Los humildes empresarios de la industria naval se desgarraban las vestiduras insistiendo en su incapacidad para competir con las empresas navieras que faenan bajo el artificio jurídico de la bandera de conveniencia, como una salida a esta trampa legal, la nueva ley pretendía la creación del Registro Especial Marítimo Mexicano, no de un segundo registro, sino un dispositivo de ley que privilegia al naviero mexicano propietario de embarcaciones que se inscriban en dicho registro, llamado abreviadamente y con cariño REMM.
Ignoro quienes fueron los genios que elaboraron este documento, definitivamente va a lograr su cometido de reactivar la marina mercante, más aún, si los empresarios mexicanos se ponen listos y dispuestos a hacerse millonarios, podremos presumir en menos de diez años, de tener una flota naval de primer nivel, competitiva con cualquier Onassis que se ponga enfrente, tiene la nueva ley muchas bondades, tantas, que por parcial habrá que desinflarla un poco.
Fue tan visible la mano de los armadores y navieros al elaborar esta ley, tantos los reclamos para ser protegidos, que al pasárseles la mano, se descobijaron; como ejemplo de los muchos privilegios que solicitaban, para cumplir su función de Madres de la Caridad del ámbito marítimo nacional, que a pesar de la bondad del artículo que establece la depreciación acelerada a tres años, un empresario solicitó que el contingente privilegio de que actualmente gozan, en cuanto a depreciar legalmente en un año, fuese establecido en forma permanente.
El diputado presidente de la mesa de trabajo argumentó que por ser un asunto técnico contable, se dejaría para su posterior discusión en comisiones legislativas, no le pareció de gran trascendencia, a pesar de esa postura del diputado, en la mesa de trabajo se aclaró que la depreciación constituye una reserva de ley, con ese carácter se considera un gasto, por tanto no se registra como utilidades y no paga el correspondiente impuesto; al solicitar los navieros depreciación acelerada a un año, están declarando que además del normal lucro como empresarios, el negocito tendrá para crear una reserva anual de 100% del capital invertido, además de las utilidades y comisiones propias del negocio.
La nueva ley propone la creación de un fideicomiso con recursos para fomentar financieramente las cuestiones mercantiles, de compra y construcción de barcos, descuentos de todo tipo durante la operación de los mismos, prácticamente eliminación casi total de impuestos, apareciendo como única figura impositiva el cargo anual por tonelaje que sustituye todo gravamen fiscal, por bajo y bondadoso hará aparecer al rey Midas, como aprendiz de alquimista. ¡AGUAS!
La ley tal y como se proponía tenia sus privilegios y parcialidad en favor de los navieros, armadores, pero pasados mas de 15 años, la marina se fue a fondo, los navieros manejan embarcaciones extranjera, el segundo registro que hubiera catapultado la marina no se puso en función y en pocas palabras, estamos en condición precaria en cuanto a tonelaje de registro y algunos optimistas hablan de catapultar la marina mercante, los marinos esperan algo, algo que no se les da. ¡AGUAS!
Marzo 20 del 2019 lmwolf@prodigy.net.mx Luis Martinez Wolf
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