Hace algunos años vi en TV una película, creo francesa, hermosa y con expresiones de lo que el ser humano puede dar, cuando permite que lo mejor que tiene, lo de en bien de la humanidad. El sencillo tema relata las inquietudes de una mujer que recibe regalado un billete de lotería que sale premiado, antes de cobrar el premio de catorce millones de dólares, se involucra con una niña autista y otras amistades cercanas que le conducen a renunciar al hedonismo mundano, dando solución a sus inquietudes en un acto filantrópico y de amor en bien de los minusválidos.
Seguro les parecerá cursi el anterior párrafo, puede ser, pero últimamente ando apesadumbrado por causa de lo mucho que se propala respecto al cambio climático y el cercano holocausto derivado de las alteraciones ambientales, sabemos cuál es la solución, son muchas las medidas que podemos implementar para nuestra salvación, pero por diferentes causas poco hacemos para salvar a quienes amamos y salvarnos.
Vi también en el cine el documental producido por Al Gore “Una verdad incómoda” al estilo americano, una superproducción que puede tener tintes propagandísticos, puede ser, pero muestra la criminal actitud de gobiernos que impertérritos contemplan el calentamiento global en aras de un desarrollo que solo beneficia al gran capital, la cinta muestra los diferentes factores concurrentes al cambio climático y sus catastróficos efectos a nuestro hábitat. Al Gore se muestra como un brillante histrión, pero también nos brinda su faceta humanitaria de ambientalista preocupado por la salvación del medio ambiente.
El cambio ambiental, el enloquecido medio ambiente que hace que fallen los antecedentes históricos, estadísticos, que al igual que las cabañuelas nos advertían, pronosticaban el medio ambiente que disfrutaríamos o padeceríamos durante todo el año, eso se acabó, en estos días tenemos situaciones como la que se dio en Guatemala ayer, un tifón que normalmente se da en latitudes elevadas, nunca interecuatoriales, se presentó en ese país, la locura, derrumbó casas y estuvo en un tris de una tragedia mayor al desprenderse el techado de un hospital en el área de atención a infantes.
La película francesa habla de amor, Al Gore concluye su documental con el exhorto “Sembremos árboles, muchos árboles” y grupos empresariales como APIVER se muestran orgullosos del cuidado que dan al medio ambiente sembrando arboles; todos estos actos nos muestran que hay esperanza. Tanto como intentemos despertar del letargo causado por la pérdida del sentido social del capital, tanto o aún más estaremos despertando a la vida, vida plena.
Fallamos en cuanto al sentido social que se da la medicina, atención de la salud humana, el IMSS ha perdido totalmente su sentido social, el servicio médico que presta en sus hospitales está peor que en cualquier clínica de pueblos miserables, malo, a destiempo, con maltrato a los derechohabientes y por todo ello, pérdida total de su enunciado IMSS, le sobran las dos SS ¡AGUAS!
Febrero 14 del 2019 lmwolf@prodigy.net.mx Luís Martín |
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