El porro de nueva cuenta es protagónico.
Aparte de pasado de poder, el supe delegado es racista.
Dañoso y atravesado.
Lo suyo es la porquería, lo sucio, lo rastrero.
Tan corruptos fueron los que operaron los programas de las estancias infantiles como lo es él.
De que puede presumir que no sean, deshonestidades, bajezas o mezquindades.
Seguramente por las venas de Ladrón de Guevara corre sangre azul.
Su linaje ha de ser la alta sociedad.
Es tanta su aridez mental que su cerebrito no le da para más.
Las declaraciones del “Loco”, Huerta Ladrón de Guevara lastiman, agreden, discriminan a las vulnerables etnias del país.
Sin temor a equivocarnos la raza indígena tiene mucha más calidad moral que el súper delegado, claro que sí.
Vergüenza le debería de dar expresarse de esa manera, dirigirse de esa forma tan vil a esa gente que nos ha dado identidad y, muy contrario a él, ha puesto muy en alto nuestro país.
Las declaraciones del ex perredista nada bueno abonan al trabajo del dueño de “La Chingada”.
Ya no digamos al hijo de Atanasio, porque a este sujeto ni cómo ayudarle, solito se empina.
Lo curioso es que nadie de la cuadra de ese negocio llamado MORENA, ha emitido declaración alguna exigiéndole una disculpa, como pertenece al instituto político que en un plumazo purifica los servidores públicos no hay problema.
Está bien dicho.
Por lo mientras en San Lázaro ya se retomó el tema y, al parecer en el senado también, por lo que las distintas bancadas, están por presentar un punto de acuerdo exigiendo al señor López Obrador su destitución.
Los representantes populares están ciertos que lo expresado por Huerta es violencia étnica, y además no se puede solapar, mucho menos aceptar, que un funcionario de ese nivel sea resguardado con el manto presidencial.
La gente que lo acompaña en su tarea oficial ya lo apoda “El Gordo Fifí”.
Por favor.
DIP. MALENO ROSALES.
Los secretarios no dan el ancho.
El representante popular se pronunció por la remoción de aquellos titulares de despacho que no están entregando buenos resultados.
Le asiste la razón, es urgente que el hijo de Atanasio haga cambios en su gabinete, ya que cuando menos dos pares de ellos, son unas auténticas velas vacilantes en medio de la borrasca.
No dan una.
Como bien dice Maleno, el primero en irse debe ser el bajacaliforniano por adopción, sí,
el que hace las veces de secretario de Gobierno, un sujeto vil y pendenciero. Obtuso y atrancado.
Gracias a su insensatez en nuestro Veracruz, impera el desgobierno y abunda el caos.
No hay dialogo, avasalla la cerrazón
El buen gobierno es una auténtica quimera.
Según Maleno, otro que debe caminar es el secretario de Salud, un neumólogo pediatra que, aparte de ser bastante protagónico, le está jugando las contras al hijo de Atanasio.
La salud de los veracruzanos esa mas quebrantada que en los tiempos de Javier Duarte.
Actualmente en las zonas serranas un infante se muere de una diarrea.
De igual forma para el legislador local otro que debe ser corrido es el titular de Educación.
Un modosito sujeto que se siente tejido a mano y, lo peor, que nunca he tenido algo que ver con el ramo educativo.
Pare empezar es un tipo que ni leer sus discursos sabe.
Es lerdo y atravesado.
El titular de Educación, al igual que García Jiménez, no tiene ni idea de la gran responsabilidad que lleva sobre sus espaldas.
Escobar Lo único que le está heredando al estudiantado veracruzano es retraso, inopia e incompetencia.
Los estudiantes veracruzanos merecen respeto.
Escobar García le gustaba salir del “CLOSET”.
Lo que olvida este legislador, Maleno, es que de ser tomada en cuenta su petición se tendría que convocar a nuevas elecciones, porque ni el hijo de Atanasio, como millones de veracruzanos saben, da el ancho.
HOSPITAL CIVIL DE XALAPA.
Ya basta de perjudicar a tan noble institución médica.
Ya está bien de improvisaciones.
Las carencias que padece Veracruz, no dan lugar para más a amiguismo mucho menos compadrazgo.
Nada de sencilleces.
Para miles de xalapeños son plausibles las medidas adoptadas por médicos, enfermeras y personal del “Luis F- Nachón” al oponerse a la imposición de Enrique Ríos de la Fuente como director del nosocomio.
El jubilado del IMSS ni idea tiene de cómo opera el hospital.
Su llegada es gracias a otro capricho hormonal del neumólogo pediatra, del tal Roberto Ramos Alor.
La imposición es directa del mozo de espadas de la titular de Energía, Rico Nahle.
Buenos candidatos a directores que conocen al dedillo dicho nosocomio, sobran.
Ellos han crecido allí, le tienen b más que amor a la institución.
No son advenedizos.
Enrique Ríos de la Fuente desconoce el hospital y las problemáticas que se padece, por lo tanto su llegada es una auténtica sandez, una ofensa para la clase trabajadora y para los miles de pacientes que mes con mes atiende.
Alguien debe poner orden.
Así de sencillo. |
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