su política de buena vecindad. Ayudó a crear programas de radio populares como Viva América que fueron transmitidos desde Nueva York a América del Norte y América del Sur durante la Segunda Guerra Mundial, incluyendo actuaciones de músicos como: Alfredo Antonini, Juan Arvizu, Nestor Mesta Chayres, Eva Garza, Elsa Miranda, John Serry Sr., Terig Tucci y el trio Los Panchos.
EN FIN, Estados Unidos a partir de entonces se convirtió en un buen vecino, por supuesto, el más rico y el que imponía condiciones en centro y Sudamérica, algo que permitió que muchos países como Brasil. Argentina, Chile e, incluso México lograrán crecer con financiamiento de la gran potencia, recibiendo ayuda contra la delincuencia e insurgencia, asesoría para producir los campos y mejorar los intercambios comerciales, y podríamos hablar de infinidad de sucesos como los afamados “espalda mojadas” que fueron los primeros migrantes mexicanos que al instalarse allá, enviaban dinero al País como actualmente sucede, y gracias a las remesas que en Mayo alcanzaron los 3 mil 300 millones de dólares, algo así como 66 mil 500 millones de pesos, es que México mantiene cierta estabilidad social, porque no son los programas de AMLO los que hacen el milagro, sino las remeses mensuales que el propio Juan Rulfo aborda en su afamado libro Paso del Norte escrito en 1952. En fin, Trump se salió con la suya, y todo por la soberbia de los 30 millones de votos que respaldan a AMLO, y que ahora tendrán que tragarse el envío de migrantes que buscan asilo en EU, y que no son pocos: se habla de hasta 180 mil en toda la franja norte de México a los que habrá de dotársele de comida, atención, atención médica, techo y empleo temporal. Así las cosas. OPINA carjesus30@hotmail.com
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