Para que los distinguidos lectores acepten mi dicho y no me tilden de barbero, tendría que decir algo malo u ofensivo contra AMLO o Cuitláhuac, dado que al término político le dan los mexicanos una connotación peyorativa, esa grave ofensa se le deberá aplicar a AMLO; en el affaire “construcción de la refinería”, se comportó el primer mandatario, durante su reciente gira por Veracruz, como político, compareció, discutió y se calló, dejando en el ambiente nacional un fuerte tufo a maquiavelismo de gobernante político.
Como los veracruzanos entendemos sin aceptar, que la decisión respecto al sitio donde y quien construirá la refinería, estará permeada por la grilla de los altos estratos de gobierno, solo nos queda el derecho de rebuznido, asimilamos a cabalidad el hecho de que AMLO y asesores aportaron los elementos técnicos y económicos para que la planta se instalara en Dos Bocas, pero nos quedaremos con las ganas, pues críticos, no pueden permitir que un Tabasqueño casi veracruzano, eleve su imagen ante la opinión pública nacional, no importa, a AMLO y al Gobernador les importa el foro y cuando se lo conceden, la decisión de forma de contratar la construcción, será mal vista, pero se hará, con o sin transa, los extranjeros poderosos la llevan ganada.
Hace aproximadamente 35 años, participé en un foro donde se debatió sobre la conveniencia de construir una refinería para dar tratamiento al crudo que se había encontrado en el paleocanal de Chicontepec, el Director de PEMEX proclamó reservas probadas del orden de 18,000 millones de barriles y probables de más de 45,000 millones, se recomendaba continuar los estudios, pues aunque disperso el crudo y muy bajo el precio, se consideraba una potencial riqueza para desarrollar la zona, en todos los aspectos recomendables para las Huastecas y Tuxpan.
El consenso de los asistentes al foro, una mayoría personas de la región, se pronunciaron por exigir al gobierno que primero se atendieran los aspectos de infraestructura urbana, así como cuestiones educativas y ecológicas, el mito del empleo no interesaba, sabían que aun siendo punto toral, el sindicato petrolero y empresarios contratistas, solo estaban interesados en el lucro derivado de la construcción de la refinería, temían que la obra no repercutiría en beneficio de los habitantes de la región.
Poco han cambiado las cosas desde 1982, notoria es la pérdida de poder del sindicato, comparado al estilo de manejo de La Quina, el neoliberalismo nos ha entregado a las empresas transnacionales y el otrora poderoso, sabio y eficiente Instituto del Petróleo, poco interviene en los proyectos de la paraestatal, ante ello los mexicanos, tabasqueños y demás, conjeturamos ante la decisión grillo política de AMLO, intuimos deberá pensarse como lo pensaros los Tuxpeños, primero atender las condicionantes urbanas, ambientales y sanitarias, después hacer el amarrado negocio de Dos Bocas, no sabemos si ganamos o perdimos ante la intervención impuesta de cuatro poderosas empresas extranjeras ¡AGUAS!
Abril 4 del 2019 lmwolf@prodigy.net.mx Luís Martínez Wolf |
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