El edificio que fue una fábrica de puros, cigarros o habanos, fue centro de trabajo para muchos y muchas veracruzanas, lo conocí siendo joven en actividad, el olor a tabaco inundaba varias cuadras a la redonda, por causas que desconozco, pero entre otras con seguridad fue el combate contra el consumo de tabaco por causar diversas enfermedades respiratorias, ente otras el cáncer pulmonar. Sea como sea, el edificio de tres niveles era un símbolo del Veracruz que todos añoramos, al cerrar la fábrica de puros, los propietarios abandonaron la actividad esperando que con el tiempo el edificio se derrumbara, parece que tiene buenos cimientos, pues fue necesario que las autoridades impidieran el derrumbe planeado por los propietarios y todo fue suspendido, el edificio medio destruido, espera el paso del tiempo o un temblor para caer y construir un edificio moderno con alto rendimiento económico para los propietarios.
En forma semejante al edificio de la tabacalera, en el centro antiguo de Veracruz encontramos edificios abandonados por los dueños, casi en ruinas o muy deteriorados, nada, NADA, tienen que ver esos vejestorios arquitectónicos con los programas inexistentes de remodelación del centro histórico de Veracruz, para conmemorar los 500 años de la invasión española y sojuzgamiento de la raza indígena, los añorantes de tiempos mejores o buenos funcionarios públicos esperan, esperanzados a que alguien haga algo para tener edificios con aspecto de monumentos coloniales, vana ilusión, los propietarios tienen mucho dinero y les importa poco el aspecto cultural.
Mal lo que no hacen los propietarios de los edificios, pero peor lo que dejan de hacer los funcionarios públicos que parlotean hablando de conmemorar con dignidad los 500 años de la invasión hispana, han dejado caer los edificios que bien arreglados darían muestra de que los funcionarios aman a Veracruz, pero nada, los dueños del capital en nuestro centro histórico, no harán nada, les importa madres lo que pueda opinar el pueblo, ellos se mantienen en una postura de autoridad y esperan que los edificios abandonados y con pésimo aspecto se derrumben, mientras eso sucede, pagan al ayuntamiento un impuesto predial depauperado por no ser los edificios generadores de riqueza, bien manejan el asunto y en tanto tengamos funcionarios públicos cobardes o rateros, nada se hará para mejorar la estampa del centro histórico de Veracruz.
Mal andamos en lo histórico arquitectónico, pero peor el abandono en los servicios sociales de primera demanda para dar salud a la población, mueren niños y adultos por causa de la insalubridad del tiradero de basura a cielo abierto, donde al igual que en lo arquitectónico, los asesinos de la población, los malos funcionarios no hacen nada para mejorar el hábitat en el que sobrevivimos y enfermamos.
Mal, muy mal andan las cosas de Gobierno, por el poder de los poderosos y el temor o contubernio económico de las autoridades, el pueblo enferma y muchos mueren, culpa de los asesinos que mal gobiernan Veracruz, deben saber que la insalubridad se revierte hacia ellos y sus hijos, el cáncer no respeta posición social o económica, sencillamente ¡MATA! ¡AGUAS!
Febrero 18 del 2019 lmwolf@prodigy.net.mx Luis Martinez Wolf |
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