Hace algunos años estaba yo en busca de una dirección en la subida de calle Xalapa, distraído en busca de la dirección, no me percaté que un individuo con buena facha, tipo ranchero, pero limpio y con el sombrero de tres pedradas bien acomodado, también impecable y bien planchado, se me acercó y sonriente me dijo ”jefe me enviaron mis compañeros para tratar con Ud., no están dispuestos a realizar el trabajo por menos de $1500.00, ignorando a que asunto se refería pero pensando que era una guasa, le respondí tranquilo, es mucha lana, creo que deben aceptar cuando mucho 750 u 800 pesos, el tipo se quedó callado mirándome con cara de fastidio, no jefe, creo que Ud. no sabe cuánto cuesta un fulano como el que quiere que liquidemos, busque mejor a otros, en Medellín puede encontrarlos, pero no como nosotros. El tipo se dio la vuelta y muy atento me dijo, pásela bien a lo mejor en otra ocasión negociamos.
Ya recuperado del susto y casi huyendo del lugar, comprendí que una vida humana costaba en ese tiempo $1500.00, hablo de aprox. el año de 1970, por lo que ahora con la tendencia inflacionaria tal vez ese monto se equipare a diez o veinte veces el valor actual de nuestra devaluada moneda, por supuesto sin considerar los estúpidos cambios en los tiempos de Echeverría o López Portillo, a precios actuales y con la dura competencia entre los maleantes, organizados como cárteles, con administración y canales financieros para operar como toda buena empresa, eliminar un ser humano puede logarse con aprox. 20 ó 30,000 pesos, el problema es conectarse con los mafiosos y poder apartarse de la relación, se pone en peligro, el que contrata sicarios, tanto o más que los condenados por los carteles asesinos.
Hoy, se divulgó por la prensa, una manifestación de un adolorido padre que perdió a su hijo de 21 años, al ser asaltado por unos matones, le pegaron un tiro en el cráneo y lo despojaron del reloj que portaba, según parece, el joven estaba siendo perseguido por los maleantes desde dos o tres días antes, sabían de su posición económica y tenían conciencia de poder logar un buen botín con poco esfuerzo, el padre del joven, ofrece pagar un millón de pesos a quien proporciones información para que los asesinos puedan ser capturados. Vana ilusión del adolorido padre, si nuestras autoridades, no han podido en seis meses localizar a los asesinos, poco se podrá hacer ofreciendo la cuantiosa recompensa. Recientemente un alto funcionario de una importante Nación, para responder a los malos manejos o ataques económicos de que era objeto su país, manifestó que aplicaría la vieja sentencia, la Ley del talión: “Ojo por ojo y diente por diente”.
Ante la inacción de las autoridades para actuar con inteligencia y energía ante la invasión sin límite del poder de los cárteles o malvivientes free lance, estamos ante la terrible situación de que la ciudadanía haga justicia por cuenta propia, urge hacer algo, con la Armada, con el Ejercito o la aviación, pero alguien hábil en la acción de ataque, la defensa ha sido invalidada por los cárteles, estamos indefensos. ¡AGUAS!
Febrero 6 del 2019 lmwolf@prodigy.net.mx Luis Martinez Wolf
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