AUNQUE VERACRUZ tiene, actualmente, un gobernador que se ha decretado, a sí mismo, “salsero por excelencia”, y en ese tenor quiere dejar un legado a los jarochos que cuesta mucho dinero, como es el Festival Internacional de la Salsa que ha rebautizado como SalsaFest 2019, el cual se efectuará del 23 al 26 de mayo en Boca del Río, un municipio gobernado por el PAN, en el que esperaría la asistencia de 240 mil visitantes. Lo cierto es que el anuncio no es nuevo, ni es acreditable al ingeniero mecánico electricista nacido en Xalapa, aunque le guste bailar como “pirinola”, ya que en 2011, siendo alcalde el priista y, entonces, duartista, Salvador Manzur Díaz tuvo la ocurrencia de realizar en ese pueblo de pescadores –convertido, ahora, en todo un emporio turístico gracias al exalcalde panista Miguel Ángel Yunes Márquez durante dos periodos y Humberto Alonso Morelli, actualmente- el Primer Festival Internacional de la Salsa que inició el viernes 20 de mayo de 2011, y que abrió el llamado “Faraón de la Salsa”, Oscar d´León seguido de otros artistas de talla internacional como Jerry Rivera, El Gran Combo de Puerto Rico y muchos, muchísimos más autores e intérpretes que hicieron la delicia de miles de personas reunidas en el bulevar Manuel Ávila Camacho bautizado como El Gran Salsódromo. Fue aquello un espectáculo que dejó mucho dinero a los organizadores, empresarios y comerciantes boqueños, a tal grado que un año después, el mismo munícipe Salvador Manzur acompañado de representantes de cámaras empresariales y servicios turísticos confirmaría la realización del Segundo Festival Internacional de la Salsa 2012 a realizarse del 17 al 20 de mayo en playas de ese municipio.
PERO INSISTIMOS: al evento hubo que aportarle mucho dinero que en estos momentos Veracruz no tiene, y menos con la mentada “austeridad republicana” que aplica para la sociedad pero que se dispensa a funcionarios cercanos al poder dedicados al negocio subrepticio, a los “cochupos” o moches que tanto dice detestar el presidente Andrés Manuel López Obrador, pero que a Cuitláhuac le viene “guango” el mandamiento, más aun cuando hay pendientes como la inseguridad y violencia que coloca al estado en el primer lugar de feminicidios y en los primeros sitios en crímenes dolosos, además de que asaltos, robos, extorsiones y secuestros van al alza, y en este último ilícito también la entidad se yergue como campeona sin que pareciera importar en lo más mínimo a las autoridades responsables de prevenirlos, aunque, al parecer, eso es para don Cuitl “peccata minuta” (léase “faltas pequeñas”), ya que fiel lector de la historia romana en sus momentos de perdición y excesos, apela a la frase de los célebres Césares que impulsaban las batallas entre gladiadores en el gran Coliseo como un distractor: “Panem et circenses (literalmente pan, circo y vino), lo que describe la práctica de un gobierno que, para mantener tranquila a la población u ocultar hechos controvertidos, provee a las masas de alimento y entretenimiento de baja calidad y con criterios asistencialistas, y el SalsaFest 2019 no deja de ser eso: un distractor ante los graves problemas que aquejan a Veracruz, y que requieren urgente atención antes de que el destino nos alcance.
Y ES que si Cuitláhuac García Jiménez no ha sido capaz de organizar un buen gobierno, menos un Festival Internacional de Salsa aun cuando asegura que estarían presentes 240 mil visitantes, y que dejará una derrama económica de 250 millones de pesos ya que al evento acudirían visitantes de países como: Estados Unidos, Alemania, Inglaterra, Japón, Europa y Sudamérica –donde no bailan salsa y ni la conocen-, argumentando que el festival que está organizando se consolida como único a nivel internacional y va a convertirlo en un gran atractivo para que Boca del Río y Veracruz se sigan consolidando como un destino turístico, aunque a decir verdad, para que esto ocurra no necesita organizar eventos de pan, vino y circo –como en la Roma de los 12 Césares- sino consumar con lo que le mandata la Constitución ante la que juró al asumir el cargo: cumplir y hacer cumplir lo que allí se especifica como una de las prioridades de todo gobernante: garantizar la seguridad de los gobernados, promover la creación de empleos, algo que en Veracruz no se ve por ninguna parte, y reparar carreteras.
DEBE SABER el Gobernador que si el Festival Internacional de la Salsa se terminó fue porque el PAN ganó la elección en Boca del Río y los organizadores, que durante toda la vida sirvieron al PRI se negaron a continuarla, aun cuando Miguel Ángel Yunes Márquez hizo todo lo posible por consolidarla, aunque para hacerlo se requiere ser jarocho, nacido y criado en la zona conurbada o en la cuenca del Papaloapan y, de ser posible, haber sido parido en el barrio bravo de La Huaca, donde se encuentra una extensión de Cuba o de países afrocaribeños. Yunes Márquez tuvo buenas intenciones y organizó un evento que para nada se comparó con los anteriores, ya que por sus venas no corre ese líquido llamado “jarochismo” que te mueve al primer son. Él fue educado en escuelas foráneas y perdió la esencia y la chispa de la alegría que tiene el pueblo, y que a Fidel Herrera le valió convertirse en uno de los gobernantes más aceptados, ya que lo mismo aparecía en un taxi, urbano o caminando, boleándose el calzado en una plaza, comiendo antojitos –como ahora lo hace Cuitláhuac burdamente o el propio presidente-; festinando con los amigos en La Candelaria, ayudando económicamente a quien se lo pedía y él percibía auténtica necesidad, saludando a todos como parte de la esencia más cuenqueña y veracruzana, y aunque tiene sus malquerientes, hay que decirlo con todas sus letras: el hombre es y fue cercano a la gente, algo que no poseen Cuitláhuac García Jiménez y, mucho menos lo expresó Miguel Ángel Yunes Linares, aun cuando intentó darse baños de pueblo. Pero con la alegría se nace, y aunque sé que recibiré críticas, honor a quien honor merece, que honrar, honra.
EN FIN, que venga otro Festival Internacional de Salsa que los veracruzanos pueden esperar por la paz, por el reencuentro con sus familiares desaparecidos, por la entrega de secuestrados, y el comercio tendrá que seguirse haciendo pelotas con tanta y semejante inseguridad. Y es que robos y asaltos están a la orden del día, y qué decir de los feminicidios donde Xalapa encabeza la lista de crímenes en el estado con ocho, mientras que a nivel nacional se endosa en los primeros sitios. Que venga la alegría. OPINA carjesus30@hotmail.com
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